Diarios de guerra: Tres capellanes en el Jarama
A lo largo de los años y de todas las lecturas que hemos ido haciendo, tanto de las memorias o diarios de los protagonistas de la batalla del Jarama, como de los distintos tratadistas e historiadores que fueron abordando el tema a posteriori, hemos ido constatando que, como en todo gran acontecimiento histórico, se deslizan un montón de inexactitudes que, lejos de corregirse, se han ido propagando sin ningún tipo de filtro hasta la actualidad.
Y no ya en lo referente a fechas, protagonistas, unidades militares u otros datos de esta índole, -que sería de lo más normal, para un fenómeno tan amplio y confuso como fue éste-, sino a la localización misma de los hechos singulares de la batalla, merced a un manejo incorrecto o fuera de lugar, de la toponimia que nos han transmitido.
Así por ejemplo, si un autor de por entonces escribió, que «el puente de Arganda» fue tomado y rebasado durante la batalla, refiriéndose claro está, al puente ferroviario del Pindoque, encontramos medio siglo después, que otro autor copia este dato tal cual, pero pensando que se trata del puente metálico de la carretera de Valencia, puente que jamás fue tomado ni rebasado.
A partir de erratas como ésta se ha ido desfigurando muchas veces la realidad de la batalla, y al día de hoy, aún se discuten cuestiones de tal carácter.