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La Cueva de Picuneta (t.m. Morata de Tajuña)

La Cueva de Picuneta es otro ejemplo de cueva artificial excavada a media ladera, aprovechando un hueco preexistente, al que bastó dar forma alargada, recubrir con mampuesto de piedra el hastial de costado y abovedar parcialmente con ayuda de una cimbra, para erigir un sólido refugio de piedra en el monte, que los guardas de olivos y viñas agradecerían en las noches frías o en los días de tormenta, de tránsito por estas latitudes.

LA LOCALIZACIÓN

Casi por casualidad, y haciendo un recorrido por la traza ferroviaria del antiguo ramal del ferrocarril entre Morata y Colmenar de Oreja, que pasaba por Chinchón, topamos con otro ejemplo de cueva artificial excavada en ámbito rural, con una distribución y características muy similares a las descritas en la cueva del Congosto y en la de la Salmedina, de funcionalidad también muy semejante.

Se trata de la cueva de la Picuneta, enclavada junto al camino de este mismo nombre, dentro de un paraje de Morata limítrofe con los términos de Perales de Tajuña y Valdelaguna.

Para acceder a ella es preferible tomar la carretera de Valdelaguna desde Morata (M-315), y pasados el molino de Angulo y la ermita de la Magdalena, dejando atrás las canteras y restos de hornos de yeso, tomar el camino que sale a la izquierda en el kilómetro 3+000 con dirección Levante.

A la distancia de 1.700 metros, rebasado el vértice Cruz (672m), veremos en un recodo hacia la izquierda, entre olivos plantados sobre terrazas sostenidas por mampostería de piedra caliza, y aprovechando la pendiente de una ladera, la cueva que buscamos.

Al paraje se le nombra como La Piconosa, topónimo, que al igual que el de la cueva, no hemos encontrado en ninguno de los diccionarios y fuentes filológicas consultadas, siendo el étimo más aproximado “piconera-piconero”, que eran las personas dedicadas a la producción en el monte, de picón, carbón menudo que se elaboraba quemando ramas de encina, pino, jaras y pequeños arbustos, y se distribuía por los pueblos para calentar las casas mediante braseros.

Podría haberse dado la evolución en el habla local, de piconera-picunera-picuneta. Los cartógrafos recogían la toponimia de los lugareños cuando no existían otras documentaciones antiguas con las que contrastar estos datos.

Por el contrario, parece que La Piconosa no tiene relación con Picuneta salvo en la raíz.

Gregorio de Andrés, en su excelente estudio toponímico del Libro de la Montería de Alfonso Onceno, que titula “Las cacerías en la provincia de Madrid en el siglo XIV”, editado por la Fundación Universitaria Española, Madrid, 2000; cita el orónimo Cabeza Pinosa (798m) que se alza entre La Adrada y Sotillo del Fresno (hoy, de la Adrada), junto al arroyo Majalobos. Piconosa guardaría similitudes, tanto como lugar poblado de pinares como por paraje tupido de peñascos como es el caso, conocido también como Las Cabezas y Las Hermanillas.

Aduce el historiador Fernando Jiménez de Gregorio, en ¨Materiales para una toponimia de la provincia de Madrid¨, además de transcribir este término como “La Picosa”, que parece referirse a un antropónimo femenino, como persona que tiene los dientes salientes.

De momento, seguiremos indagando hasta dar con alguna explicación que pueda resultar más convincente.

EL ENTORNO

Nos encontramos en tierras de frontera, donde la Raya medieval se disputaba de cuando en cuando y los monarcas debían intervenir con mano zurda para calmar los ánimos de sus súbditos.

Por un lado, la ciudad de Segovia había recibido lo que llamaron Sexmo del Tajuña, aunque documentalmente no gozara de tal condición, de manos del rey Alfonso VII, pero en breve espacio de tiempo éste rectificó, y el conjunto de aldeas conocida como la Rinconada de Perales, fue entregado a la mitra toledana del gascón Raimundo de Sautevat, monje cluniacense nombrado arzobispo de Toledo.

Con la concesión del Fuero Viejo a la Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá, en 1135, este territorio se incorporó a su alfoz, pues Alfonso VII había otorgado a la villa Privilegio de donación del castro antiguo y todos sus términos: Veinticinco aldeas formando cuña entre el Henares y el Tajuña.

Aun así, continuó la pugna, y la gente de Segovia continuó pujando por el territorio y consiguiendo, por ayudas prestadas al monarca, la cesión de diecinueve aldeas, -trece poblados y seis despoblados-.

Estalla el conflicto entre Alcalá y Segovia por territorios que posiblemente no habían sido tomados de forma efectiva por ninguna de las partes. Distaban mucho de Segovia y en Alcalá no se prestaban colonos para la labor repobladora.

Alfonso VIII tratando de mediar en el conflicto confirma a Segovia la posesión de las diecinueve aldeas “entre Jarama y Tajuña” en 1190, pero rectifica ante las reclamaciones del obispo de Alcalá y veinticuatro años después, en 1214, devuelve lo que denomina “las aldeas de Arganda” al concejo alcalaíno.

Por aquel entonces ya había llevado a cabo trabajos de deslinde y amojonamiento el arzobispo Martín de Pisuerga, realizados entre 1192 y 1208; pero fue en 1209 cuando, ordenado por Alfonso VIII, y llevado a cabo por el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada y Minaya el Seco de Sant Steuan, se deslindó y amojonó el término de Alcalá, labor que culminó en 1214.

Como compensación, este mismo monarca entregó a Segovia la aldea de Bayona del Tajuña que estaba dividida en cuatro Cuadrillas: Setepozuelos-Las Chozas, El Casar, Sant Martín-Vallequillas-Ribacorza y Espartinas.

Un Privilegio de Alfonso VIII, firmado en 1214, el año de su muerte, otorga finalmente a Alcalá el territorio amojonado.

Extraemos del documento de deslinde, la parte que va referida a los límites con la Tierra de Segovia:

“E aquí comiença a partir término Alcalá con las aldeas de Segovia: commo toma por el çerro de val de Micolás es contra el val de la Laguna commo el agua vierte, así que finca todo el val de Meculás en término de Alcalá, e llega al val e pasa entre las aguas amas e llega fondón del Fitero, e commo va a las cabeçuelas de Pero Martín Refoyo, que dizen las Hermanillas, e llega a somo del Hituer, e dende toma el val ayuso e da consigo en val de la Cueva, e de la Cueva al val de la Osa ayuso e llega a Tejuña e pasa a otra parte que es contra Morata, e llega al mojón que está enmedio de la carrera que va de Perales a Morata, que es ende co… del vado de val de la Osa, e dende commo salle derechamente a la peñuela que es en somo del val de la Higuera, e dende la cabeçuela que dizen de la Atalayuela, e de la Atalayuela a la cabeça que dizen de Liebre commo va al Berrocal e da consigo en Xarama. Fasta aquí parte término Alcalá con Segovia.”

Actualmente sigue en uso gran parte de esta toponimia. Transcribimos el texto del castellano antiguo:

“Y aquí comienza a separarse el término de Alcalá con las aldeas de Segovia: Según va la linde por el cerro de Valdemicolás contra Valdelaguna siguiendo la vertiente, quedando el Valdemeculás en el término de Alcalá; llega al valle y pasa entre las aguas alcanzando al hondo del deslinde; y continúa hasta las cabezuelas de Pedro Martín Rehoyo, que llaman las Hermanillas; y llega a la cima del deslinde desde donde toma el valle abajo hasta Valdelacueva; y sigue desde la Cueva a Valdelaosa, abajo; y llega al Tajuña y pasa al otro lado que está contra Morata; llegando al mojón que está en mitad del camino que va de Perales a Morata, que es donde se sale del Vado de Valdelaosa, y desde donde va directamente a la peñuela que está encima de Valdelahiguera; y continúa hasta la Cabezuela que llaman la Atalayuela; y de la Atalayuela sigue hasta la Cabeza que llaman de Liebre; continuando hasta el Berrocal y terminando en el Jarama. Hasta aquí se separa el término de Alcalá con Segovia.”

Repasando los topónimos que aparecen en el texto:

Valdemicolás-Valdemeculás, es una transcripción documental errónea. Es en realidad Valdemieles, pues en el Acta de deslinde de 1876 este topónimo aparece como Barranco de Valdemiel, cruzando el arroyo de la Vega.

Fitero, es el hito o divisoria. Los hitos determinaban la Raya.

Las Cabezuelas de Pedro Martín Refoyo, son Las Cabezas actuales, también llamadas Las Hermanillas. Pedro Martín Refoyo fue un repoblador segoviano, dueño de los terrenos donde se alzan los cerros.

Valdelacueva y Cueva, parecen referirse a la cueva que tratamos, pues no conocemos otra en los contornos; dato que servirá para poner fecha al momento de su construcción.

Valdelaosa, es la ribera izquierda del valle por donde discurre el río Tajuña. Zoónimo muy habitual en época medieval. En el Libro de la Montería de Alfonso XI aparecen con mucha frecuencia: Las Oseras, Cabeza Osera, Cabeza del Oso, Peña Osera, Peña del Oso. Como ejemplo, dice en uno de los pasajes: “La Dehesa de Montejo et El Redondiello es buen monte de puerco en todo tiempo, et a veces hay oso…”; referido a parajes donde se ocultaba el jabalí y a veces el oso.

No dejamos de recomendar la lectura de esta obra por la gran riqueza toponímica que atesora.

Si bien esta parte de la provincia de Madrid no es mencionada en el libro, sabemos que fue un importante cazadero histórico cuyo uso cinegético ha proseguido hasta el momento actual. Saliendo de Vallecas, el Camino del Onceno (Alfonso XI) conducía hasta el Vado de la Viana en el Manzanares, que llevaba a Las Coberteras y El Pronunciado, e igualmente, por la ribera abajo, hasta El Porcal, rincón de puercos y de ciervos; y por el Camino de la Raya, del monte Pajares hasta el Pingarrón, poblado también de jabalíes. Aún se conserva al sur el llamado Barranco del Rey junto a la cantera de San Marcos, que llevaba hacia la Jara Alta y Valgrande, cayendo luego sobre el valle de Tajuña y la parte de monte cerrado que estamos viendo.

Felipe II diseñó un plan de adquisición y concentración de dehesas, para culminar la formación de un Bosque Real, que arrancando de Toledo ascendía Tajo arriba hasta la Casa de Aceca, proseguía hasta Aranjuez, remontaba el Jarama hasta el Real Sitio de Gózquez, la Casa de Vaciamadrid, la Casa de Vargas (Campo), La Zarzuela, El Pardo, Monesterio, la Torre del Campillo y El Escorial. Proyecto iniciado y continuado por monarcas anteriores y posteriores, integrando El Enebral, Casa Eraso, Valsaín, la Granja, El Paular, cazaderos reales históricos.

El Camino de Perales a Morata, coincide con la carretera M-302 actual.

Vado de Valdelaosa, alude al vado del río Tajuña donde estuvo el molino de papel, actual residencia de tercera edad, El Taray.

Valdelahiguera, Fuente y Barranco, se ubican junto al Barranco y Fuente del Castillejo.

Cabezuela de la Atalayuela, en el Cerro actual de este nombre (744m) donde se ubicaría una atalaya medieval ya desaparecida.

 En este lugar aconteció un levantamiento armado de los vecinos de Morata contra representantes de la Tierra de Alcalá. Había desacuerdo con este mojón. Corría el año 1501 y el concejo de Morata había tomado el ganado de un vecino de Campo Real por pastar en sus tierras. Cuando el juez Ldo. Del Castillo, acompañado del regidor Pedro de Tapia y del procurador Gómez de Madrid, reasentaban el mojón, veinte vecinos armados se presentaron manifestando su disconformidad. No llegó la sangre al río, y vemos que años después, en 1575, cuando se delimitan las lindes nuevamente, el mojón de la Atalayuela permanece en su lugar.

Cabeza de Liebre, extremo septentrional de la loma divisoria, hoy llamada Cerro de los Guisos. Al pie del vértice Valdeperdices está la partida de Valdeliebre que se extendería a todo lo largo del Camino de las Cabezuelas. En un radio de dos kilómetros encontramos estos dos zoónimos, junto a Valdecorzas y Valdeciervos, también restos históricos de esta gran área cinegética.

El Berrocal, Cerro del Pronunciado o Espolón de Vaciamadrid, sobre el río Jarama. Se conoció también como Peña del Toro (1818). Igualmente, el promontorio opuesto, que cierra el valle, llamado El Piul, que se alza sobre el río Jarama, también podría identificarse como El Berrocal. El Piul es un derivado de El Puyol, acepción del habla catalano-aragonesa de los repobladores bajomedievales de estos contornos, referida a un pico o montañeta pequeña (cat. Pujol, Puig petit).

De hecho, el deslinde continúa diciendo: “E aquí comiença Alcalá a partir término con Madrit: el Berrocal commo da en Xarama y el río arriba fasta en fondón de la defesa de Torrebermeja…”.

La dehesa de Torrebermeja es actualmente el caserío y finca del Piul, que junto con el Soto del Palomarejo, fue una de las posesiones del Real Sitio del Gózquez.

Esquema parcial de la red ferroviaria en torno a Madrid (1950)

EL FERROCARRIL

El trazado del Ramal ferroviario de vía estrecha que unía la estación de Tajuña con la de Colmenar de Oreja pasando por Chinchón, es otro de los elementos singulares que encontramos en estos parajes, muy próximo a la cueva.

Tras el cruce del Tajuña por un puente metálico, se puede recorrer la antigua explanación hasta la cantera del kilómetro 50, donde estuvo el cargadero de piedra y fábrica de yeso, atravesando diversas trincheras excavadas en la roca.

Este Ramal formaba parte de la Línea de vía de ancho métrico que, partiendo de la estación del Niño Jesús, junto al parque del Retiro de Madrid, llegaba a Arganda del Rey y en sucesivas ampliaciones fue prolongada hasta Alocén.

En cierto momento se planteó incluso que enlazara en Caminreal con el F.C. de Aragón, por lo que estuvo muy avanzada la construcción de la infraestructura hasta Cifuentes, pero la falta de inversión acabó con el proyecto.

Tras la guerra civil se fueron haciendo clausuras parciales, y finalmente, suspendido el servicio de viajeros, la empresa de cementos Portland Valderribas explotó un último tramo entre Vicálvaro y El Alto hasta el cierre definitivo en 1997. 

Vista aérea de la Estación de Madrid-Niño Jesús (1935)

CUADRO CRONOLÓGICO CONSTRUCCIÓN DE LA LÍNEA

1886- Apertura Madrid (Niño Jesús)-Arganda del Rey

1901- Arganda del Rey-Morata de Tajuña.

1902- Morata de Tajuña-Chinchón.

1903- Chinchón-Colmenar de Oreja.

1910- Tajuña-Tielmes-Orusco.

1916- Orusco-Mondéjar-Yebra-Sayatón/Bolarque.

1917- Sayatón/Bolarque-Anguix.

1919- Anguix-Auñón.

1920- Auñón-Sacedón.

1921- Sacedón-Alocén.

CUADRO CRONOLÓGICO CLAUSURA/CIERRE DE LA LÍNEA

1943- Cierre tramo Sacedón-Alocén.

1946- Cierre tramo Auñón-Sacedón.

1953- Cierre tramo Orusco-Auñón.

1959- Cierre tramo Tajuña-Orusco.

1964- Cierre tramo Madrid (Niño Jesús)-Vicálvaro.

1964- Cierre tramo El Alto-Tajuña-Colmenar de Oreja.

1998- Cierre tramo Vicálvaro-El Alto.   

LA CUEVA

Esta cueva se abrió a media ladera del desmonte de un olivar aprovechando alguna oquedad previa existente, que fue reexcavada y reforzada con la fachada frontal y el paramento lateral.

Se eleva sobre una vaguadilla que posiblemente fue una charca en otros tiempos, y ahora aparece cerrada con una cerca de piedra de lado a lado pues, ya seca la charca, pudo servir de pequeño aprisco de cabras o de ovejas.

Hemos de suponer que esta construcción ha servido, en época medieval, de alojamiento de los guardas de olivares y viñedos en sus estancias por el monte, alejados del pueblo, que inclusive podrían guarecer una montura de mediana alzada.

Al centro de la cueva existe un hogar hecho en piedra y barro y sobre él una chimenea de evacuación de humos al exterior.

Hay también unas pequeñas alacenas o estantes excavados en la roca, y al fondo un banco alargado, también excavado, que serviría de lecho.

En otras cuevas artificiales similares, que hemos denominado cuevas-pesebre, existen comederos excavados para depositar el forraje de alimentación de los animales de carga. En este caso, dado el estado de suciedad en que se encuentra el habitáculo, con restos de vidrio, sillas, tablones, ramas secas, etc., no puede apreciarse este aspecto.

Para realizar la debida prospección arqueológica que nos permitiría una descripción y datación más precisas, habría que limpiar previamente el recinto. De momento la fecha de datación que nos parece más clara es la del documento del siglo XIII ya mencionado.

En los olivares situados al norte y oeste de Morata de Tajuña hemos encontrado otras construcciones que desempeñaron la misma función de vigilancia. El principal enemigo de viñedos y olivares eran los ganados que por cordeles y veredas se desplazaban de un punto a otro, ya desarrollaran la intermancia o la trashumancia, pues devastaban todo aquello que creciera al borde de las cañadas. Por esta razón nos hemos encontrado frecuentemente con espesos muros de piedra, levantados a ambos lados de los caminos de la Mesta que atraviesan el territorio.

El chozo de piedra del Mojonazo es un ejemplo. Hay otros cercanos, como el de la Boca de la Zorra, próximo a la Atalayuela; o la choza del paso a nivel ferroviario, junto a Valdepozuelo. En la partida llamada la Cueva Blanca, situada entre los olivares al oeste de La Solana, próxima a los límites con San Martín y Vallequillas no parece existir cueva alguna en el terreno llano, y podría ser un topónimo desplazado desde otro punto cercano.

CONCLUSION

Queremos concluir exponiendo que estos ¨hitos¨ de piedra nos ponen en conocimiento de un territorio cargado de historia y de un paisaje pleno de valores naturales; que podemos recorrer siguiendo la caminería antigua para reencontrarnos con las huellas de otros modos de vida que respondieron a aquellas necesidades; cuando agricultura y ganadería eran los recursos primarios y fundamentales para la supervivencia de nuestros pueblos.

Deseamos que estas obras singulares y su entorno natural continúen siendo respetados, para que otras generaciones puedan seguir compartiéndolos.

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3 comentarios en «La Cueva de Picuneta (t.m. Morata de Tajuña)»

  1. Con felicitaciones previas por la labor que lleváis a cabo, solo unas líneas para transmitiros una duda que me ha suscitado el epígrafe dedicado al Ferrocarril del Tajuña contenido en el interesante documento sobre la cueva de Picuneta: en él se afirma que en 1916 dicho ferrocarril llegó a Ambite, dando a entender que la circulación de trenes no llegó mas allá. Sin embargo, yo dispongo de alguna información que se refiere a que el tren llegó a circular hasta Alocén, discurriendo el trazado por el término de Auñon y la garganta de Entrepeñas -que hoy soporta a la presa homónima: aún hoy se puede observar el arruinado edificio de la estación de Auñón, al final de la garganta-.
    ¿Disponéis de información fiable de que el tren solo circuló hasta Ambite? En caso afirmativo, ¿me podéis hacer llegar la pertinente referencia?
    Sin otro particular que reiterar la felicitación por vuestra encomiable labor, recibid un cordial saludo.
    Antonio Sastre

  2. Estimado Antonio:
    Te agradecemos esta observación que nos haces, pues la tabla cronológica que presentábamos se ceñía únicamente a la provincia de Madrid, y no incluía el trazado de esta línea ferroviaria por tierras de Guadalajara.
    En el año 2001 se editó un mapa dedicado a los 150 años de la Línea Madrid-Aranjuez (1851-2001), que recogía las líneas desarrolladas desde entonces en ámbito madrileño y tomamos como modelo.
    Hemos completado el listado inicial con los datos que faltaban de Guadalajara para que las tablas cronológicas resulten más completas.
    Efectivamente, las circulaciones de estos trenes mixtos(mercantes-viajeros) llegaron hasta Alocén, como tu bien planteabas, y disponemos inclusive de los horarios de las mismas, que empleaban seis horas en cubrir los 143 kilómetros de trayecto.
    Fue a raíz de la construcción del embalse de Entrepeñas, cuyas obras se iniciaron el 12 de julio de 1943, cuando se hubo de clausurar el tramo Sacedón-Alocén, quedando esta última estación sumergida bajo las aguas.
    En los números 24-25-26 del Boletín de Amigos del Ferrocarril, correspondientes a las fechas de dic.1980, mayo.1981 y dic.1982, aparecen los interesantes artículos que Arturo E. Sánchez Ojanguren dedicó a este ferrocarril; e igualmente, Miguel Jiménez Vega y Francisco Polo Muriel, desde la Fundación de Ferrocarriles Españoles estudiaron el nacimiento, desarrollo y fracaso de esta línea.
    La revista Vía Libre recoge de igual modo varios artículos de interés sobre la misma, así como del ferrocarril de la Azucarera de Madrid y del ferrocarril Estratégico, también llamado el Tren de los 40 días o Vía Negrín, muy relacionados entre sí.
    Un cordial saludo.

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