Recorrido por las dos líneas fortificadas de la Cabeza de Puente del Jarama
Como venimos haciendo los últimos años, el pasado domingo, 27 de mayo, volvimos a reunirnos para hacer un nuevo recorrido de signo historicista, sobre la Batalla del Jarama; en esta ocasión por tierras de Morata de Tajuña. Celebramos así la Novena Ruta de la Guerra Civil que anualmente el GIPL convoca en exclusiva para sus simpatizantes.
Trazamos un plan de ruta circular que permite contemplar los únicos restos de fortificación visibles hoy en día, erigidos por ambos bandos en este sector del Frente, en torno a la Senda Galiana, desde el Mojonazo a la Solana.
Tras los casi ochenta años transcurridos, y los trabajos de explanación y cultivo practicados en esta altiplanicie históricamente dedicada a la explotación olivarera, -amén de las destrucciones que en la postguerra se hicieron en las obras de hormigón armado para extraer el metal-, aún quedan algunos restos arqueológicos, que nos ayudan a entender la estrategia y táctica de la Batalla, y a localizar los lugares donde las crónicas y diarios de operaciones señalan los choques armados entre los dos ejércitos.
Lo primero en desaparecer fue la trama de trincheras desplegadas por el centro mismo del olivar, que hoy podemos reconstruir gracias a los vuelos fotogramétricos de la Serie A que entre 1945-46, llevaron a cabo aparatos B-17 norteamericanos, a 6.000 metros de altura, dentro del Project Casey Jones.
La malla reticular que aparece en la vista aérea, nos refleja a la perfección dónde se ubicaba la primera línea de ambos ejércitos, así como las zanjas de comunicación con retaguardia y el resto del dispositivo auxiliar.
La enorme tarea de fortificación, iniciada desde el primer día del final de la batalla (27feb.37), no concluyó hasta casi el final de la guerra (31marz.39).
Según se desplazaba el eje de las operaciones militares a otras zonas de la Península, como Aragón y Cataluña, se iban actualizando los planes de fortificación de estos frentes -pasivos sólo en teoría- para un mayor blindaje y/o compartimentación, que permitiera detraer fuerzas hacia puntos coyunturalmente más críticos.
Nuestra visita se inició, siguiendo la hilera de puestos de escuadra republicanos que coronan las alturas del Mojonazo, apuntando a Poniente, a modo de Línea de Sostenes, que con su fuego batían la Línea de Resistencia, inmediata a la Línea de Obstáculos (alambradas, zanjas antitanque y caballos de Frisia), caso de que fuera asaltada por la fuerza enemiga; existiendo además un plan de contraataques desde estas posiciones, para llegado el caso, recuperar la línea inicial y puntos de apoyo de vanguardia, perdidos.
Junto a la carretera M-311, a nuestras espaldas, puede aún contemplarse en la Línea de Reservas, todo un conjunto rupestre de cuevas o chabolas excavadas en los taludes. Área campamental donde descansaban las fuerzas de relevo.
El plan de obras de fortificación que contemplamos tiene fecha de Noviembre de 1938, pero nos atrevemos a afirmar que entre estas obras-tipo, – Puestos de escuadra, aptos para un cabo y cuatro soldados-, existen otra serie de nidos de hormigón intercalados, que suponemos construidos con anterioridad a este último plan.
Estos otros nidos tienen forma cuadrangular y aspilleras aptas para instalar armas automáticas (ametralladora o fusil-ametrallador), en tanto que los puestos de escuadra se cubrían simplemente con cuatro fusileras bajo techado y dos puestos de granadero a barbeta, en los flancos.
Todas estas obras, alejadas a 500 metros por lo menos, de la línea de contacto, se construyeron con la calidad de materiales y encofrados que permitía tal circunstancia, combinando mampostería de ladrillo y hormigón.
Todo lo opuesto a las obras de fábrica del ejército contrario, enclavadas al centro de los puntos de apoyo, en la mismísima línea de fuego; levantadas a base de aparejos de cantería irregular caliza y mortero de cemento, aprovechando la noche.
Tras recorrer docena y media larga de obras blindadas republicanas tomamos la vaguada inmediata en dirección a Poniente, por el Camino del Megial, visitando al paso, otro resto, bastante batido, de fortín de hormigón republicano que se alza aislado junto a la Senda Galiana.
A poco menos de un kilómetro encontramos el primer resto de fortificación nacionalista, no muy alejado del camino. Si antes hemos seguido desde el punto de partida, la dirección N-NE, para las obras republicanas; el eje de la decena de posiciones nacionalistas que vamos a recorrer sigue la dirección N-S y está imbricada en la propia red de trincheras de los cuatro Puntos de apoyo que formaban el III Centro de Resistencia de la Cabeza de Puente del Jarama, de los cinco que disponía al acabar la guerra.
Los nidos son cuadrangulares con entrada en codo, y aspilleras dispuestas para arma automática, en una organización defensiva del terreno que incluía la presencia de las versátiles piezas antitanque alemanas Pak 36-37, a fin de prevenir súbitas irrupciones entre sus líneas de los temibles T-26b, muy probables en terreno tan llano, contra los que resultaron tremendamente eficaces.
La 17 División nacionalista, cubrirá con sus fuerzas el sector de frente comprendido entre la Cabeza de Puente del Jarama y Borox hasta el final de la guerra, en tanto que los republicanos irán reemplazando varias Divisiones del III CE (15, 9, 13).
Durante la segunda semana de la batalla, del 12 al 17 de febrero, se dieron en estos olivares los choques más sangrientos de la misma, y frente a las tropas del Coronel Sáenz de Buruaga, entre las que descuellan la IV y V Banderas legionarias, la Mehal-la del Rif, los Regulares de Tetuán y Alhucemas, la 1ª Bandera falangista de Castilla o los Cazadores de San Fernando, la XI y XV Brigadas Internacionales lanzan sus Batallones en oleadas sucesivas a lo largo de esas luctuosas jornadas: Edgar André, Thaelmann y Commune de París, de la XI BI; Six Frevier, Dimitrov y A.Lincoln, de la XV BI, entremezclados con Brigadas Mixtas españolas (17 BM, 24 BM).
El objetivo táctico de estos ataques era superar el Kilómetro 30 (M-311)-Cruce Camino Casa de Nevares y la Casa de la Radio Militar, hacia el objetivo estratégico: Cortar la carretera de Valencia, por el Kilómetro 32, junto al Vértice Valdesemorial.
Pero se había infravalorado la capacidad de la República para interponer una fuerza de resistencia capaz de soportar la embestida.
Al final, la correlación de fuerzas fue de dos a uno, y el Estado Mayor nacionalista hubo de claudicar a la semana del inicio de operaciones por agotamiento de todas sus reservas, justo el 14 de febrero, «día triste del Jarama», cual expresa el jefe del Estado Mayor de Varela, Cmdte. Gregorio López-Muñiz en su obra «La Batalla de Madrid» (1943).
Ya no se producían las desbandas de los meses anteriores, cuando al inicio de la guerra en el avance hacia Madrid, las columnas de milicianos eran desbaratadas con el mínimo esfuerzo.
Tampoco pudo hacerse un uso adecuado de la artillería por las desfavorables características del terreno, el laberinto de olivos, y la ausencia de observatorios que ayudaran a la corrección de tiro, llegando al extremo de producirse bajas entre las propias fuerzas en más de una ocasión. Circunstancia que también afectaba a la aviación de caza y bombardeo.
Ante la indiscutible capacidad y experiencia militar de la fuerza atacante, se opuso la férrea voluntad de resistencia y abnegación de la fuerza resistente.
Cuando se inicia la contraofensiva, a mitad de la Batalla, se tornan los papeles y las fuerzas nacionalistas tampoco cederán un palmo de terreno, alcanzándose un grado extremo de sacrificio y límite de fuerzas por ambas partes.
Al final de la marcha, llegamos al cruce de la Senda Galiana con la carretera de San Martín, retomando la dirección Este hacia el punto de partida.
Antes de llegar hacemos una parada en un curioso chozo de piedra, antiguo refugio pastoril que también cumplió su papel en aquellos momentos merced al grosor de sus paredes, integrado plenamente en la Línea de vigilancia republicana, reforzado en la cúpula con hormigón.
A modo de colofón visitamos posiciones excavadas sobre el borde la carretera que enlazaban con las de la Loma de la Horca-Memorial Charlie Donnelly y Vereda de la Jara, visitadas en la Ruta del año anterior.
ANEXO 1: Coordenadas obras de fábrica republicanas El Mojonazo (DATUM WGS 84):
01-REP= 40º 13.937′ N / 3º 28.888′ W
02-REP= 40º 13.853′ N / 3º 28.677′ W
03-REP= 40º 13.838′ N / 3º 28.667′ W
04-REP= 40º 13.819′ N / 3º 28.790′ W
05-REP= 40º 13.833′ N / 3º 28.770′ W
06-REP= 40º 13.807′ N / 3º 28.802′ W
07-REP= 40º 13.800′ N / 3º 28.805′ W
08-REP= 40º 13.793′ N / 3º 28.807′ W
09-REP= 40º 13.776 N / 3º 28.808′ W
10-REP= 40º 13.776′ N / 3º 28./819′ W
11-REP= 40º 13.757′ N / 3º 28.818′ W
12-REP= 40º 13.725′ N / 3º 28.827′ W
13-REP= 40º 13.723′ N / 3º 28.816′ W
14-REP= 40º 13.705′ N / 3º 28.811′ W
15-REP= 40º 13.681′ N / 3º 28.810′ W
16-REP= 40º 13.645′ N / 3º 28.807′ W
17-REP= 40º 13.632′ N / 3º 28.818′ W
18-REP= 40º 13.617 N / 3º 28.817′ W
19-REP= 40º 13.599′ N / 3º 28.790′ W
20-REP= 40º 13.570′ N / 3º 28.804′ W
CHOZO= 40º 13.623′ N / 3º 29.069 W
ANEXO 2: Coordenadas obras de fábrica nacionalistas La Solana (DATUM WGS 84):
01-NAC= 40º 13.531′ N / 3º 29.313′ W
02-NAC= 40º 13.553′ N / 3º 29.345′ W
03-NAC= 40º 13.584′ N / 3º 29.361′ W
04-NAC= 40º 13.757′ N / 3º 29.342′ W
05-NAC= 40º 13.822′ N / 3º 29.286′ W
06-NAC= 40º 13.865′ N / 3º 29.267′ W
07-NAC= 40º 13.925′ N / 3º 29.286′ W
08-NAC= 40º 13.934′ N / 3º 29.275′ W
09-NAC= 40º 13.956′ N / 3º 29.310′ W
10-NAC= 40º 14.040′ N / 3º 29.308′ W
11-NAC= 40º 14.144′ N / 3º 29.377′ W
ANEXO 3: Otros restos republicanos en El Mojonazo (DATUM WGS 84):
NIDO= 40º 13.616′ N / 3º 28.686′ W
VIVAQUES= 40º 13.657′ N / 3º 28.699′ W
TRINCHERA= 40º 13.686′ N / 3º 28.675′ W
P.ESCUADRA= 40º 13.880′ N / 3º 28.652′ W
P.ESCUADRA= 40º 13.908′ N / 3º 28.627′ W
P.ESCUADRA= 40º 13.934′ N / 3º 28.614′ W
TRINCHERA= 40º 13.972′ N / 3º 28.800′ W
VIVAQUES= 40º 13.897′ N / 3º 28.541′ W
EDIF. P.MANDO= 40º 13.851′ N / 3º 28.522′ W