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Una posición en el Jarama

Resumen: Breve comentario del proceso de investigación de una posición del campo de batalla del Jarama, cuya imagen fue posiblemente captada a finales de 1938 por alguno de los servicios aéreos de información militar, y de la que no disponíamos de mayores datos sobre su localización.

Con la única referencia del «Jarama» como dato de partida, fue como abordamos hace un tiempo esta investigación, a fin de ubicar el lugar donde pudo tomarse la fotografía de una posición militar bajada de la Red, que, como puede verse, representa un islote de resistencia que a todas visas, por la complejidad de su urdimbre, se asemeja más a una posición republicana que a una nacionalista, comparándola con otras conservadas en el escenario de esta batalla, acontecida entre los días 6 y 27 de febrero de 1937.

A pesar de la buena calidad de la fotografía mostrando un denso entramado de pozos y trincheras junto a trazas de arroyos y caminos, la falta de cualquier dato de orientación de la toma dificulta la localización geográfica, así como también la deformación del relieve, debido a la perspectiva en escorzo.

De partida nos pusimos a repasar con minucia los dos vuelos históricos con que contamos de esa área, uno del año 1946 y el otro del año 1956, que recogen el estado del campo de batalla en la inmediata postguerra, cuando aún era lenta la regeneración de los campos de cultivos, viñedos y olivares; recuperación que forzosamente condujo a la destrucción de numerosos restos de la batalla tales como fortines de hormigón y otras obras de fábrica, así como de la inmensa red de trincheras y zanjas de comunicación y evacuación.

Ambas colecciones fotográficas están compuestas de decenas de ortofotos orientadas al norte, formando un mosaico de imágenes a veces desvirtuadas por la nubosidad encontrada en el momento del vuelo y otras por algún fallo técnico de la toma, pero que en su conjunto constituyen un valioso aporte de datos a todos los efectos para este tipo de investigaciones.

Aun existiendo así mismo programas informáticos para girar las imágenes dándolas otra orientación, para poder compararlas con los mapas en papel, -por norma orientados al norte-, la dificultad más seria viene impuesta por la deformación del relieve como ya se ha dicho, o dicho de otro modo, por la oblicuidad de la imagen.

Hablamos desde nuestra perspectiva de investigadores de un territorio que hemos ido conociendo a través de las numerosas rutas senderistas y demás actividades que a lo largo de más de una década hemos repetido casi semanalmente, pero que no deja de guardar para nosotros una enorme cantidad de parajes aún por descubrir dada su gran diversidad paisajística y lo tortuoso del entramado de cerros y vaguadas, a veces laberíntico.

Y como no podía ser de otra manera, fue un natural de la zona, nuestro amigo Santiago de Arganda, conocedor como pocos del territorio de sus ancestros y gran amante de estos temas, quien nos sacó de dudas.

Al primer golpe de vista ubicó el paraje de la toma: La Loma de Valdeciervos.

Otro dato importante que no se ha dicho, es que la extensa repoblación forestal llevada a cabo entre los años setenta y ochenta, que conllevó extensos movimientos de tierras con máquinas retroexcavadoras, así como formación sistemática de aterrazamientos de laderas en las lomas y cerros de esta área, contribuyó a deformar definitivamente el aspecto que tuvieron cuarenta años antes.

El crecimiento de los pinares ha hecho el resto, y hoy sólo contemplamos a través de las ortofotos de vuelos y satélites, enormes masas forestales brevemente interrumpidas por algún cortafuegos, además de la caminería trazada para la conservación de los pinares y demás tareas de prevención de incendios.

Por tanto, es enorme el mérito de quien sea capaz de interpretar una de estas imágenes pasados más de ochenta años desde el momento de la toma fotográfica, tal como fue el caso de nuestro amigo Santiago.

La Loma de Valdeciervos se encuentra en paralelo con otra serie de lomas abocadas al valle, que desde la Edad Media se denominaron Cabezuelas, y ese es precisamente el nombre del camino que desde el Cerro del Águila, junto al Vértice Valdeperdices, recorre la falda o estribaciones de estas cabezuelas y pasa además por el cerrillo testigo que fuera posición de la 5 BM, brigada mixta republicana de Carabineros, del tte.coronel Sabio, que aún conserva su estructura fortificada integrando una serie de cuevas que han recibido el nombre de este cuerpo, ya que en su interior se conservan grafitis alusivos de sus antiguos ocupantes.

A la izquierda de la Loma de Valdeciervos se halla el Cerro Hornillos y la Loma del Ajero, separados por la Vereda de Valdeciervos, que corre a lo largo del llamado Barranco de los Llanos según señala la primera edición del mapa E25m de la zona.

Esta vereda de la trashumancia se llamó también Vereda de Valdelacueva, y en la actualidad es denominada oficialmente como Vereda de la Cobatilla (sic) ó de las Suertes, y conecta el Descansadero de La Esperilla con la Colada de San Sebastián.

Puede que la covatilla pastoril o chozo de piedra semiexcavado que antaño existió y daba nombre al paraje, haya desaparecido tras tanta remoción de terrenos como se ha visto.

A la derecha de la loma, encontramos la Loma de Valdeparaíso, donde se situó la primera línea republicana, como puede observarse en el lado superior izquierdo de la fotografía que estamos comentando.

Analizando la imagen podemos ver ante la trinchera más avanzada los pozos excavados para instalar nidos de ametralladora destacados y los puestos de tirador, e incluso algún que otro fortín de hormigón, además de los abrigos y refugios excavados a pie y a espaldas de la trinchera, además de las zanjas de comunicación.

También son reconocibles las largas hileras de alambre de espino que conformaban las líneas de obstáculos, montadas sobre picas de alambrada o inclusive sobre caballos de Frisia.

En algunos puntos se instalaron zanjas anticarro para evitar el paso de blindados, e incluso campos de minas.

Una densa zona de cuevas y pozos excavados a retaguardia del islote principal constituye el área campamental de la posición, donde la tropa construía las llamadas chabolas, eufemísticamente.

La calidad de esta imagen nos ayuda a entender cómo era el dispositivo defensivo que se trazó tras la batalla en los puntos vulnerables, coronando las alturas, zanjando con ello la línea final de un frente que invariablemente se mantuvo así hasta el fin de la guerra, con escasas variaciones.

En el año 2011 se editó un libro por parte de la Asociación Tajar, titulado “La Batalla del Jarama: Un recorrido histórico por los escenarios de la lucha”, obra colectiva que recoge diversos aspectos y rutas por los restos de la batalla, de la que entresacamos unos planos del dispositivo de la 17 División nacionalista fechados entre abril y septiembre de 1938.

Según éstos, se perfilaron en principio, a lo largo del frente comprendido entre el Cerro de los Hornillos y el macizo del Pingarrón, media docena de Centros de Resistencia (CR), subdivididos a su vez en Islotes de Resistencia, que se denominaron de la manera siguiente:

CR I: Valdeperdices.

CR II: Casa de las Avispas. (También denominada Casa Amarilla y Casa de Valdepeñas).

CR III: Casa de la Radio-Morata.

CR IV: Carretera San Martín de la Vega-Morata.

CR V: Olivar de la Calva.

CR VI: Pingarrón-Casa de las Minas.

En el mes de septiembre de ese año, cinco meses después, aparecen reducidos a cinco, los Centros de Resistencia, lo que parece indicar una retirada de fuerzas y recursos hacia puntos más decisivos como lo era el frente del Ebro en aquel momento.

La posición que estamos tratando, en la Loma de Valdeciervos, perteneció en todo momento al Centro de Resistencia I, denominado Valdeperdices.

Estas posiciones supusieron el máximo avance de la III Brigada del coronel Barrón durante la batalla, hasta recibir la orden de detención el día 14 de febrero para no dejar al descubierto su ala derecha, ya que las brigadas de Sáenz de Buruaga y Asensio habían quedado detenidas en la Jara Alta (Cota 700) y Casa de la Radio. Gregorio López-Muñiz, jefe del E.M. de Varela lo cita como el “día triste del Jarama”.

Fuente de la Casa Blanca de Vallequillas. Puesto de Mando de Sáenz de Buruaga durante la batalla.

Según la obra de Carlos Engel, “H.ª de las Divisiones del Ejército Nacional 1936-1939”, Almena, 2000; la 17 División que desplegó sus fuerzas entre la llamada Cabeza de Puente del Jarama y Borox, con puesto de mando en Pinto, fue creada en la primavera de 1937, contando entre sus efectivos con siete batallones de Infantería (Rgto. América 23, Rgto. San Quintín 25, Rgto. Argel 27, Rgto. Tenerife 38, Arapiles 7, San Fernando 1), una bandera de la Legión (9.ª), dos tabores de Regulares (Tetuán y Melilla) y dos banderas de Falange (Las Palmas y Castilla).

La III Bandera de FET de Las Palmas ocupó estas posiciones alternándose en ellas con el 9.º Batallón del Regimiento San Quintín N.º 25.

Dice este autor que a pesar de ser un frente inactivo no estuvo exento de tiroteos, bombardeos de artillería y aviación y voladuras de minas.

En la actualidad, hemos recorrido estos terrenos y son muy pocos los restos que quedan de todo aquello. Una línea eléctrica de 220 Kv sobrevuela la loma a todo lo largo del cordal de cumbres, y en torno a la torre metálica de la LEAT, ubicada en el vértice 654 actual, podríamos decir que residía el centro de gravedad de esta posición.

Una enorme masa forestal de pinos alineados, replantados a lo largo de los bancales, siguiendo las curvas de nivel, tapiza todas estas alturas dificultando cualquier esfuerzo que pongamos por localizar algún rastro de las viejas fortificaciones.

Sólo nos queda esta fotografía para entender cómo fue aquel paisaje.

Loma de Valdeciervos en la actualidad

3 comentarios en «Una posición en el Jarama»

  1. Me alegra comprobar que tantos años después la fuente siga siendo válida, y que entusiastas como vosotros continúen el trabajo que algunos viejos rockeros empezamos un cuarto de siglo atrás. Ánimo, enhorabuena y a seguir en la brega.

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