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La Torre de Vuelos sin Motor de la Marañosa

Resumen: Breve recorrido por un paraje que en su momento fue sede de una innovadora actividad deportiva y poco después se convertiría en campo de batalla, rememorando los hitos que lo enmarcan y nos lo recuerdan.

Para el grupo de investigadores del Parque Lineal del Manzanares, el descubrimiento del solitario monumento de Albarrán, alzado a poniente del cerro de vuelos, llamado Cerro Mayor, cual póstumo homenaje a un maestro que sus alumnos y alumnas ofrendaron a dos años de su muerte accidental, significó el punto de partida para una investigación que nos llevó al conocimiento de más detalles de aquella proeza deportiva desarrollada durante casi un lustro en aquellas cumbres al sur de Madrid.

Tirando de hemeroteca y algún retazo suelto de la web apilamos un caudal de información sobre el suboficial Albarrán y la pléyade de entusiastas del VsM que a comienzos de los años treinta coronaron aquellos promontorios a lo largo de intensivas jornadas de esfuerzo y tesón, diseñando veleros, transportándolos al cerro, remontando las cuestas previo a los lanzamientos, y vuelta a empezar, semana tras semana.

José Luis Albarrán Reyes era el suboficial piloto que desde 1922 seguía con inquietud estas experiencias, pioneras en nuestro país pero más avanzadas en otros países, como Alemania, adonde se desplazó en 1930 pensionado por el Servicio de Aviación Militar junto con el capitán José Luis Mas de Gaminde, según recoge en su obra, Miguel Tauler, Vuelo sin Motor en España, M.º Defensa, 1996.

El curso de piloto se impartía en la Wasserkuppe, montaña del estado alemán de Hesse en el macizo del Rhön, y el título que se otorgaba era de piloto de Vuelo sin Motor Clase C.

Desde ese momento, J.L. Albarrán inicia un activismo sin precedentes para la divulgación de esta técnica deportiva mediante conferencias, reportajes en prensa, publicación de libros y edición de folletos arrastrando a un considerable número de aficionados que pronto se organizan en diversos clubs y asociaciones.

Adquirido un planeador tipo Zögling, funda en 1931 la Sección de VsM con vuelo inaugural en Cuatro Vientos. El 3 de enero de 1932, reunidos 5 planeadores en la Marañosa y varias asociaciones, se realizan pruebas de navegación otorgando 16 títulos A a los pilotos del grupo Aero Popular y otros 14 a los alumnos de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid.

A través de la Dirección de Aeronáutica Civil, de la que depende la Sección de VsM, se arriendan unos cerros de la Marañosa donde se instala una Escuela Central y posteriormente se construye un modesto hangar metálico inaugurado el 22 de octubre de 1933. Algo después se levantó una torre de vuelos con ladrillo y cemento en el Cerro Mayor.

Pero José Luis Albarrán no llegó a conocerlo, ya que debido a un fatal accidente en el campo de Armilla (Granada) había fallecido más de un año antes, el 29 de mayo de 1932, a la edad de 30 años y cuando estaba prevista su boda seis días después.

Mientras, continuaron las actividades en los cerros, donde a veces se ayudaban en los remontes de los veleros con la mula Preferida, un automóvil o una moto con sidecar, según cada momento y circunstancias. Del 27 al 30 de diciembre de 1934, aprovechando las vacaciones navideñas, se organizó una estancia en la Marañosa para hacer prácticas. Los alumnos se alojaron en el hangar y en una pequeña caseta adosada, sin camas.

Este mismo alumnado costeó mediante una colecta y con parte de los fondos con que pensaban obsequiar a su profesor con motivo de sus proyectadas nupcias, el sencillo monumento labrado en piedra que lacónicamente solo nos muestra un nombre: ALBARRÁN, cual sentido tributo a este prócer de la aviación deportiva.

El 15 de mayo de 1936 fue su inauguración.

Dos meses después se inició la guerra civil española tras la sublevación de una parte del Ejército contra el gobierno legal republicano el 17 de julio de 1936, y aquellos campos se convirtieron en campos de batalla en febrero de 1937 durante los avances que preludiaron la llamada batalla del Jarama (06.febrero-27.febrero).

Fue prospectando estos cerros en busca de los rastros de la guerra, para identificar fortificaciones y trincheras, como localizamos los restos del hangar así como de la torre de vuelos.

Con la única guía del libro de Juan Modesto, Soy del 5.º Regimiento, Colección Ebro, París 1969, y de las memorias de Peter Kemp, Legionario en España, 1957, nos adentramos en los cerros bastante desfigurados por esa repoblación de pinos y abancalamientos de la década 70-80 que ha borrado casi por completo toda huella del pasado.

Nuestro primer descubrimiento fue el del monolito a Albarrán. Su mera contemplación, el hecho de encontrarlo emplazado en la soledad de aquel vértice batido por los cuatro vientos, escrutando la llanura, nos llenó de interrogantes y fue causa suficiente para iniciar la búsqueda de más información.

El monolito tallado en piedra de granito, sustentado por un basamento troncopiramidal de mampostería caliza, representa el cuerpo estilizado de un águila erguida con las alas plegadas, en cuyo centro se ha inscrito el apellido ALBARRÁN, y su estado de conservación es perfecto, sin haber sufrido hasta el día de hoy ningún deterioro desde su inauguración en 1936. (40.27979,-3.60206, DATUM WGS84).

Nuestro segundo hallazgo fueron los restos de unas vigas de acero fijadas al terreno con zapatas de hormigón, ubicadas donde el camino de Buenavista se desvía del camino viejo de Chinchón. En un principio supusimos constituían algún resto suelto de obstáculo bélico o barrera defensiva. Pero algún tiempo después, la simple contemplación de una fotografía del hangar de veleros que existió en la Marañosa, nos arrojó nueva luz sobre el asunto.

Los restos actuales son dos hileras paralelas de zapatas de hormigón sosteniendo unos cortos perfiles de acero a modo de esperas. A éstos se solaparían los perfiles de agarre de las chapas de aluminio, zinc según otras versiones, que daban cuerpo al enorme hangar de 20×15 metros de base por 7 de altura, con cubierta a dos aguas como vemos en la foto. Los perfiles de acero de la estructura inicial fueron IPN de 55x123mm, incrementada luego con otras dos hileras más de IPN de 41x82mm, para aumentar su capacidad. (40.28181, -3.60102, DATUM WGS84).

Un tiempo después, visitando el cerro de vuelos de la cota 669, no nos cuadraba que entre los restos de fortificación aparecieran entremezclados numerosos trozos de pavimento con baldosa y muros de ladrillo revocado de yeso sin ninguna relación con el período bélico.

En principio pensamos que se trataría de los restos de alguna casa de guarda, pero gracias a otra fotografía se ha aclarado el misterio. Era lo que quedaba de la Torre de vuelos, una especie de caseta de observación de vuelos y lugar de resguardo para pilotos y otros acompañantes durante las prácticas de lanzamiento. (40.28309, -3.60281, DATUM WGS84).

Por dicha fotografía dedujimos que la edificación tuvo una estructura de dos plantas y que en la planta alta se erigía una terraza cerrada con un murete a modo de pretil, junto con una torreta cuadrada rematada con un pararrayos. En la planta baja puede verse un gran ventanal y en el costado contiguo se advierte una visera que parece estar colocada sobre otro ventanal similar.

Esta construcción quedó integrada en la posición 142, Cerro de Vuelos, sufriendo el mismo destino que el resto de las fortificaciones de esta posición nacionalista durante las diversas acciones de guerra que experimentó.

Los relatos de J.Modesto y P.Kemp se centran en lo acaecido entre las dos jornadas del 17 y 18 de febrero de 1937, cuando desde la Aldehuela partieron sucesivos ataques de tropas republicanas en oleada a la conquista de estas cumbres, recibiendo las descargas cerradas de los sublevados parapetados en posiciones absolutamente dominantes. La carnicería causada entre las fuerzas leales fue considerable; fue como tirar al blanco, dice P.Kemp apiadándose un poco de aquellos pobres muchachos lanzados a pecho descubierto contra la muerte.

Varias unidades de la 1.ª Brigada de la Div. Reforzada de Madrid, bajo el mando del Tte.Col. Rada, se habían fortificado en estos cerros cubriendo el lado izquierdo del avance hacia el Jarama iniciado el día 6 de febrero de 1937 desde Pinto. Tras vencer la resistencia enemiga en Cabeza Fuerte, avanzando en dirección Este, por la pista de Pinto a la Marañosa, se entabló un fuerte combate en el cruce con la carretera de San Martín, prosiguiendo luego el avance hasta la Fábrica de Artillería alcanzada al día siguiente.

En Vuelos sin Motor quedó destacada una unidad de requetés, el Tercio del Alcázar, al mando del Cmdte. Emilio Alamán; reforzada con una Cía. de Ametralladoras del II Bón. de Argel, dos Pak 37mm. y una unidad de artillería, 7.ª batería 75mm. 3er.Rgto.Ligero, que había instalado su plana mayor en el hangar de aluminio de Vuelo sin Motor.

Inesperadamente, el impacto directo de un proyectil sobre el hangar causó 26 bajas. Era el día 8 de febrero y resultaron muertos un teniente, un alférez-capellán, dos sargentos y ocho artilleros. El resto de bajas lo fueron por diversas heridas: un capitán, un alférez, un sargento, dos cabos y nueve artilleros.

Juan Modesto Guilloto, jefe histórico del 5.ºRgto. de milicias madrileñas, dirigía desde Cerro Gordo, en la orilla izquierda del Manzanares, la llamada Agrupación Norte (4.ªDiv: 36BM y 41BM; reforzada con 10BM, 19BM, 21BM, 48BM de Carabineros y un Bón. del Frente de la Juventud) cubriendo el tramo de frente comprendido entre Perales del Río y la Torrecilla hasta Vaciamadrid, luego prolongado hasta el puente de Arganda.

Además de cubrir esta línea sostenían las posiciones del Espolón de Vaciamadrid en la orilla derecha del Manzanares y la defensa de los Vértices Piúl y Cumbres de Vallecas.

Frenado el avance de las tres brigadas del ejército sublevado, desplegado entre Loma de Valdeciervos, Casa de la Radio y Vereda de la Jara Alta, a partir del 16 de febrero se inicia el contraataque republicano a lo largo de todo el frente, con la intención de hacerlas retroceder a su punto de partida.

En la madrugada del día 17 de febrero, fuerzas de Modesto agrupadas entre la Torrecilla y la Aldehuela, inician un ataque simultaneado con otros planeados entre el Espolón y Vértice Coberteras a fin de estrangular el complejo de Marañosa y líneas de comunicación a retaguardia, pero uno tras otro son rechazados y devueltos a sus bases de partida. Peter Kemp, voluntario inglés del Tercio del Alcázar, describe estos combates de primera mano.

Desde la posición donde se encuentra divisa una ancha franja de olivares y un camino carretero que conduce a lo que llama una aldea desierta, en realidad la Trapa de La Aldehuela. Según se disipa la niebla aparecen diminutas figuras que comienzan a disparar sus armas tras rebasar los olivos. Luego se inicia el fuego de artillería que destruye una pequeña casa abandonada, 100 yardas a sus espaldas, usada como sede del mando de la sección y dormitorio.

Cuenta que tras tres intentos fallidos de asalto aparecen seis carros rusos por la derecha que el fuego artillero rechaza destruyendo dos de ellos. Estos blindados, armados con un cañón de 45mm llegaban de refuerzo, habiendo cruzado el río Manzanares por el puente de Casa Eulogio, pero su esfuerzo descolgado de la infantería resulta infructuoso.

Tras el recuento de bajas son enviados a reforzar la posición situada a su izquierda que ha quedado más debilitada. El eje principal del ataque es el Camino Viejo de Chinchón ascendiendo desde el barranco de Filipinas. Las ametralladoras pesadas se han repartido entre Cerro de Vuelos y Vuelos 2 a la espera de nuevas acometidas que se iniciarán a la mañana siguiente, día 18, intentando flanquearlos por la izquierda, aprovechando la niebla, con apoyo de fuego artillero y fuego de morteros. Antes de estos ataques P.Kemp recorre con su comandante estas dos posiciones principales encaramadas en las crestas. Dice que la central mira al norte, hacia el valle y la franja de olivos. La de su izquierda, se curva hacia el noroeste, hacia Madrid.

Transcurre la jornada bajo el fuego enemigo y cuando todo vaticina el asalto final, surgen por ese mismo flanco izquierdo 16 carros alemanes armados con dos ametralladoras que, atendiendo las oportunas órdenes del general Varela, arrasan con sus ráfagas el campo enemigo provocando su huida entre los olivares, que en realidad eran densos retamares.

Cree Peter Kemp que los atacantes pertenecían a los Lobos Grises de Pasionaria, y que con esa acción se culminaba el segundo y último día de la batalla de la Marañosa sin ningún resultado para las fuerzas gubernamentales sino que una inútil sangría entre muertos y heridos. De haber triunfado este ataque, las tropas nacionalistas que cubrían el área de la Marañosa, Fábrica de Artillería y Espolón de Vaciamadrid habrían quedado embolsadas al cerrarse la tenaza abierta con otras unidades de Modesto que simultáneamente atacaban el Vértice Coberteras y el Pronunciado. La cabeza de puente del Jarama hubiera quedado entonces amenazada en su retaguardia y cortada en parte su línea de suministros.

Las siguientes jornadas hasta el final de la batalla (27 de febrero) fueron una sucesión de ataques casi diarios contra el vértice Pingarrón con el mismo resultado en cuanto a pérdidas humanas y despilfarro de recursos, quedando en tablas el resultado de la batalla.

Cerramos este artículo recordando que aún hoy, en el Cerro Mayor de Vuelo sin Motor, perviven los restos de la que fue una airosa torre de altos vuelos, emergiendo entre parapetos desmochados y troneras rotas, recordándonos que hubo un tiempo esperanzador de paz y de ilusiones colectivas anterior a aquella tragedia.

BREVE NOTA BIOGRÁFICA DE UN PILOTO DE VUELO SIN MOTOR

Muchos fueron los aficionados a la aeronáutica que promovieron y participaron en aquellas jornadas pioneras del vuelo sin motor. Unos como espectadores, otros como pilotos, e inclusive hubo quienes diseñaron sus propios veleros y los pusieron a prueba sobre estos cerros con éxito absoluto.

Nos llama la atención sobremanera, un estudiante de la Escuela Central de Ingenieros Industriales de Madrid, promotor de la Agrupación de VsM de la escuela. Se llamaba Hans Maluquer Wahl (1910-1999), y era hijo de Ana Wahl Simon, natural de Offenbach, Alemania; y de José Maluquer Nicolau, el que llegara a ser director gral. de CAMPSA y de la Industria de Guerra durante la guerra civil española, además de presidente de la Institución Catalana de Historia Natural.

Tanto Hans como su hermana Ana M.ª (Madrid,1913-Barcelona, 1993), compartían una enorme afición a la aeronáutica. Ella descolló como traductora de obras científicas, desarrollando su labor profesional por diversas capitales europeas. Él cursó estudios de ingeniería industrial licenciándose como ingeniero industrial, además de convertirse en piloto y autor de obras científicas sobre esta materia además de alguna obra histórica como la dedicada a sus experiencias en la aviación republicana. («La Aviación de Cataluña en los primeros meses de la guerra civil». Editorial San Martín. 1980).

En el Archivo Nacional de Cataluña se conserva el Fondo Maluquer, donde podemos acceder al inventario de toda la documentación conservada sobre esta figura pionera del deporte aeronáutico.

Su primer diseño en 1934 fue el planeador MG5 que bautizó con el nombre de «Ingeniero Industrial» batiendo en la Marañosa el record estatal de permanencia en el aire. Fueron años de ilusión que pronto cercenó el estallido de la guerra, sorprendiéndole en Barcelona.

Como observador-ametrallador de la aviación leal tras su ingreso en las milicias, participó en diversos combates aéreos a lo largo de los frentes del Norte (Galicia, Asturias, País Vasco) y de Aragón. Fue sonado el combate de su Breguet XIX, pilotado por Roldán, contra un Heinkel 51 sobre Elgoibar (26.IX.36).

Ya que Hans Maluquer Wahl había sido alférez de complemento del Cuerpo de Ingenieros en el Rgto. de Transmisiones del Pardo (2.X.1932) mientras cursaba los estudios universitarios en Madrid, fue nombrado profesor de la Escuela de Transmisiones y Señales de Barcelona tras esas misiones de combate, y en marzo de 1937 es destinado al Bon. de Ingenieros del Frente de Aragón, siendo confirmado en el cargo de Teniente de Milicias. Se había casado con Rosario Oromí en ese período.

En el mes de agosto de 1937 pasa al ocupar el puesto de Inspector de Fábricas de las Industrias de guerra terminando la guerra en esa labor. El 5 de febrero de 1939 cruza la frontera a Francia; Amelie-Les-Bains, Niort, Tours, fue su recorrido hasta el retorno a España: El 4 de agosto de 1939 ingresa en la Prisión Celular de Barcelona tras presentarse al Auditor de la IV Región Militar, compartiendo celda con diez presos políticos.

Hasta que se celebra el Consejo de Guerra permanecerá preso en el castillo de Montjuich (15.XI.1939-14.VIII.1940) donde recibe las visitas de su esposa. La sentencia le condena a dos años de prisión menor y a continuación se le concede el indulto.

Ya inserto en la vida civil prosigue su actividad profesional como profesor de la Escuela Elemental del Aire escribiendo entre los años 1940 y 1978 diversos estudios técnicos y libros sobre aviación y aeronáutica. Es fundador de ADAR (1976), Asociación de Aviadores de la República. Entre 1970 y 1996 recibe varias medallas y homenajes de reconocimiento a su labor. Falleció en 1999.

Una vida dedicada al desarrollo de la técnica de vuelo, uno de los grandes desafíos del ser humano: La conquista del Aire. Una vida azarosa por la irrupción de la guerra que tantos proyectos de vida se llevó por delante y tanta destrucción causó. Este es nuestro pequeño homenaje a su memoria.

4 comentarios en «La Torre de Vuelos sin Motor de la Marañosa»

  1. Muy interesante articulo.
    Yo soy aficionado a los deportes aereos, y ya era conocedor de la figura de Jose Luis Albarran, de su trayectoria y su fallecimiento en un accidente en Armilla.
    Estuve con Jesus Lopez hace unos años, visitando la zona y el monolito de Albarran,.
    La fotos que habeis publicado, no las conocia, y han sido un excelente compemento a mi visita.
    Gracias.

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