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Algunos datos históricos de Perales del Río

PRESENTACIÓN

La aldea de Perales del Río aparece en un contexto de alquerías musulmanas, herederas del poblamiento de ribera iniciado desde tiempo inmemorial, bastantes siglos antes de la invasión árabe (711) y de la repoblación cristiana (1085) promovida por los reyes Alfonso VI y Alfonso VII tras la caída de Toledo.

Con la dominación musulmana, a aquella mezcolanza de población hispanorromana y visigoda inicial, se unió la beréber de Gózquez y Sant Steuan, la hebrea de Aben Crespín y la mozárabe expandida hacia acá desde tierras toledanas.

La vieja toponimia del entorno aún conservaba los rasgos latinos en Nobiles, Coua Nobiles, Coua Olmeda y Perales; añadiéndose después las trazas árabes, en Marañosa, Aldehuela, Almunia y Guadarrama (nombre dado al Manzanares hasta casi el siglo XVIII).

Pero quitando la breve alusión del Fuero Viejo a algunos hitos significativos de estos parajes, como los ya citados, más el soto del Berrueco, Calabazas, el soto del Congosto, el Acirate, los vados de Carros y de Sauce, el Vado Arenoso, Codo, Rabudo, ninguna evidencia más nos queda de aquella época para poder interpretarlos, a excepción de la arqueológica.

Un rastro de pequeñas entidades locales ha ido resurgiendo gracias a la labor callada de la Arqueología, completando un largo rosario de hallazgos que nos ayudan a entender el territorio.

Los más recientes: Yacimiento carpetano de Miralrío, yacimiento altomedieval del Congosto, yacimiento de la Vereda de Valdecarros, yacimiento de la Casa Alta de Salmedina, etc. etc. que van saliendo a la luz con los proyectos de obras públicas y el planeamiento urbanístico; unas veces como excavación de urgencia y otras como parte del protocolo previo establecido para defensa del patrimonio histórico y artístico.

De momento, hemos querido aquí compilar algunas de las fuentes que llamaremos ‘clásicas’, como primera aproximación para escribir esta historia.

PERALES DEL RÍO: ARQUEOLOGÍA

El caserío de Perales del Río se encuentra situado en la cuenca fluvial del curso final del Manzanares, en un valle fértil que discurre entre terrazas arenosas y cantiles de yeso.

Desde la Prehistoria, el curso de los ríos supuso para los seres humanos una de las primeras vías de comunicación y sus riberas sirvieron de asentamiento de los primeros poblados, constituyendo un buen entorno que dotaba de agua, caza y pesca a los primeros grupos trashumantes de carácter familiar, que se desplazaban por el territorio esquilmando el medio natural con su actividad cazadora-recolectora.

Cuando se descubrió la agricultura y se desarrollaron técnicas como la producción cerámica y textil, estos grupos se convirtieron en agricultores-ganaderos dando paso a otras formas de vida que conllevaron la aparición de poblados estables y modos de vida seminómada más estacional. Llamamos Neolítico a este período.

El descubrimiento de los metales, primero el cobre, luego sus aleaciones con el estaño, dando lugar al bronce, y por último el hierro, abrió nuevos estadios culturales que conocemos como Edad del Cobre o Calcolítico, Edad del Bronce y Edad del Hierro.

La metalurgia aportó un salto tecnológico importante para la fabricación de armas e utensilios, factor que transformó radicalmente, junto con el crecimiento demográfico, el modo de vida y la organización social en estructuras tribales dirigidas por régulos, que ocuparon territorios diferenciados entre sí, gobernados mediante pactos o alianzas con otras tribus.

Este es el panorama que se encontraron los romanos, -como anteriormente cartagineses, fenicios y griegos-, cuando arriban a las costas peninsulares y atraviesan estas tierras desde 218 a.C.

Por los geógrafos de Roma conocemos el nombre de las tribus que habitaban la Península Ibérica en ese momento y las áreas que ocupaban, paulatinamente sometidas al Imperio por sumisión pactada o por debelo.

La Carpetania era el nombre dado al territorio central peninsular ocupado por la tribu carpetana, -“los que habitan los escarpes”-, que se extendía entre Segóbriga, Contrebia Carbica, Consabura, Toletum y Complutum, abarcando parcialmente las provincias de Madrid, Toledo y Cuenca.

Su época de plenitud, conocida como Hierro II, o Segunda Edad del Hierro, se extiende entre los siglos VI y III a.C. y nos encontramos variadas muestras de ocupación en el entorno de Perales del Río.

El poblado de la Gavia excavado en torno al año 2000 por el equipo del arqueólogo Jorge Morín de Pablos es una de ellas. Otros yacimientos próximos pendientes de excavación se encuentran en el poblado del Espolón de Vaciamadrid, en el poblado de Aluende y en la Cueva de la Olmeda, todos ellos con numerosos restos de producción cerámica de esta cultura.

Además de estos yacimientos, y desde hace varias décadas, son múltiples los hallazgos y excavaciones llevadas a cabo en el ámbito de Perales del Río que corresponden con el resto de culturas. Podemos citar la villa romana de la Torrecilla, la necrópolis visigoda de El Jardinillo, el poblado de Gózquez, el poblado del Ventorro, los fondos de cabaña y silos del Bronce en La Aldehuela, las longhouses de Las Camas; y sobre todo los restos líticos y óseos aparecidos en los diversos areneros repartidos por la zona, cuya explotación corrió pareja con el crecimiento urbano de Madrid y la subsiguiente demanda de áridos para la construcción. En el término de Perales se situaron las siguientes explotaciones: Arenero de Constantino del Río, Arenero de los Pinos, Arenero de Perales del Río, Arenero del Camino de la Yesera, Arenero de la Torrecilla, Arenero de Adrián Rosa, Arenero de los Militares, Arenero de Ramón Soto y Arenero de Rojas.

En paralelo al curso de los ríos Manzanares y Jarama fueron consolidándose y tomando nombre las vías de comunicación surgidas según las necesidades económicas que marcaba cada época: La Cañada Real de las Merinas, la Senda Galiana, el Camino de Valde Sepos, el Camino Viejo de Sant Martín, el Camino de Sant Steuan, el Camino de Val de Oreja, el Camino Viejo de Chinchón, el Camino de las Carretas, el Camino de Aceiteros, el Camino de Vinateros, la Cañada de San Marcos.

Por este valle, conocido como Val de Ezebreros por el Privilegio de Fernando III de 1239, cruzó alguno de los ramales de la Vía Antonina (Vía XXV) que unía Augusta Emérita con Cesaraugusta, aprovechando el Vado Arenoso del río Manzanares que cita el Fuero Viejo de Madrid, donde además podemos leer la toponimia más antigua de la zona. El Vado de la Viana, frente a Casa Eulogio es otro resto importante de aquellas vías-vianas.

El nombre de la aldea de Perales aparecerá por vez primera en los documentos medievales ligados al concejo madrileño surgido con esta Comunidad de Villa y Tierra tras la repoblación de Alfonso VI a partir de 1085.

Otras citas relativas al fitónimo «Perales» aparecen en diversos documentos recogidos por el Padre Fita, pero hay que aclarar que van referidos a la aldea de Perales del Tajuña donde también se sitúa un convento medieval y se cita a la Abbatissa de Perales dompna maria nunii.

PERALES DEL RÍO EN EL LIBRO DE ACUERDOS DEL CONCEJO MADRILEÑO

El Concejo de la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid estaba dividido en cuatro Sexmos: Aravaca, Villaverde, Vallecas y la propia Villa (1202).

El Sexmo de Aravaca comprendía las aldeas de Aravaca, Las Rozas, Majadahonda, Boadilla, Alcorcón, Leganés, Carabanchel de Arriba (Suso) y Carabanchel de Abajo (Yuso).

El Sexmo de Vallecas abarcaba Vallecas, Vicálvaro, Ambroz, Coslada, Rivas, Vaciamadrid, Velilla, Rejas, Canillas, Canillejas, Hortaleza, Chamartín, Fuencarral, San Sebastián de los Reyes y Fuente el Fresno.

En el Sexmo de Villaverde se encontraban Villaverde, Getafe, Fuenlabrada, Torrejón de la Calzada, Casarrubuelos, Humanejos y Perales.

Los acuerdos que se adoptaban por parte del Concejo se reflejaban en los llamados Libros de Acuerdos. En la actualidad sólo se conservan los que abarcan el período de 1464 a 1600, que se han agrupado en cinco tomos.

Entresacamos de ellos alguna de las anotaciones en que aparece el despoblado de Perales del Río o alguna de las partidas de su entorno.

En 1485 se cita la estacada construida próxima al vado de Perales. Se dice que la presa del molino ha dañado un vado antiguo que existe en Perales.

En el tomo III aparecen citados, entre los años 1493-1497, los Tomillares de Perales.

Hay una alusión del año 1495, a la existencia de varias aranzadas de majuelos colindando con los tomillares de Perales, en el término de Xetafe.

Perales, como lugar próximo al Exido de la Torrecilla, es citado en 1515.

PERALES DEL RÍO EN EL ARCHIVO DE VILLA DE MADRID

En el Archivo de Villa hemos hecho recuento de estos documentos:

AÑO 1446 – Constanza de Ponte, viuda de Ruy Sánchez Zapata, propietario de la Aldehuela y fincas circundantes, vende a Pedro Suárez de Toledo y Dña. Juana, su mujer, 24 yuntas de tierras de pan llevar en Torre de Iván Crispín por 42.000 maravedís.

AÑO 1449 – Con fecha de 7 de octubre de 1449, provisión de Juan II ordenando a Lope de Villarreal, apee y deslinde la heredad que junto a Perales vendió a Alfonso Álvarez de Toledo, Contador Mayor, y le pague 10.000 maravedís de los daños que su negligencia ha provocado.

AÑO 1451 – Carta de venta otorgada por María García, mujer de Íñigo López de Soto, a favor de Juan Manuel Eleito, vecino de Getafe, de una yunta de tierras de pan llevar en Perales, dos fanegas de tierra junto a Cabeza del Moro, dos fanegas en la Vega del Piedejón, diez fanegas en la Nava, dos fanegas junto al Castrejón, por 7.000 maravedís. Incluye Acta de apeo ante bachiller Alfonso Fdez. de Mena, alcalde de Madrid, 3 a 4 de febrero de 1439.

AÑO 1453 – Actas y sentencias del Ldo. Alfonso Díaz de Montalvo, Oidor de la Audiencia del Rey y Juez pesquisidor en la Villa de Madrid y su Tierra, sobre términos usurpados al Concejo en Perales del Río, entre otros lugares.

AÑO 1465 – Con fecha 31 de diciembre de 1465, en Madrid, Carta de venta de María García, mujer de Íñigo López de Soto, a Juan Muñoz Eleito, de una yunta de pan llevar en Perales por 7.000 maravedís.

AÑO 1465 – Con fecha 31 de diciembre de 1465, en Madrid, Carta de venta de Alonso Sánchez de las Muelas a Juan Muñoz Eleito, de una yunta en Perales por 7.000 maravedís.

AÑO 1469 – Con fecha 3 de enero de 1469 se otorga en Huerta de Valdecarábanos, Carta de poder de Juana de Toledo, hija de Pedro Suárez de Toledo y Dña. Juana, a favor de Fernando Solís, escudero, su criado; para tomar los bienes que le dio su madre: Heredades de Conuebles, de Perales, la Torre de Iván Crispín y la Aldehuela de Enmedio.

AÑO 1469 – En Pinto, Juana de Toledo nombra Procurador y representante a Diego Gómez de Ribera, comendador de la Orden de Santiago, hijo del mariscal Paio de Ribera y de la Marquesa de Guzmán; para que tome en su nombre los bienes siguientes: Torre de Iván Crispín, Aldehuela de Enmedio, heredad de Conuebles y heredad de Perales. 

Existen otras documentaciones de la época donde se hace mención a Perales del Río.

Por ejemplo, en el llamado «Libro de visitaciones y cuentas de las iglesias, ermitas y clérigos de Madrid y su arciprestazgo», manuscrito 8561 de la Biblioteca Nacional, -censo de aldeas del alfoz madrileño llevado a cabo en 1427-, aparece citada la aldea de Perales con 5 parroquianos.

En un Repartimiento de 1509 se hace una estimación de la población de cada aldea, a efecto de calcular la contribución que ha de aportar, para sufragar los gastos de reparación del puente de Viveros en el río Jarama. Perales y Zurita tienen censados 8 vecinos, lo que supone una población de 40 habitantes, según la estimación de vecindarios aplicados para esa época: Cinco habitantes por vecino. Es decir, la estimación de personas que cohabitan con cada cabeza de familia.

Únicamente los nobles y los clérigos estaban exentos de pagar pechos y contribuciones, además de los apaniaguados y los pobres.

Hacia finales del siglo XV, el Libro Becerro de la Archidiócesis toledana, informando sobre las aldeas y lugares de Madrid, recogiendo los beneficios de sus iglesias, nombra a Perales como anejo de Vaciamadrid, formando beneficio curado junto a Covanubles y Torre de Iván Crispín.

PERALES DEL RÍO EN LAS RELACIONES TOPOGRÁFICAS DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA DE FELIPE II.

A fin de tener conocimiento de cada rincón de su reino, Felipe II encarga la redacción de un cuestionario de 24 preguntas de carácter esencialmente geográfico-estadístico que dirige en 1574 a los obispados, a distribuir por las parroquias, para que se cumplimenten las respuestas a través de los concejos y justicias de cada localidad, y sean reenviadas a su secretario, Juan Vázquez de Salazar.

No satisfecho con los resultados del proyecto inicial, lanza otro interrogatorio con 59 cuestiones, que dirige esta vez a los gobernadores y corregidores para su cumplimiento, aunque tampoco debió convencerle el resultado, ya que en 1578 se elaboró otro cuestionario de 45 capítulos.

Los resultados finales de estas pesquisas reales se recogieron en una sola obra, agrupando las respuestas dadas por los 700 municipios participantes a alguno de los tres cuestionarios lanzados, y aun siendo muy bajo el nivel de participación, constituye una fuente inestimable de información sobre el siglo XVI español que no conoceríamos de otra manera.

Los ocho volúmenes en que se agrupan las respuestas se conservan en la biblioteca del Real Monasterio del Escorial, guardándose además una copia de todos ellos en la Real Academia de la Historia.

Perales del Río (1578): Lugar de Behetría. El señor feudal dispone de los vecinos. Casi despoblado. Iglesia de Santos Justo y Pastor. Su campana ha sido llevada a Vaciamadrid. Existen tres molinos cercanos: La Torrecilla, La Aldegüela y La Pangía. Hay tres charcas de utilidad junto al río: Reatillo, Charco de la Socuesta y El Chereguinoso. Junto al río existen también dos vegas: Vega de la Zapatilla y Vega del Romeral. El ganado predominante es el ovino. La sal se trae de Espartinas (sal blanca). Constituye un buen lugar de paso por buen camino. Se cita Convanubles como despoblado perteneciente al Lugar de Perales, con buen prado, que se llama Cunebles. Otro despoblado es Torre de Valcrespín. Hay dos sotos apropiados por el secretario Vargas. Otro despoblado es Zorita y Soto de Zorita. Francisco Zapata, Señor de Barajas, y otros, se han ido apropiando de estos lugares al tener cerca sus propiedades.

Este es, resumidamente, el resultado de las contestaciones dadas al cuestionario por los vecinos.

En la edición de las Relaciones, impresa en 1918, Sociedad Española de Artes Gráficas, Madrid, según transcripción de Juan Ortega Rubio, catedrático de Historia de España de la Universidad Central, se desglosa en los puntos siguientes:

A 20 de diciembre de 1578, ante el escribano Gabriel Muñoz, declaran Alonso Muñoz y Diego Cifuentes.

I-II. No saben por qué se llama el pueblo Perales. Tiene siete vecinos y hacía veinte años que estaba despoblado. Los declarantes dicen que hacía poco que se habían trasladado de Getafe a Perales.

IV-V. Perales es aldea de Madrid en el Reino de Toledo.

VIII-IX-X. Pertenece a la Corona Real, cae en el distrito de la Chancillería de Valladolid y en el Corregimiento de Madrid; desde Perales a Madrid hay dos leguas.

XI. Está en el arzobispado de Toledo y en el arciprestazgo de Madrid. De Perales a Toledo hay 11 leguas.

XVII-XXI. A dos tiros de ballesta pasa el Manzanares y cerca del río brotan algunas fuentes. Se halla un molino del secretario Vargas a medio cuarto de legua de Perales. También otros molinos están cerca del pueblo.

XXIII. A un lado del río está la vega del Romeral y al otro lado la de la Zapatilla. Pastan ovejas en los montes.

XXVIII. Perales tiene su asiento en llano.

XXX. Las casas son de tierra, cubiertas de paja la mayor parte.

XXXV. Los vecinos del pueblo se dedican a la agricultura y al pastoreo.

XXXVI. Las justicias seglares las pone el Rey y su Consejo; las eclesiásticas el arzobispo de Toledo.

(Tomo VI. Págs. 109-123)

Perales del Río: Palacio, jardín e iglesia del Marqués de Perales y casas de oficios y huertas anexas

PERALES DEL RÍO EN LAS DESCRIPCIONES O RELACIONES DEL CARDENAL LORENZANA

El Cardenal Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón (León,1722 – Roma,1804), arzobispo de Toledo entre los años 1772 y 1800, y anteriormente obispo de Plasencia y arzobispo de México, fue además de historiador un gran humanista ilustrado, creador de un importante fondo literario y documental que se conserva en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, compuesto de 379 incunables, cerca de 1000 manuscritos (siglos XI-XIX) y más de 100.000 libros impresos (siglos XVI-XIX).

Además de ser autor de diversas obras literarias tanto de carácter histórico como religioso, siendo arzobispo de la catedral primada toledana lanzó una encuesta de catorce preguntas dirigida a todos los vicarios, jueces eclesiásticos y curas párrocos de su jurisdicción (1784), recabando datos de interés sobre el clima, cultivos, comercio, enfermedades, salubridad de las aguas, vecindarios, etc., cuyas respuestas se conservan actualmente en el Archivo Diocesano de Toledo.

Estos cuestionarios recibieron el nombre de Descripciones o Relaciones de Lorenzana, y constituyen otro importante aporte para el conocimiento de las diócesis y parroquias de la época, como lo fueron de época anterior las Relaciones de Felipe II.

En el Tomo primero de los Anales del Instituto de Estudios Madrileños, están recogidas algunas de estas respuestas, que el investigador Fernando Jiménez de Gregorio se ocupó de extractar en 1966.

Perales del Río: Villa propiedad de D. Ventura Pinedo Velasco, Conde de Villanueva y Marqués de Perales. Canal del Manzanares a 600 pasos del pueblo. Vecindario: 20 familias. Tiene un palacio y un mesón. Todo de propiedad feudal. A un cuarto de legua de la Torrecilla, propia del Conde de Mora. Cereales y Viñedos. Fábrica de jabón con dos calderas. Produce 1600 arrobas anuales de jabón. Iglesia construida entre 1776-1777. Es la tercera iglesia pues hubo dos anteriores. Informa el Cura de Vaciamadrid. Año de 1789.

PERALES DEL RÍO EN EL CATASTRO DE ENSENADA (1749-1756)

El Catastro de Ensenada fue una vasta operación estadística encomendada por el rey Fernando VI a su primer ministro Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada.

En este magno esfuerzo de saberlo todo de todos, se acumula tal monto de información, que viene a ser en su globalidad la mayor fuente de información del siglo XVIII español de que disponemos.

Fue un plan ilustrado racionalista, cuya pretensión era el saneamiento de las arcas públicas en pos del impuesto único mediante la clarificación y revisión de la gran cantidad de cargas y prebendas existentes en el Reino de Castilla, cual restos de una sociedad estamental y nobiliaria con multitud de fórmulas medievales en latencia.

Se sostiene que la acometida de las reformas económicas eficaces que exige la situación, para atajar la grave crisis fiscal de la Corona, solo será posible partiendo de una buena base de datos, que dibujen fielmente el panorama económico global peninsular.

A partir del Cuestionario de 40 Preguntas que hicieron circular por todos los municipios del Reino se extrajeron legajos de Respuestas como para llenar 80.000 volúmenes de datos manuscritos que actualmente se conservan en el Archivo de Simancas.

RESPUESTAS DE PERALES DEL RÍO:

En la villa de Perales del Río a dos días del mes de enero de 1752, el Señor D. Agustín de Sebastián y Ortiz, Juez Subdelegado de la Única Contribución de la provincia de Madrid, hizo parecer ante sí a D. Joseph Fernández Espinosa, alcalde y juez ordinario único, de edad de 52 años, Alonso López de 30, Juan Crespo de 28, y Thomás Potenciano de 30, los tres labradores y peritos nombrados para la inscripción del término, sus tierras, evaluación de frutos y demás utilidades del pueblo de quienes dicho señor, ante mí, el escribano, en conformidad de lo prevenido en el capítulo 4º de la Real Instrucción recibió juramento que los susodichos hicieron por Dios Nuestro Señor y una señal de la Cruz en la debida forma de derecho y haciendo encargo del prometido decir verdad de lo que supieren y entendieren, siendo preguntados a tenor de los 40 capítulos del Interrogatorio señalado con la letra A. con la asistencia de D. Thomás Herrera Velarde, presbítero capellán de esta villa por ausencia del teniente de cura de ella D. Benito Muñoz, respondieron lo siguiente:

1º Al primero que se llama la villa de Perales del Río.

2º Al segundo que es de Señorío y del dominio temporal del Marqués de Perales, quien no percibe derechos algunos y si solo tiene el de nombrar alcalde de ella.

3º Al tercero que este término ocupa de Levante a Poniente cuarto y medio de legua, del Norte al Sur un cuarto, y de circunferencia como legua y media, todo poco más o menos; y linda a Levante con el término de Vallecas, a Poniente con el término de Villaverde y Getafe, al Norte con dos, Vallecas y Villaverde, y al Sur con el expresado de Getafe y sitio nombrado de La Torrecilla, propio del Conde de Mora, cuya figura es redonda como se demuestra al margen (dibujo).

4º Al cuarto que hay tierra de huerta que se riega con agua de noria para hortaliza de secano, para pan llevar, que un año siembra y otro descansa, y viñas.

5º Al quinto que la tierra huerta es única calidad en su especie, la de secano para pan llevar, y se compone de buena, mediana e inferior, a la misma conformidad se deciden las viñas.

6º-7º-8º Al seis, siete y ocho que por lo respectivo a estos capítulos no hay más árboles que los que existen en el jardín inmediato a la casa del Señor temporal cuyo tanto y su plantío se expresa en la relación de su señoría.

9º Al nueve que la medida que se usa en este término es la fanega de 400 estadales de 3 varas y media castellanas cada uno, y que en cada fanega de viña sembrándose de trigo entra una de esta especie, y si de cebada, dos fanegas.

10º Al diez que todo el término se compondría de 3.000 fanegas de tierra, poco más o menos, entre los que hay de huerta 6 fanegas, 1.300 de tierra calva para pan llevar, y de éstas 250 de buena calidad, 400 de mediana y 650 de la inferior: 500 arrobas de viña, 100 de buena calidad, 150 de mediana y 250 de la inferior; dos prados nombrados de Zorita y Perales, del Marqués de Valdemediano, que componen 60 fanegas, y lo restante que ocupan los arroyos, caminos y tierra inculta por naturaleza, junto con la que ocupa la situación del pueblo.

11º Al once que solo se coge trigo, cebada y vino en las tierras arriba expresadas.

12º Al doce que una fanega de las 6 expresadas de tierra de huerta producirán la utilidad cada año 300 Reales. Otra de las de secano para pan llevar, de buena calidad, sembrada de cebada producirá en cada año, continuos, 9 fanegas, los de mediana 7, y los de inferior 5. De los mismos, sembrados de trigo producirán las de primera 9 el año que le toca de siembra, la de mediana 7, y la de inferior 5 de la misma especie, y en igual forma una aranzada de viña de la mejor calidad producirá 8 cargas de uva, y éstas 28 arrobas de vino, la de mediana calidad 6 cargas del mismo fruto con 21 arrobas de uva, y la inferior 4 cargas de uva y 14 arrobas de vino; que por las 60 fanegas de dos prados paga de arrendamiento en cada un año el Señor temporal de esta villa 400 ducados.

13º Al trece que los árboles frutales que tiene el dicho jardín no dan utilidad alguna por ser nuevos, y sí solo sirve para el adorno y recreo, y una fanega de ésta producirá 2 Reales de vellón al año.

14º Que el precio regular del trigo un año a otro es el de 20 Reales la fanega, el de la de cebada 10, y el de la arroba de vino 7 reales.

15º Al quince que las tierras del término no tienen otro derecho ni impuesto que el Diezmo y Primicia cuyos partícipes son los mismos que en el terrazgo de Vaciamadrid, y en uno y otro los canónigos de Infantes y Curato de aquél.

16º Al dieciséis que en cuanto a la cantidad de que se compone los frutos de dos derechos se remiten a las Tazmías y Contaduría Mayor de Alcalá.

17º-18º-19º A los capítulos diecisiete, dieciocho y diecinueve que no hay de lo que expresan. (Minas, salinas, molinos, esquilmos, esquileos, colmenas)

20º Al veinte que no hay en este pueblo más del preciso ganado para la labor, de mulas y machos, y como siete u ocho jumentos.

21º Al veintiuno que hay 17 vecinos y 18 casas, sin que alguna de ellas pague tributo al Señor temporal, por establecimiento del suelo.

22º-23º Al veintidós y veintitrés que con motivo de haber estado intitulada esta villa por Despoblado, no posee propios algunos por ser comunes los que hay dentro de su término, como los demás pueblos comprendidos en las cinco leguas jurisdicción de Madrid.

24º Al veinticuatro que no hay otra sisa o arbitrio más de lo permitido por la Concesión de Millones.

25º-26º Al veinticinco y veintiséis que los gastos, veredas y demás que se ofrecen a este pueblo, se ofrecen los costes y satisface el Señor temporal de él.

27º Al veintisiete que está cargado de servicio ordinario y extraordinario como constata del testimonio de encabezamiento.

28º Al veintiocho que las Alcabalas de esta villa pertenecen a su Señor temporal de ella que, no dudan, tendrán título correspondiente.

29º Al veintinueve que hay una taberna, mesón, tienda de abacería y carnicería cuyos abastos tiene arrendados Thomás Potenciano, vecino de esta villa, en la cantidad de 300 ducados, a quien le consideran una utilidad en cada un año 800 Reales vellón. Tahona Panadería propia del Señor temporal, que la tiene arrendada Leonardo Pomia, en que le regulan de utilidad a éste en cada un año 8.000 Reales.

30º-31º Que no hay de lo que expresan. (Hospitales. Cambistas, mercaderes)

32º Al treintaidós que hay un Cirujano llamado …… (espacio vacío) con el salario de 4 reales y medio al día, que le paga el Señor temporal por la asistencia a los vecinos y un arriero que lo es Alphonso López con 6 caballerías menores, a quien le regulan de utilidad al año en su tráfico y navegación 200 ducados.

33º-34º Al treintaitrés y treintaicuatro que no hay de lo que expresan estos capítulos. (Oficios manuales y artesanales. Artistas)

35º Al treintaicinco que a excepción de 3 o 4 todos los demás vecinos de esta villa son jornaleros pues se emplean en el cultivo de la Hacienda del Señor temporal como sirvientes suyos.

36º-37º Al treintaiséis y treintaisiete que no hay de lo que expresan estos capítulos. (Pobres de solemnidad. Embarcaciones)

38º Al treintaiocho que hay un teniente de Cura, D. Benito Pérez Muñoz, ahora ausente, y un Capellán, D. Thomás Herrera Velarde.

39º-40º Al treintainueve y cuarenta que no hay de lo que expresan estos capítulos. (Conventos)(Realengos)
En una conformidad, mediante lo prevenido en el capítulo 5º de la Real Instrucción, lo firmó dicho Juez con los demás expresados en el encabezamiento de esta diligencia que supieron escribir, y por los que no saben soy testigo a su ruego, a excepción del citado Capellán Cura, que yo, el escribano, certifico.

Testigo Phelipe García, Alphonso López, Juan Crespo. Ante mí, Joseph Tored. En la mencionada villa a dichos día, mes y año. Yo, el dicho escribano, habiendo leído las respuestas dadas antecedentemente a las personas que a ello intervinieron, dijeron se ratificaban y ratificaron en ellos sin tener que añadir cosa alguna, y lo firmaron en la forma arriba dicha de que doy fe. D. Agustín Sebastián, D. Joseph Fernández de Espinosa, Phelipe García, Alonso López, Juan Crespo. Ante mí, Joseph Tored.

NOTA

Por los asientos de los Registros secular y eclesiástico de este pueblo se verifica ser la consistencia de Bienes, Industrias, Artes, Oficios y demás oficios que constan con la distinción de clases que corresponden en los capítulos de las respuestas de este Interrogatorio en la forma siguiente:

Respuestas

1º hasta 9º Conforme y en la siguiente respuesta 10º se declara la consistencia de tierras y sus especialidades.

10º Este término se compone de 2.155 fanegas un celemín y medio de otro de viña que fructifica; las 6 fanegas de huerta en regadío de primera calidad con algunos árboles frutales que cosecha no producen. Las 274 con un celemín en secano con — de intermedio para granos de primera calidad. Las 449 con ocho celemines de la segunda. Y las 507 con dos celemines de la tercera. En el plantío de viñas 897 con tres celemines de la primera. Las 240 con ocho celemines de la segunda. Las 134 con dos celemines y medio de tercera. En Retamares 6 fanegas con un celemín, y en los Prados llamados Zorita y Perales 140 fanegas de única calidad.

11º Conforme.

12º Conforme y los Prados componen 200 fanegas con la avenencia de los 60 correspondientes a otro término, pero para la producción se incluyen en el prorrateo de los 400 ducados de su arrendamiento.

13º-14º Conformes.

15º Los partícipes en el Pontifical arreglado a la Testificación de la Contaduría Decimal, son la Fábrica Parroquial de este pueblo, Curato que corresponde al Colegio de Infantes de Toledo, Dignidad Arzobispal, Canónigos de la Santa Iglesia de Toledo, Arcediano de Madrid, un cuarto préstamo que goza D. Juan Eusebio Rodríguez, y las Tercias Reales el Marqués de Valdemediano.

16º El importe total de los Diezmos asciende a 11.873 Reales, diez y seis maravedís y dos quintos de escudo de vellón; y el de las Primicias 400 Reales.

17º Se hallan dos casas Fábricas de Jabón cuyas utilidades con la considerada a los arrendadores ascienden a 24.000 Reales y un Horno de teja y ladrillo con la de 735 Reales y diez maravedís de vellón.

18º-19º Conformes.

20º Parecen 22 machos y mulas, 6 jumentos, todos de labranza, y 24 cerdos con la utilidad 264 Reales.

21º Por el libro personal se reconocen 16 vecinos de todas clases.

22º Se verifican 12 casas. Sus alquileres 1.465 Reales.

23º hasta 27º Las utilidades correspondientes al Señor temporal en los puestos públicos y demás efectos que goza van cargadas en sus respectivos mapas y clases.

28º Las Tercias Reales corresponden al Marqués de Valdemediano que importan 2.641 Reales y dieciséis maravedís, y las Alcábalas al Señor temporal Marqués de Perales que en el día no le producen más algunos.

29º Se verifica una casa que sirve de Taberna, Tiendas, Mesón y Carnicería. Los alquileres de 4.476 Reales y ocho maravedís, y al arrendado la utilidad de 8 Reales y otra Tahona con los de 1.095 Reales y al tahonero la de 8.000 Reales.

30º-31º Conformes.

32º Consta un cirujano con utilidad de 1.642 Reales y diecisiete maravedís. Un arriero con la de 2.000 Reales y los derivados de varios eclesiásticos 3.300 Reales.

33º Se halla un maestro de Jabonería con el diario jornal de 5 reales.

34º La utilidad de los Administradores asciende a 4.210 Reales.

35º Los labradores, hijos, hermanos y criados son 3 y los jornaleros 10, que unos y otros ganan a 4 Reales.

36º hasta 40º Conformes.

Es copia a la letra de las Respuestas Generales del Interrogatorio que se evacuaron para practicar las diligencias que comprende la operación de la villa de Perales del Río; que original queda en la Contaduría Principal de esta provincia de mi cargo, y las notas que a su continuación van referidas verifican el contenido del pormenor de Asientos que consta en ambos Registros eclesiástico y secular de que certifico.

Madrid, 10 de octubre de 1754.

Firma ilegible (Martín de Abarrategui)

PERALES DEL RÍO EN EL DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO DE ESPAÑA Y PORTUGAL DE SEBASTIÁN DE MIÑANO.  1826-1829. 11 VOLÚMENES.

Tomo VI (1827)

PERALES DEL RÍO: Villa Secular de España. Provincia y Partido de Madrid. Arzobispado de Toledo. Alcalde Mayor. 22 vecinos. 81 habitantes. 1 parroquia. Situada en terreno arenisco y ribera occidental del río Manzanares. Confina al Sur con Pinto y por el Oeste con Getafe. Distancia 2 leguas de la capital. Contribuye con 2.129 reales 33 maravedíes. Derechos enagenados 520 reales 24 maravedíes.

PERALES DEL RÍO EN EL DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR DE PASCUAL MADOZ. 1848.

Pascual Madoz e Ibáñez (Pamplona, 1806 – Génova, 1870) fue un político español, ministro de Hacienda durante el Bienio Progresista (1854-1856), que llegó a presidir el Consejo de ministros y la Junta Provisional tras la caída de Isabel II, acometiendo además la Desamortización de 1855 que lleva su nombre.

Entre los años 1845 y 1850 fue publicada la obra enciclopédica titulada Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico, a la que dedicó 15 años, 11 meses y 7 días, -según sus palabras-, con la ayuda de 20 corresponsales y más de 1000 colaboradores.

Encuadernado en 16 volúmenes, este diccionario describe todas las poblaciones de España, superando en datos una obra similar anterior desarrollada por Sebastián de Miñano entre 1826-1829.

Se trata de una obra de referencia para investigadores, geógrafos, historiadores y arqueólogos por la ingente cantidad de datos históricos que proporciona junto a la descripción de ruinas y yacimientos arqueológicos, muchos de ellos ya desaparecidos, y de los cuales sólo nos quedan estas referencias.

PERALES DEL RÍO. Villa con alcalde pedáneo, de la provincia y audiencia territorial de Madrid (2 leguas), partido judicial de Getafe, de cuyo ayuntamiento forma parte, capitanía general de Castilla la Nueva, diócesis de Toledo. Situación: en una llanura, donde concluye el canal del Manzanares; le combaten todos los vientos, y su Clima es propenso por lo común a tercianas. Se compone de una Casa labor, un palacio del señor marqués de Perales, con jardín y fuente, varias casas pequeñas que ocupan los criados de la labor de dicho marqués, y una iglesia parroquial cuyo curato lo provee el mismo marqués de Perales. En las afueras, a unos 50 pasos, se encuentra el cementerio que no perjudica a la salud pública. El Término confina N. Villaverde, E. Vallecas, y S. y O. Getafe. Se extiende ½ legua de N. a S., e igual distancia de E. a O., y comprende un soto llamado de la Socuesta con algún arbolado, algunos olivos y una pradera de 100 fanegas de tierra. Le cruza por el lado E. el citado río Manzanares. El terreno es de secano. Caminos: pasa por el pueblo la carretera que de Madrid dirige a San Martín de la Vega, y el de herradura que va a la cabeza del partido. Productos: trigo, cebada y aceite, y mantiene ganado lanar. Población: 17 vecinos, 101 almas. Capital producido: 2.231.824 reales. Imponible: 82.963 reales. Contribución: 9,63 por 100.

Es muy curiosa la nota que se añade en el apartado dedicado al partido judicial de Getafe, relativa a la población:

Costumbres: los habitantes por lo general son laboriosos, aunque no muy emprendedores, y cultivan los campos con esmero. Son de un carácter bastante dócil, pero la franqueza no es su signo distintivo. Son amantes de las diversiones, y como la proximidad de la Corte abunda el numerario, lo gastan alegremente.

LINDERO HISTÓRICO ENTRE PERALES DEL RÍO Y GETAFE

Antes de ser agregado a Getafe, Perales del Río tenía su propio lindero, y el deslinde entre ambos aparece en un Acta firmada el 5 de octubre de 1875.

De los 46 hitos descritos, 12 de ellos son secundarios o auxiliares. La descripción de cada hito recoge las distancias parciales a los hitos inmediatos, anterior y posterior, el ángulo de deriva de la línea de la Raya respecto al Norte magnético con su declinación, el tipo de mojón (piedra o tierra), los propietarios a cada lado de la Raya, e inclusive, algunas referencias toponímicas y camineras. El documento dice resumidamente lo siguiente:

Reunidos en el sitio denominado La Sexta, se inicia la descripción de los hitos.       

1º MOJÓN: Hito de piedra en falda del cerro de la posesión llamada Casa de Murcia, próximo Camino de la Sexta.

AUX-A: a 76m  cono tierra margen izda. Canal sentido N.

AUX-B: a 28m montón tierra terreno labrantía M.Perales sitio Tierra del Rincón.

2º MOJÓN: a 121m Hito piedra en lindero dos terrenos labrantía, propietarios Julián Moreno de Leante (N) y M.Perales (S) lugar llamado Zurita.

AUX-C: a 690m cono tierra orilla dcha. Río Manzanares sentido N. Zurita.

AUX-D: a 118m cono tierra orilla dcha. Cacera alta lugar llamado Plantío.

3º MOJÓN: a 160m Hito piedra en monte bajo retamar del M.Perales.

AUX-F: a 83m tierra cónica Monte de Perales del M.Perales.

4º MOJÓN: a 133m Hito piedra erial del M.Perales llamado Barranco de Zurita.

5º MOJÓN: a 278m Hito piedra linde entre dos tierras de Blas Vergara (S) y dueño desconocido (N). Paraje llamado Puente de la Bulera.

AUX-G: a 329m cono tierra Camino Hondo terreno Doroteo Valtierra.

6º MOJÓN: a 110m Hito piedra linde que separa Camino Hondo y terreno D.Valtierra.

7º MOJÓN: a 50m Hito piedra lindero entre terreno D.Valtierra y Camino Hondo.

8º MOJÓN: a 200m Hito piedra tierra labrantía Martín Deleito. Los Estragales. 

9º MOJÓN: a 654m Hito piedra en erial dueño ignorado. El Espinillo.

10º MOJÓN: a 749m Hito de piedra enclavado en retamar dueño ignorado, sitio llamado La Cogorrilla.

11º MOJÓN: a 588m Hito de piedra linde que separa tierra de D. Gil Valtierra y Camino de la Torrecilla.

AUX-H: a 193m cono tierra terreno de Francisco Cervera lugar llamado La Zorrera.

12º MOJÓN: a 59m Hito de piedra linde Camino de la Granja con olivar-viña de D. Gil Valtierra. Sitio llamado La Zorrera.

13º MOJÓN: a 366m Hito de piedra en linde que separa, camino anterior, de tierra de labor de Santiago Cifuentes.

14º MOJÓN: a 346m Hito de piedra linde tierras labor Antonio de Francisco (N) y viña Dña. Pía Rodríguez (S). Al Este queda el Camino de la Granja, de donde toma nombre el lugar.

15º MOJÓN: a 154m Hito de piedra que divide, por el Norte, viña Dña. Pía de tierra de labor de dueño desconocido. Sitio denominado Los Franceses.

AUX-I: a 321m cono tierra linde dos tierras labor de Valentín Benavente (E) y Desconocido (O).

16º MOJÓN: a 264m Hito de piedra que separa viña de Ramón Arellano (E) de la Vereda de Perales a Pinto.

17º MOJÓN: a 416m Hito de piedra en la linde que separa tierra de labor del M.Perales por la parte Este de la Vereda de la Solana.

18º MOJÓN: a 640m Hito de piedra en la linde dcha., sentido Norte, de la Vereda de la Solana y Cañada de la Torrecilla. Sitio llamado La Solana.

AUX-J: a 150m montón tierra separa viña M.Perales (N) y terreno Santiago Deleito (S).  La Solana.

19º MOJÓN: a 134m Hito piedra enclavado confluencia tres lindes que separan viña M.Perales (N), viña Lorenza Cifuentes (E) y tierra labor Santiago Deleito. Sitio llamado Los Inares (linares?)

20º MOJÓN: a 177m Hito piedra viña Dña. Lorenza Cifuentes. Los Inares.

21º MOJÓN: a 23m Hito piedra linde entre viñas de Lorenza Cifuentes (N) y Desconocido (S). Los Inares.

22º MOJÓN: a 216m Piedra caliza linde entre viñas de Lorenza Cifuentes (N) y Blas Vergara (S). Sitio llamado La Nava.

23º MOJÓN: a 128m Hito piedra enclavado intersección común que separa Camino de Alvillar de viña y tierra de labor de Tomás Deleite, al Sur, y al Norte de Lorenza Cifuentes. Lugar llamado La Nava.

24º MOJÓN: a 37m Hito piedra en común intersección de lindes que separa tierra labor de M.Perales, de viña de Manuel Alarnes, y de Camino de Alvillar. Lugar La Nava.

25º MOJÓN: a 608m Hito de piedra linde izda. Camino Real de San Martín a Madrid. Tierra Marqués de Perales (E). Sitio llamado La Nava.

26º MOJÓN: a 250m Hito piedra enclavado centro del Camino Real San Martín a Madrid.

27º MOJÓN: a 286m Hito piedra enclavado centro del Camino Real San Martín a Madrid. Sitio llamado La Nava.

28º MOJÓN: a 25m Hito piedra enclavado común intersección Camino de la Rondana y Camino de San Martín a Madrid.

29º MOJÓN: a 548m Hito piedra en linde que separa Camino Torrecilla a Perales de una tierra de labor de M.Perales, frente a Camino de la Rondana. Lugar La Nava.

30º MOJÓN: a 222m Hito piedra en linde que separa tierra M.Perales del Soto de la Casa de la Torrecilla. Lugar llamado La Torrecilla ó La Nava.

AUX-K: a 147m cono de tierra en tierra labrantía M.Perales. El lugar se llama la Tercera Socuesta ó Camino de la Torrecilla.

31º MOJÓN: a 234m Hito piedra enclavado en el Acirate ó Linde que separa una tierra de labor de M.Perales, del Coto de Dña. Ramona del Acibar y Amatia, en el sitio llamado Bardagueral.

32º MOJÓN: a 341m Hito piedra enclavado Acirate o Linde que separa tierra de labor de Coto del río Manzanares, ambos de M.Perales.

33º MOJÓN: a 1.032m Hito piedra en linde que separa Soto del M.Perales (N) de tierra de labor de Dña. Ramona del Acebar y Amatia. Sitio denominado Los Plantíos.

AUX-L: a 244m cono de tierra en orilla izda. sentido Norte, del Canal del Manzanares y frente a la Casa de la Octava, en dirección Este.

AUX-M: a 117m cono de tierra en la linde de la Cañada de las Merinas y la tierra de labor de Dña. Ramona de Acibar y Amatia. Sitio conocido como La Octava.

34º MOJÓN: a 116m Hito de piedra derribado entre la Cañada de las Merinas y el Camino que va por Los Altos a Vallecas. Común a los términos de Getafe, Vallecas y Perales del Río. Sitio llamado La Octava, del Canal del Manzanares.

Todos los mojones tienen marcada en la cara que mira al Norte, las letras J.DL MRQ.sD PERALES (Jurisdicción del Marqués de Perales). No existiendo documento alguno de referencia, el acuerdo y la tradición han sido las únicas bases para el amojonamiento. (firmado 5 de octubre de 1875)

PERALES DEL RÍO DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

Cuenta Luigi Longo “Gallo”, en su libro “Las Brigadas Internacionales en España” (1956), que al amanecer del día 13 de noviembre de 1936, junto con otras tres brigadas españolas, la XII BI formada por los voluntarios italianos del batallón Garibaldi, los franco-belgas del André Marty y los alemanes-eslavos del Thaelmann, se propone atacar el Cerro de los Ángeles partiendo de la Marañosa, donde han llegado por la noche transportados en camiones desde Chinchón.  El plan consiste en cortar las líneas enemigas tras la toma del Cerro y cruzando la carretera de Andalucía proseguir el avance para la toma del aeródromo militar de Getafe.

La marcha de aproximación hasta el Cerro es tediosa, lenta, bajo un sol de justicia. Perales del Río se ocupa sin un disparo. Tan sólo se encuentran con mujeres del pueblo que les ofrecen agua. Se escuchan disparos lejanos. Los franco-belgas están ya atacando. El Garibaldi enfila hacia el Cerro directamente, cambiando el plan inicial de rodear por la derecha. Llegados a un olivar comienzan a sentir el silbido de las balas enemigas. Tres tanques acompañan al batallón abriendo fuego con sus cañones y una gran tormenta de disparos y estallidos se desata. Desde la Marañosa truena una batería de apoyo. Las brigadas españolas deben flanquear por la izquierda y avanzar hacia el campo de aviación. Los internacionales ya están al pie del Cerro parapetados, listos para el asalto.

Pero los defensores, protegidos en sus trincheras, desempeñan una tenaz y cómoda defensa, en tanto que los atacantes intentan incluso con escaleras, ascender por los muros sin ningún éxito. La noche se echa encima. Los carros armados se retiran a retaguardia. Se hace el silencio y sólo queda algún puesto avanzado de observación en tanto que el resto de la tropa se retira a una línea de descanso y reorganización establecida a cien metros. En medio del caos general nadie sabe dónde está la intendencia, la cocina, el puesto de socorro. Todo se ha improvisado. Se ordena enviar los heridos a la iglesia de Perales donde se crea un puesto de primeros auxilios y evacuación de heridos. Allí se instala también el puesto de mando y el centro de reunión de los servicios. La intendencia de la brigada ha enviado víveres, pan y vino, a la iglesia de Perales, y se está preparando sopa y café calientes.

Se improvisa el puesto de primeros auxilios y se va atendiendo a los heridos que van llegando. Los menos graves han de seguir a pie hasta la Marañosa y los más graves son evacuados a duras penas con los escasos vehículos de que se dispone. Mucha gente ha quedado rezagada, perdida entre los olivos, extraviándose en la noche. Otros han quedado yertos para siempre, abandonados en el campo. El fracaso del ataque obliga a hacer una seria reflexión sobre la improvisación y la falta de recursos con que se ha diseñado esta maniobra. El coste en vidas ha sido alto y no se ha cumplido ninguno de los objetivos marcados. El día 15, el jefe de la XII BI, general Lukács, reúne a la brigada en la iglesia de Perales y subido en el púlpito echa una dura arenga recriminando a todos por los malos resultados.

Al igual que Luigi Longo, otros voluntarios que vivieron el ataque, narran su experiencia en similar tono. Tal es el caso de Esmond Romilly, voluntario inglés del batallón Thaelmann, sobrino de Winston Churchill, que muy precozmente publica sus memorias tituladas: “Boadilla”, Londres, 1937. También precozmente perecerá en el Mar del Norte con 23 años, en misión de guerra (1941).

Cuenta que llegaron a las nueve a la Marañosa, y tras media hora de espera en la carretera echaron a andar. Cuatro tanques les siguen y han de apartarse en la cuneta para que pasen. Siguen caminando hacia Perales del Río para tomar el pueblo. Tres aviones les sobrevuelan y lanzan bombas sobre el Cerro. El calor es sofocante. Pasan junto a unas granjas deshabitadas, cruzan el Culebro; en el pueblo de casas dispuestas junto a la carretera no encuentran un alma. Inspeccionan alguna y dejan allí sus macutos y sus mantas. Aún calienta el sol cuando enfilan hacia lo que llama “fortaleza”, pues esa es la apariencia del santuario desde lejos. Según avanzan agachados comienzan a acecharlos los silbidos de las balas enemigas, “como si el viento susurrara entre las hierbas”. Logran acurrucarse en huecos del terreno y comienzan a caer los primeros heridos. Según cae la noche se extravían por los campos y van encontrando grupos dispersos de gente cansada y abatida. Dan con la carretera comarcal y se unen a un grupo de franceses y polacos aislados de los batallones propios, con los que llegan a la Marañosa.

Tras pasar la noche, ya de mañana, contemplan tres aviones enemigos que bombardean Perales y al poco se aproximan sobre ellos dejando caer sus bombas. Pasarán dos días más patrullando por la zona con enfrentamientos con algún grupo de moros, y serán evacuados hacia Chinchón para organizar la marcha hacia Madrid.

Otro voluntario inglés, Keith Scott Watson, amigo de Esmond Romilly, describe del mismo modo esta desastrosa experiencia en su obra: “Hacia una España en guerra”, también publicada en Londres, 1937. Poco más ha de añadir. Refiriéndose a Perales lo describe como “un pequeño pueblecito que yace sobre el recodo de un río”. No hay señales de vida. Un gato tomando el sol sobre el escalón de la tienda del pueblo. Las casas en desorden, todos los cajones saqueados, rastros de la huida precipitada del enemigo. Una mujer degollada y apuñalada atravesada en una cama. Todo patas arriba. Dice: “Nuestra primera experiencia con los moros”. En la cocina de la posada aún está el café caliente. Un gorro y una capa de oficial han quedado olvidados en la pared sobre una percha. Dos kilómetros más allá se divisa la colina coronada por una fortificación que han de atacar.

Comienzan el ataque y se inicia la confusión. Llegando a un olivar se parapetan tras los troncos. Disparan y disparan. Y así va llegando la noche… Desde una trinchera capturada les llegan los gemidos de heridos y moribundos. Los tanques baten la fortificación y una torre arde en llamas. Los defensores dejan caer bombas de mano desde arriba de los muros. Se hace la oscuridad finalmente, se detiene la lucha, y tardan una hora en volver al lugar de partida, tropezando con un herido alemán tendido en una camilla. Cargan con él, que gime a cada sacudida, y cuando llegan a la carretera se dan cuenta que está muerto. En la iglesia del pueblo arde una lumbre inmensa mientras reparten un guiso y café. Descansan un rato y otra vez echan a andar hacia la Marañosa con un numeroso grupo de soldados. Las ambulancias corren hacia allá igualmente.

Pasan junto a un grupo que ha excavado una zanja junto a la carretera. Hay seis cuerpos dentro de ella que van cubriendo de tierra a paladas. Ludwig Renn pronuncia una corta oración fúnebre mientras el resto alza los puños y algunos disparan una descarga cerrada al aire. Va comenzando a amanecer. Se paran en una granja de paso cuando observan que unos aviones bombardean Perales dejando caer dos bombas que explotan simultáneas sobre la iglesia. Luego vienen hacia ellos sobrevolando la carretera y les ametrallan. Tras comer en la base serán desplegados sobre una colina, mirando al río, y serán atacados por una fuerza de tropas indígenas a caballo. Cuando están a punto de ser envueltos unos voluntarios flamencos aparecen formando gran algarada y los moros, desconcertados, se retiran. Nuevo ataque aéreo en la Marañosa. Muchas bajas. Pocos días después partirán hacia el frente de Madrid.

El propio Ludwig Renn, que en ese momento dirige el batallón Thaelmann, expone la actuación en su obra “Der Spanische Krieg”, Berlín, 1956, en el capítulo titulado “Los combates por el Cerro de los Ángeles. Del 12 al 16 de noviembre de 1936”.

Llegaron al poblado de la Marañosa, transportados en camiones desde Chinchón pasando por San Martín de la Vega. Imperaba un absoluto silencio sólo interrumpido por el relincho de un caballo. A las 10:15 dan la orden de marchar. Descendiendo las cuestas se van aproximando al Manzanares e inspeccionan unas casas que se encuentran al paso. Río arriba llegan al caserío de Perales del Río desde donde ya se aprecia con claridad el convento del Cerro de los Ángeles, con muros altos llenos de aspilleras. En el momento que alcanzan la iglesia se les acerca un vehículo con el general Lukács a bordo. Las compañías ocupan las casas. El médico instala el puesto de socorro en la iglesia en tanto que el cocinero prepara igualmente las perolas.

Aguardan al batallón franco-belga (André Marty) para iniciar el ataque, pero cuando ya son las 14:30 deciden que no se puede esperar más y se inicia el ataque con el batallón Garibaldi a su izquierda. Con apoyo de tanques, polacos y alemanes avanzan a la par hasta alcanzar una cañada en hondonada que discurre bajo el Cerro.  Aunque los atacantes llegan al pie de los muros, no pueden pasar de allí. Los defensores dejan caer las granadas desde lo alto.

Rápidamente se hace de noche. Renn se encuentra con Randolfo Pacciardi, el jefe italiano, y con el jefe del franco-belga. Los tanques se han retirado ante la imposibilidad de avanzar en la oscuridad. Se debate ordenar la retirada. Renn se opone y propone mantener las posiciones. Pero sin ninguna orden la gente ha comenzado a retirarse desordenadamente hacia Perales del Río. Renn y su traductor alcanzan extraviados la carretera de la Marañosa. Allí se encuentran con el comisario Luigi Longo “Gallo” y comentan la situación. Renn toma su automóvil y enfila hacia la iglesia de Perales, donde la gente yace en el suelo dormida.

Sin notificarlo, el médico toma el automóvil de Renn y se lo lleva cargado de heridos. Renn, encabezando la compañía, ha de marchar andando a la Marañosa que está siendo bombardeada por dos aviones. El Estado Mayor, desde Chinchón, ha ordenado que ocupen Cabeza Fuerte, y ya de noche, hacia allí se encamina la hilera de camiones sin mapas, guiados de vagas referencias. Topan con tropas españolas en retirada, decidiendo finalmente acampar sobre el terreno, sin vislumbrar el objetivo, en una noche sin estrellas. Cuando amanece ven que se han quedado solo a 100 metros del destino. Excavan una línea de trincheras y en eso llega nuevamente Lukács. Comentan la situación y finalmente Renn parte para Chinchón con sus tropas en estado de agotamiento. El 17 de noviembre salen para Fuencarral. La lucha por el palacete de la Moncloa les aguarda.

Alexei Eisner, es otro de los protagonistas del ataque, que describe en su obra: “La 12ª Brigada Internacional”, Moscú, 1968. Este voluntario ruso, encuadrado en el batallón Thaelmann, no menciona el paso por Perales pues su compañía ha desplegado más hacia la izquierda del núcleo central. Casi aislados al llegar la noche, charlan un rato con Ludwig Renn que visita las posiciones. Se pegan al terreno y allí permanecen esperando órdenes. Cuando al amanecer ven que todos han desaparecido, retornan a la Marañosa explicando a Lukács sus vicisitudes del ataque. El general les felicita por haber permanecido en su puesto. Eisner vuelve después al Cerro para recuperar un vehículo que logran rescatar bajo el tiroteo enemigo. Parten después para Chinchón, y finalmente hacia Madrid, siguiendo al batallón.

Otro participante en el ataque es el búlgaro César Covo, brigadista sefardí nacido en Sofía, encuadrado en la XII BI. En sus memorias, tituladas: “La guerre, Camarade”, publicadas en 2005, nos describe la llegada a la Marañosa y luego el descenso de los cerros hacia el valle desde donde perciben a lo lejos, a la izquierda, algo así como una fortaleza en lo alto de un cerro rodeado de murallas. También ven Madrid por vez primera, o los barrios de las afueras, en la línea del horizonte. Se sostiene un duelo artillero entre un cañón propio y una batería enemiga.  Avanzan primeramente hacia un pueblo, Perales del Río, para luego tomar la dirección de la fortaleza. La marcha es tediosa y el sol calienta. Justo a la entrada del pueblo una trinchera corta la carretera. Saltan sobre ella pues no hay defensores. Más allá hay una barricada hecha con grandes troncos entrelazados, también desierta. Encuentran un perro muerto víctima del enemigo. En la iglesia hay unas marmitas enormes volcadas por el suelo y el rancho derramado en mitad de la nave. El enemigo ha huido hacia el Cerro apresuradamente abandonando inclusive unos sacos de provisiones. Según van avanzando hacia el Cerro dos paisanos les ofrecen vino que rechazan. Terminan la marcha parapetados en un viñedo envueltos en los disparos del enemigo. Cae la noche envolviendo los muros de la fortificación. Al amanecer se produce una retirada en desorden al punto de partida. Aunque les dicen que la maniobra ha servido para distraer tropas enemigas del asalto a Madrid, el general Lukács les espera entristecido. Conducidos a Fuencarral, su siguiente misión será la lucha por el palacete de la Moncloa días más tarde.

Mijail Koltsov, periodista del Pravda, dice literalmente en su “Diario de la guerra española”, Moscú, 1938. Reedición 1957:

“13 de noviembre. Un día de decepciones y grandes disgustos. De la contraofensiva parece que no saldrá nada. El grupo principal de choque entró en combate demasiado tarde. La preparación artillera fue una miseria. Los nuevos combatientes mal entrenados avanzaron sin nervio, se aproximaron al Cerro de los Ángeles, pero se plegaron ante el fuego enemigo y buscaron refugio en los accidentes del terreno. Por ahora allí siguen”.

En los mismos términos expresa el resultado de la maniobra, Jacques Delperrie de Bayac, “Las Brigadas Internacionales”, París, 1968.

El Cerro de los Ángeles, renombrado como Cerro Rojo en el bando republicano, había caído cinco días antes en manos nacionalistas, -el día 8 de noviembre de 1936-, tras ser abandonado por el batallón Victoria de la 1ª. Brigada Mixta.

En la obra recopilatoria de Santiago Álvarez, titulada: “Hª política y militar de las BB.II.”, Madrid, 1996; el comisario de la 1ªCía. de este batallón, Salvador Muñoz, cuenta que se encontraban aislados en el cruce de carreteras al pie del Cerro, con el enemigo ya situado entre Pinto, Getafe y Villaverde. Cuatro compañías de fusiles, una de ametralladoras y un blindado de ruedas armado de cañón, están al mando del comandante Miguel Valverde, que ordena la retirada la noche del 7 de noviembre hacia Vaciamadrid, rodeando el Cerro y pasando por Perales del Río en dirección a la carretera de Valencia, desde donde marcharán a Entrevías para contraatacar en Villaverde al día siguiente. Paradójicamente, este comandante murió dos meses después, en el ataque de recuperación del Cerro dirigido por Enrique Líster el 19 de enero de 1937, cuando tomaron 400 prisioneros junto a su jefe, el comandante Belda. Ataque también fallido ante la rápida reacción desde Getafe de los tabores de Larache e Ifni-Sáhara, que describe José M.ª Gárate Córdoba en sus memorias tituladas: “Mil días de fuego”, Barcelona, 1972.

Otros autores, como los asesores militares rusos A. Rodimtsev y R. Malinovski que intervinieron igualmente en esta maniobra, la recuerdan en sus memorias recogidas en “Bajo la bandera de la España republicana”, Moscú, 1967, obra colectiva, escrita por iniciativa de Dolores Ibárruri “Pasionaria”.

La improvisación, la inexperiencia, la carencia de recursos materiales, la falta de adiestramiento y de mandos intermedios, dieron al traste con los esfuerzos del ejército gubernamental para repeler el ataque lanzado por el ejército insurgente contra la capital de España, que a pesar de todo soportó el asedio hasta el final de la guerra.

Como hemos visto, los campos de Perales del Río fueron mudos testigos de estos enfrentamientos, que constituyeron la primera gran ofensiva de la defensa de Madrid, en coordinación con ataques simultáneos desde el norte de la capital para envolver la Casa de Campo.

Diversas unidades gubernamentales defendieron posteriormente este sector del frente, llamado Frente de Perales, hasta el final de la guerra producido el 28 marzo de 1939; apoyadas en la línea defensiva que aún puede contemplarse excavada a lo largo de los cantiles de yeso que se alzan sobre el camino de las Carretas y los restos del Canal del Manzanares.

Fachada de la Iglesia de Perales del Río dañada por la artillería del Cerro de los Ángeles
Otra vista de la iglesia de Perales del Río

EL MARQUESADO DE PERALES DEL RÍO

CREACIÓN DEL TÍTULO Y ÁRBOL GENEALÓGICO

El título de Marqués de Perales del Río fue creado por el rey Felipe V, mediante decreto de 12 de agosto de 1727 y Real Cédula de 24 de septiembre del mismo año (San Ildefonso).

Lo concedía a Doña Antonia de Velasco y López de Moreda (1694-1749), señora de altas prendas según el Blasón de España (1853), como remuneración de importantes servicios prestados al Estado.      

Descendiente de una larga estirpe iniciada por Sancho Sánchez de Velasco, 1er. Señor de los valles de Soba y Ruesca y de las villas de Medina de Pomar y Puebla de Arganzón, que murió en el cerco de Gibraltar (1315); la marquesa contrajo matrimonio el 28 de febrero de 1729 con Ventura Francisco Fdez. de Pinedo y Rguez. de Ubierna, caballero de la Orden de Santiago y del Consejo de Indias, quien recibió el título de Conde de Villanueva de Perales de Milla. Según consta en el registro de la parroquia de San Sebastián de Madrid, ella falleció el 10 de marzo de 1749, ya en estado de viudedad.

Ventura Antonio Fdez. de Pinedo y Velasco, primogénito del matrimonio, nacido en 1730 y fallecido en 1802, fue II Marqués de Perales del Río, además de Conde de Villanueva de Perales de Milla, caballero de Alcántara, gentilhombre de Cámara y mayordomo de Carlos III, maestrante de Valencia, regidor perpetuo de Madrid y Toledo. Personaje de los más ilustres de su tiempo que, invitado por Carlos IV, asistió el 24 de agosto de 1789 a la jura del Príncipe de Asturias D. Fernando, posterior Fernando VII.

Casado con Micaela Glez. de Quijano, tuvieron entre su descendencia a José Miguel Fdez. de Pinedo y Velasco Glez. de Quijano, quien recibió el título de III Marqués de Perales del Río, además del título de Conde de Villanueva de Perales de Milla, siendo además caballero de Santiago, maestrante de Valencia, director de la Renta del Tabaco, ministro de la Real Junta de Comercio y Moneda, regidor perpetuo de Madrid y Toledo.

José Miguel Fdez. de Pinedo, casado con María Gutiérrez de los Ríos, murió en 1808 sin sucesión, tras el grave incidente del asalto a su casa-palacio, en el que resultó muerto por linchamiento.

Antonio Fdez.-Durán Fdez. de Pinedo, sobrino del anterior, sería nombrado IV Marqués de Perales del Río por derecho sucesorio. Había nacido en Aranjuez en 1751, y falleció el 21 de julio de 1831 con 50 años.

Manuel Fdez-Durán y Pando Fdez. de Pinedo (1808-1888), fue el V Marqués de Perales del Río además de Marqués de Tolosa, Grande de España de 1.ª clase, caballero de Calatrava y de San Juan de Jerusalén, presidente de la Asociación general de ganaderos, diputado a Cortes por el Partido Liberal y senador del reino, gobernador de Madrid, consiliario del Banco de San Fernando, vocal de Caja de Ahorros y de Beneficencia, miembro de la Sociedad económica matritense, entre otros muchos cargos y distinciones.

Antonio Fdez-Durán y Bernaldo de Quirós (fall.1907), hijo del anterior, sucede al padre como VI Marqués de Perales del Río además de otros títulos. Había nacido en Madrid, en 1840; falleció en El Espinar (Segovia), en 1907.

Buenaventura Fdez-Durán y Caballero (1882-1931) fue el VII Marqués de Perales del Río. Su esposa, María de la O de Queralt falleció junto a su hermano en el atentado la calle Mayor de Madrid, el día de la boda de Alfonso XIII y M.ª Victoria de Habsburgo, 31 de mayo de 1906.

Antonio Fdez-Durán y Queralt (fall.1950) fue el VIII Marqués de Perales del Río.

Manuel Fdez-Durán y Villalba (1930-1988). Agricultor y ganadero. Ostentó el título de IX Marqués de Perales del Río.

M.ª de los Ángeles Fdez-Durán y Roca de Togores (fall.1992). X Marquesa de Perales del Río.

Jaime Santamaría de Paredes y Fdez-Durán (nac.30/10/1992), ostenta en la actualidad el título de XI Marqués de Perales del Río.

HISTORIA FAMILIAR

El matrimonio formado por Antonia de Velasco y Ventura Francisco Fdez. de Pinedo, primeros Marqueses de Perales del Río, adquirió la cabaña ganadera de la Real Dehesa de la Serena, que había pertenecido a la Orden de Alcántara, donde edificaron la Casa Grande del Bercial.

Eran además propietarios de la Cabaña de Perales, de ovejas merinas, trashumantes de la montaña oriental leonesa entre los siglos XVIII y XIX, que desapareció durante la Guerra de Independencia, pues de tener 30.000 cabezas se redujo a menos de un millar.

El IV Marqués de Perales hubo de ocuparse de crear una nueva cabaña durante el Trienio Liberal, que, a principios del siglo XX, casi un siglo después, contaba con 12.000 cabezas.

El matrimonio amasó una gran fortuna de dos millones de reales y un mayorazgo con pastos y tierras al sur de Madrid, la cabaña lanar y las dehesas extremeñas, con otros bienes y títulos cuyo valor rondaba los ocho millones de reales.

Ventura Francisco tuvo siempre muy a gala las tareas de colonización del señorío de Perales del Río, invirtiendo una fortuna en este despoblado donde creó dos fábricas de jabón.

Fue el promotor de la construcción en 1732 de la casa-palacio de la calle de la Magdalena de Madrid, situada entre Tirso de Molina y Antón Martín, cuya fachada de balcón superpuesto a la puerta de entrada ejecutara con maestría Pedro de Ribera, resaltando el escudo nobiliario esculpido en piedra de la familia sobre una rica ornamentación barroca; siendo el edificio de planta ligeramente cuadrada, dispuesto en torno a patios interiores, tiene fachada posterior a la calle de la Cabeza. Vendido al Estado en 1914, albergó la sede de la Dirección Gral. de Aeronáutica hasta que en 1936 lo convirtieron en Juzgado de bodas civiles. Pasada la guerra, fue habilitado en 1954 como estafeta de Correos hasta 1979, cuando instalaron la Hemeroteca Nacional, y luego en 2002, la Filmoteca Española.

En 1728, poco antes de la construcción de la casa-palacio madrileña, se había mandado construir el llamado Palacio del Esquileo del Marqués de Perales, en El Espinar (Segovia), por encargo de Dña. Antonia de Velasco, con fines residenciales adaptado para la actividad productiva de la lana. El edificio principal constaba de dos plantas y dos portadas neoclásicas coronadas por la Cruz de Calatrava con el escudo nobiliario familiar, además del resto de estancias y construcciones del complejo industrial aptas para encerradero, rancho de esquileo y lonja de lana. En este lugar se llegaron a esquilar anualmente un tercio de las 74.000 ovejas que pasaban por el pueblo con esta finalidad.

La ubicación, a medio camino entre las dehesas extremeñas y manchegas, y los agostaderos de montaña al norte del río Duero, favoreció la instalación de lavaderos y esquileos, que eran llamados Ranchos en Segovia.

De Villacastín a Riaza existieron treinta y seis esquileos donde se recogía la lana de las ovejas para su posterior manufactura en la industria textil para la confección de mantas y prendas de abrigo.

En El Espinar, los esquileos más importantes pertenecían al Marqués de Perales, al Conde de Alcolea, a D. Blas de Arévalo y a los herederos de Juan de la Cruz.

El del Marqués de Perales, aún a pesar de haber sido declarado BIC, se encuentra en estado ruinoso, y el incendio sufrido en 2012 ha acentuado los signos de derrumbe del caserío.

En similar estado de ruina y abandono ha ido quedando la casa y finca de La Aldehuela, que también fue adquirida por el Marqués de Perales, tras la marcha en mayo de 1927 de los trapenses de Val San José que la ocupaban, al monasterio de Ntra. Sra. de la Oliva, en Carcastillo, Navarra.

En 2010, el ayuntamiento de Getafe acordó la expropiación de la casa y jardín para su conversión en centro de interpretación de esta área del Parque Regional del Sureste.

En el Archivo de la Nobleza se pueden consultar actualmente los documentos del Archivo de los marqueses de Perales, conservados en 115 cajones.

CUADRO ONOMÁSTICO DE LOS MARQUESES DE PERALES DEL RÍO

I – ANTONIA DE VELASCO 1727-1749

II – VENTURA FDEZ. DE PINEDO 1749-1802

III – JOSÉ MIGUEL FDEZ. DE PINEDO 1802-1808

IV – ANTONIO FDEZ-DURÁN Y FDEZ. DE PINEDO 1808-1831

V – MANUEL FDEZ-DURÁN Y PANDO 1831-1888

VI – ANTONIO FDEZ-DURÁN Y BERNALDO DE QUIRÓS 1888-1907

VII – BUENAVENTURA FDEZ-DURÁN Y CABALLERO 1907- 1931

VIII – ANTONIO FDEZ-DURÁN Y QUERALT 1931-1950

IX – MANUEL FDEZ-DURÁN Y VILLALBA 1950-1988

X – M.ª DE LOS ÁNGELES FDEZ-DURÁN Y ROCA DE TOGORES 1988-1992

XI – JAIME SANTAMARÍA DE PAREDES Y FDEZ-DURÁN 1992-

HISTORIA DEL LEVANTAMIENTO, GUERRA Y REVOLUCIÓN DE ESPAÑA. CONDE DE TORENO. LIBRO VI. MADRID, 1837:

RELATO DE LA MUERTE DEL III MARQUÉS DE PERALES

Hay un pasaje en la extensa obra del Conde de Toreno, sobre la Guerra de Independencia, que describe el desafortunado final del III Marqués de Perales.

Comienza narrando que, tras la batalla de Somosierra, acontecida el 30 de noviembre de 1808, dirigida por el emperador francés que acudía en persona a la península, a reasentar en el trono a su hermano José Bonaparte, la Junta Central partió hacia Badajoz.

En la capital, con la muchedumbre alarmada pidiendo armas a gritos, se decidió fortificar la ciudad al tiempo que se repartían entre los vecinos fusiles y municiones.

Dado que la estructura de la ciudad no era de fácil defensa, se procedió a excavar unos fosos ante las puertas exteriores y a construir baterías a barbeta armadas con cañones de corto calibre.

Abiertas algunas aspilleras en las tapias del recinto de la ciudad, se abrieron además zanjas en algunas de las calles principales: Calle de Alcalá, Carrera de San Jerónimo y Calle de Atocha. Desempedrando algunas, se acumularon piedras en las casas, parapetando las ventanas con almohadas y colchones.

Todo el mundo colaboraba con enorme entusiasmo.

El 1º de diciembre se confió el gobierno político y militar a una Junta que se instaló en la Casa de Correos de la Puerta del Sol con el Duque del Infantado a la cabeza.

La guarnición de Madrid disponía en ese momento de trescientos efectivos y dos batallones y un escuadrón de nueva leva. El vecindario, conocedor de la proximidad del enemigo, a cinco leguas de la capital, fue armado con ocho mil fusiles, chuzos y armas antiguas de la Armería Real.

Concentrados en el Prado, para señalar destinos, se notó la escasez de cartuchos de papel para los fusiles de ánima lisa de la época. Corrida además la voz, de que la carga de algunos era solamente arena en lugar de pólvora, dieron pábulo a un rumor propagado por una antigua amante del Marqués de Perales que despechada le acusaba de pactar la entrega de la ciudad a los franceses.

Este marqués, ídolo de la plebe madrileña, a la que imitaba en usos y costumbres; con la que se mezclaba y codeaba vestido de majo; fue malintencionadamente acusado de haberse entrevistado con Murat, y de haber recibido obsequios de él, como afrancesado.

La antigua amante, hija de un carnicero de barrio, cargada de ira y celos, iba corriendo la voz a modo de venganza, que el marqués por su cargo de corregidor de la Villa había manipulado los cartuchos además de pactar la entrega de la Puerta de Toledo.

Enfurecida, la muchedumbre se dirigió a su casa-palacio, situada en la Calle de la Magdalena nº10, actual sede de la Filmoteca Nacional, en el barrio del Avapiés, y tras allanar la vivienda le cosieron a puñaladas y arrastraron su cadáver por las calles, tendido sobre una estera.

Este fue el injusto y triste final de José Miguel Fdez. de Pinedo y Velasco Glez. de Quijano, III Marqués de Perales del Río, Conde de Villanueva de Perales de Milla, Caballero de la Orden de Santiago, Maestrante de Valencia, Director de la Renta del Tabaco, Ministro de la Real Junta de Comercio y Moneda, Regidor perpetuo de Madrid y Toledo; que estaba casado con María Gutiérrez de los Ríos y murió sin sucesión.

Al día siguiente, en la mañana del día 2 de diciembre de 1808, aparecieron ante Madrid las divisiones de dragones de los generales La Tour-Maubourg y La Houssaye. Napoleón llegó a las 12 de la mañana al pueblo de Chamartín, alojándose en la casa de campo del Duque del Infantado.

La Junta militar y política de Madrid firmará la capitulación un par de días después, el 4 de diciembre de 1808.

Fachada del Palacio del Marqués de Perales
Balcón principal y blasón del Palacio del Marqués de Perales

MAPAS ESQUEMÁTICOS DEL CENTRO DE RESISTENCIA VI CERRO DE LOS ÁNGELES (18 DIV) SEGÚN J.Mª. GÁRATE CÓRDOBA EN «MIL DÍAS DE FUEGO», 1972.

Archivo Histórico Militar
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3 comentarios en «Algunos datos históricos de Perales del Río»

  1. Felicitaciones por el estudio detallado y en profundidad sobre Perales del Rio. Está profundamente documentado de imágenes, buena investigación de documentos primarios y secundarios. Sin ánimo de critica, sino como aportación, hecho en falta, al final de la investigación, las referencias bibliográficas, los correspondientes archivos manejados, así como las signaturas

    Reitero, felicitaciones

  2. Gran entrada y un trabajo encomiable, Ángel.
    Es muy considerable el volumen de documentación que plasmas sobre la Torrecilla, interesantísimo.
    Yo hace años abandoné un proyecto de cartografiar con detalle la tierra de Getafe y Perales en el siglo XV, pero recuerdo recoger información sobre el paraje de Los Tomillares. La toponimia bajomedieval se reflejaba en mapas de comienzos del s XX del Archivo Municipal de Getafe, pero no aparecía Los Tomillares.
    Y en general toda la información que mostráis desde la Asociación sobre la batalla del Jarama y la toma del Cerro de los ángeles, entre otros muchos temas que tratáis.
    Enhorabuena.
    José Ignacio

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