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La Villa Romana de Villaverde

recreación de una habitación noble en la villa romana de villaverde
Recreación en el Museo de San Isidro de una sala de la Villa Romana de Villaverde. Tramo 2 del Parque Lineal.

En el Tramo 2 de lo que hoy constituye el Parque Lineal, frente al actual edificio de oficinas Novosur y a pie del camino peatonal que discurre por la orilla derecha del río Manzanares, se alzó una villa rústica romana de época Imperial.

Este tipo de asentamientos, clásicos en época Imperial y Bajo Imperial, consistían en conjuntos residenciales situados en el centro de un fundo o hacienda, normalmente de explotación agropecuaria, y compuestos de una pars urbana y una pars rústica. Es decir, un área residencial donde habitaba el dóminus y un área funcional de viviendas e instalaciones de aparceros, esclavos y siervos.

También podían ubicarse en torno a otro tipo de actividades o explotaciones: Minería, piscifactorías, industrias de gárum y salazón, alfares, salinas, etc.

Lo más habitual es que se situaran en la proximidad de una calzada o vía de comunicación importante y que dispusieran de manantiales de agua cercanos, siguiendo las reglas de Vitruvio, arquitecto romano del siglo I a.C. y dato importante para su localización arqueológica.

Los restos conservados de la villa que comentamos, correspondían a la pars urbana, -parte más noble y suntuaria-, del complejo agropecuario que existió en torno a un vado natural del río Manzanares (el denominado Vado de Santiago en época bajomedieval), donde la antigua carretera de Villaverde-Vallecas cruzaba el río ya en época moderna, en zona rica en manaderos de agua como los que alimentaron la fuente de la Capona, instalada en la finca de ese mismo nombre, a finales del siglo XIX, muy próxima al lugar.

Tras años de olvido, los restos terminaron desapareciendo con motivo de las obras de la M-40 y de la construcción del Nudo Super-Sur que conllevó inclusive el desplazamiento del tramo de cauce fluvial afectado por estas obras.

Aunque la recuperación e integración de los restos arqueológicos fue posible e incluso hubo proyectos para su conservación conforme las obras de la M-40 terminaran, finalmente no existió suficiente interés para lograrlo, perdiéndose así una de las joyas históricas del Parque Lineal del Manzanares.

En este artículo tratamos de recuperar la memoria de la Villa Romana de Villaverde.

Descubrimiento de la Villa

destrucción de la villa romana de villaverde

Hasta finales de 1.927 era muy poca la información que había respecto al Madrid de la época de los romanos, y muy escasos los restos encontrados. De ahí la importancia que tuvo el descubrimiento del yacimiento de Villaverde Bajo. Villaverde es el único lugar de Madrid capital en el que se llegó a probar la existencia de una villa romana con pruebas y restos concretos, aparte de la villa de Carabanchel y algunos vagos restos que parecen reposar bajo la Casa de Campo.

La villa romana de Villaverde fue descubierta por D. Fidel Fuidio el 30 de diciembre de 1.927 cuando, buscando sílex y otros objetos prehistóricos por la margen derecha del Manzanares, encontró, poco antes de llegar al puente del Tren de Aranjuez sobre el río Manzanares (entonces Línea de Andalucía), la existencia de una tierra oscura que contenía cerámica romana.

«Al llegar al arenero anterior a la villa [romana], uno de mis discípulos (Manuel Moreno) me presentó un trozo de vasija de barro rojo que había perdido el barniz, pero no el dibujo del relieve. Esto despertó la curiosidad. Esta quedó satisfecha al llegar al siguiente arenero, donde se destacaba al lado de la arena una tierra muy negra de cenizas, donde pude recoger un trozo de vasija roja con barniz muy brillante y relieves geométricos circulares muy pronunciados y algunos estucos pintados. Entonces me di cuenta del descubrimiento.»

(Pérez de Barradas, 1.929)

El Sr. Fuidio puso este hecho en conocimiento del profesor Obermaier y de D. José Pérez de Barradas, quién sería el encargado de dirigir las excavaciones iniciadas al poco tiempo.

El yacimiento romano más importante, fue descubierto en el conocido como Arenero del Ventorro del Tío Blas, en el que comenzaron las excavaciones arqueológicas el día 16 de enero de 1.928 por cuenta del Ayuntamiento de Madrid.

excavación de la villa romana
Excavación de la villa con Pérez de Barradas al frente. Año 1929.

Esta zona ya había sido visitada en anteriores ocasiones por Pérez de Barradas. Los areneros fueron muy explotados en esta parte del río Manzanares y hoy siguen subsistiendo algunos de mediados del siglo XX en el Parque Lineal. Durante todo el siglo pasado, las arenas que arrastrara el río a lo largo de miles de años, decantadas por las Terrazas del Manzanares, fueron extraídas mediante canteras al aire libre, para su uso en la construcción. Estos procesos extractivos, propiciaron indirectamente el descubrimiento de restos fósiles y arqueológicos, saliendo a la luz lo que que las arenas del río habían ocultado durante miles de años. Desde el famoso elefante de Transfesa, aparecido junto a la actual Estación ferroviaria de Villaverde Bajo, hasta restos de la época romana que comentamos.

Los areneros eran por lo tanto explotaciones privadas cuyos dueños no siempre veían con buenos ojos la intervención de personas ajenas a la pura actividad económica, que a veces interferían en sus negocios. Entonces no existía ninguna reglamentación para la protección del Patrimonio Histórico-Artístico y la Arqueología aún era una Rama auxiliar de la Historia en proceso de desarrollo, a veces practicada con poco conocimiento por aficionados procedentes de otros campos del saber, médicos, arquitectos, ingenieros. En los areneros, aunque algunas personas colaboraran, otras no lo hicieron en absoluto, por lo que podemos imaginar que la mayor parte de los restos aparecidos iban siendo destruidos o expoliados por los dueños.

areneros en el parque lineal del manzanares
Areneros en la zona del Manzanares. La foto a la izquierda es de los años 20, la de la derecha es actual.

«Los obreros que allí trabajaban me hablaron de que no era rara la aparición de «cacharros» en la tierra, y me enseñaron algunos trozos de barro negro y rojizo, atípicos y con señales claras de torno. Es de advertir que sobre fragmentos semejantes habíamos consultado a diversas personas y que unánimemente las habían considerado como medievales. Esta fue la razón de que no atendiéramos a su estudio. No obstante, procuramos recoger un «cacharro» entero que uno de los obreros se llevó a su casa, donde lo tuvo en uso algún tiempo[…] Hemos de manifestar nuestro agradecimiento por todas las facilidades prestadas, al duque de Híjar, dueño del terreno, a los Sres. Unzeta y Aresti. No podemos decir lo mismo de los encargados de la explotación del arenero, D. Jesús Castaña y D. Mariano Fernández, pues a ellos se debe en buena parte el que nuestros trabajos no rindieran el fruto esperado, como habrá ocasión de probar más adelante».

(Pérez de Barradas, 1.929)

En aquella época, los conocimientos que se tenían sobre la arqueología romana eran muy escasos, lo que hizo que se confundieran algunos restos romanos con restos de época medieval no dándoles la importancia que tenían realmente. Suponemos que ese desconocimiento fue también clave en el hecho de que se perdiera parte del patrimonio que se encontrara en el arenero. La villa romana de Villaverde, de hecho, nunca fue recuperada al completo.

Ubicación de la Villa

«Las ruinas romanas de Villaverde Bajo se hallan en el término de Villaverde, provincia de Madrid en la orillas de río Manzanares, en el ángulo que forma el camino de San Martin de la Vega y el camino y vado de Santiago, frente al kilometro 6 de la vía férrea Madrid-Aranjuez y junto al ventorro del tío Blas.
Entre las ruinas y el río Manzanares hay un terreno llano de regadío, separado éste por un canalillo.
Desde la cumbre del cerro de las ruinas hacia el norte, se tiene una vista panorámica de las más hermosas de Madrid y Guadarrama» (Fidel Fuido, 1934)

Tras algunas indagaciones, hemos conseguido determinar la ubicación exacta de la villa, en un entorno enormemente antropizado.

fotocomposición de la ubicación de la villa
Ubicación exacta del yacimiento de la Villa Romana de Villaverde. Hemos superpuesto la foto de la destrucción sobre una foto actual del lugar. Se observa el anclaje perfecto de las vías al fondo, del tráfico de la carretera de Villaverde a Vallecas y de los árboles, menos crecidos entonces. Al fondo está el edificio Novosur, que entonces no existía. En cambio se observa una nave; la última del complejo de la Euskalduna, empresa hoy desaparecida.

El paisaje ha cambiado mucho durante los últimos años, incluso el curso del río Manzanares fue modificado para ampliar la depuradora de La China. Del Ventorro del tío Blas no queda nada, creemos que víctima de las obras de explanación de debieron acompañar a la M-40. En general podemos decir que el entorno poco tiene que ver con el que Pérez de Barradas encontró en sus prospecciones. En las fotos aéreas de 1.956 podemos analizar con más claridad la ubicación de los restos que fueron descubiertos en 1927, lindando con el Camino a San Martín de la Vega y lo que llamaban Vado de Santiago, que no era otra cosa que una gran placa tectónica donde las aguas del río reducían notablemente su profundidad y permitían ser vadeadas por carretas y caballerías fácilmente.

Suponemos que el Vado de Santiago recibe tal nombre desde la época de la repoblación cristiana, a partir de 1085, cuando los caballeros de esta Orden militar reciben la Encomienda de guardar tal vado e incluso cobrar el impuesto fiscal de paso como en otros lugares se hacía; portazgos, barcazgos, etc. La ermita allí erigida tendría más consonancias con una edificación de corte militar que con una religiosa. Cerca se alzó también la Venta de Santa Catalina, otra edificación recurrente en estos enclaves de paso, posiblemente herencia de alguna mansio romana de este tramo del Itinerario Antonino.

Las Órdenes militares de Caballería, en esa época y en estos parajes, la de Santiago y la de Calatrava, tenían encomendado la estrecha vigilancia de estos puntos estratégicos así como de las fortalezas y demás baluartes de frontera, en aquel proceso de reconquista o recuperación de un solar histórico que, por tradición, había sido arrebatado a la población heredera del mundo romano, hispano romano y godo; población cristiana regida ahora por un rex hispánico.

«Sólo la tradición indica que el origen de Villaverde fue la donación de tierras, por Alfonso VI a caballeros santiaguistas […] Sin embargo, un hecho puede parece confirmar dicha hipótesis: la existencia de la antigua ermita, llamada de Santiago, en el Vado de Santiago, muy próxima a donde hoy se alza el puente sobre el Manzanares de la vía férrea Madrid-Alicante».

(Historia de Villaverde, Ayuntamiento de Madrid, 1986)

ubicación de la villa romana
Plano anterior y actual que señala la ubicación de la villa. Nótese que tras las obras de la M-40 el curso del río fue alterado y la carretera de Villaverde a Vallecas interrumpida en este punto. En la actualidad, el emplazamiento de la villa romana quedaría justo junto al camino peatonal del Parque Lineal.

La excavación arqueológica

estratigrafia, villa superior e inferior

Como decíamos, el 16 de enero de 1.928 comienzan las excavaciones en la villa romana de Villaverde, las cuales fueron dirigidas por José Pérez de Barradas. En seguida aparecieron trozos de estucos y de mosaicos, fragmentos de cerámica, huesos y trozos de tejas y ladrillos; según comenta la memoria de esos trabajos.

Se pudo distinguir la existencia de dos niveles arqueológicos superpuestos que contenían restos romanos.

En el nivel inferior, al cual se denominaría Villa Inferior, no se documentaron restos de muros in situ, pero sí fragmentos de tejas, ladrillos, y algunos trozos de mosaicos.

A estos restos se superponían los muros y pavimentos de una construcción posterior que fue denominada Villa Superior.

La Villa Inferior

La Villa Inferior es la más antigua de las dos. Construida en el siglo I d.C., fue destruida por un incendio a finales del siglo II o comienzos del siglo III d.C. En ella, se encontraron numerosos restos de mobiliario y ajuar. Entre ellos, el hallazgo de una olla refleja la pervivencia de tradiciones indígenas en los momentos iniciales de la Villa. Otros restos, como una cabeza de Silvano, un lampadario y una jarra de bronce, reflejan una romanización más acusada.

cabeza en alabastro de silvano
Cabeza de Silvano, encontrada en la excavación de la villa. Actualmente expuesta en el Museo de San Isidro.
jarra yacimiento
Jarra de bronce hallada.

Silvano era espíritu tutelar de los campos y de los bosques. En ocasiones se ha atribuido esta cabeza a Sileno, Dios menor de la embriaguez. Sin embargo, Sileno es un Dios griego que nada tiene que ver con Silvano, al que se describe como un dios que preside sobre los campos y los granjeros, y también se le consideraba protector de las fronteras de los campos. Así mismo, se le describe como la deidad protectora de los rebaños de ganado, a los que guarda de los lobos y cuya fertilidad promueve.

Durante la excavación se encontraron cuatro monedas de bronce. Dos de ellas eran ilegibles y las otras dos pertenecían a Anna Galeria Faustina y a Trajano, respectivamente.

Aparecieron varios objetos de hierro en bastante mal estado de conservación, pudiendo identificarse únicamente algunos cuchillos con mango de hueso (asta de ciervo), clavos, escarpias, anillas y unas placas rectangulares con un agujero central.

Los materiales constructivos fueron utilizados para la construcción de la Villa Superior, por lo que no se han encontrado restos de muros ni ningún otro vestigio de construcción, tan sólo algunos trozos de tejas y ladrillos.

La Villa Superior

La planta de la Villa Superior pudo ser documentada en gran parte debido a la presencia de numerosos restos de muros y pavimentos. Para levantar las paredes del edificio se utilizaron materiales de la zona, como bloques de pedernal y marga yesífera.

Quizá el descubrimiento más llamativo sea el de dos mosaicos en dos habitaciones contiguas, y una serie de estucos, todos ellos pintados según la costumbre de la época. Se trataba de estucos muy sencillos, nada ostentosos.

mosaico villa romana de villaverde
Mosaico Villa Romana de Villaverde. Actualmente en restauración. En su extracción y traslado sufrió importantes daños.

La sencillez constructiva y decorativa de la villa, junto con la presencia de huesos de animales en los alrededores, nos hace pensar que se trataba de una villa rústica muy modesta en comparación con otras cargadas de abundantes materiales de más prestigio y con una distribución más amplia y compleja.

Las villas rústicas servían para gestionar una explotación agrícola y/o ganadera y solían tener varios edificios como la casa del encargado de la explotación, edificios para el ganado y las herramientas, pajares, graneros, caballerizas, bodegas, almacenes, huertos, etc. Además, solían tener un edificio reservado al propietario, claramente diferenciado del resto, más modestos y funcionales.

De este último edificio parecen ser los restos arquitectónicos encontrados.

maqueta de la villa romana
Maqueta de la Villa objeto de prospección arqueológica. Museo de San Isidro.

La Villa Superior sigue un modelo muy común en la época, con un patio central con una galería circundante en torno a la cual se disponen las estancias. Lamentablemente, dado que durante la explotación del arenero se destruyó una parte del yacimiento, en el momento de llevar a cabo las excavaciones sólo se pudo documentar una parte de la villa, así como varias construcciones anexas tales como un pequeño acueducto hecho de ladrillo para conducir el agua, varios depósitos de agua y un horno de cal. Este último se nutría de leña para su puesta en marcha y se cocían piedras calcáreas previamente troceadas, convirtiéndolas en cal, material utilizado para la edificación. El proceso era sencillo, aunque muy lento, ya que el recocido de las  piedras podía tardar algunos días.

En Villaverde hoy en día es prácticamente imposible encontrar canteras de piedra caliza, y en la época de la que data la villa romana también debió serlo. Sin embargo, el terreno siempre ha sido rico en marga yesífera. Por ello, entendemos que el horno no se utilizó para obtener cal, sino yeso, para su uso en la construcción de la villa. La obtención del yeso sigue exactamente el mismo proceso que la de la cal.

horno conservado en el Parque Lineal

Se hallaron varias pesas de cerámica a mano, utilizadas en los telares para la fabricación de tejidos. Es posible que se tratara de una explotación ganadera, y utilizasen la lana de las ovejas para fabricar esos tejidos, o bien que la explotación fuese agrícola e intercambiasen los productos agrícolas por la lana. Recordemos que los habitantes de esta villa convivieron con el poblado carpetano del Cerro de la Gavia. En la zona no se encontraron señales de lucha, por lo que la convivencia fue pacífica.

sepulturas romanas
Sepulturas romanas de la villa

La villa romana se arruinó tras su abandono. Muchas de las villas abandonadas se convirtieron en el siglo IV en lugares de culto, en iglesias cristianas, las cuales fueron derrumbadas con la invasión de los bárbaros.

A escasa distancia de la misma, en el Arenero de Martín, se descubrieron varias sepulturas romanas. Tres de ellas estaban formadas por lajas de marga yesífera y bloques de pedernal. Otras tres, eran simples fosas excavadas en el terreno. La mayoría ya no contenía restos humanos, aunque una de ellas contenía un esqueleto de gato.

La más relevante y mejor conservada, excavada en el terreno, muestra un esqueleto juvenil, posiblemente femenino en posición de decúbito supino. En el dedo corazón de la mano izquierda tenía un anillo sencillo de bronce. Su estado de conservación era bastante deficiente, por lo que se tuvo que extraer con todo el bloque de tierra.

Probablemente se tratara de alguien de clase humilde, ya que los romanos solían incinerar a la gente de clase alta, mientras que los pobres eran enterrados fuera de las ciudades. Por otro lado, la presencia del anillo en el dedo anular de la mano izquierda muestra que se trataba de una mujer casada y su material, el bronce, que era hija de plebeyos o libertos.