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Quijorna, julio de 1937

En el verano de 1937 nace la gran ofensiva republicana conocida como la Batalla de Brunete. En el pueblo de Quijorna se produjeron violentísimos combates dirigidos por Valentín González “El Campesino” ante la enconada defensa nacionalista. Finalmente, esta pequeña localidad de Madrid sería tomada con altísimos costes humanos para todos los combatientes.

Los pasados días 2, 3 y 4 de julio, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Quijorna encabeza las V Jornadas de recreación y recuperación históricas que conmemoran el aniversario de esta batalla, aglutinando también a la Asociación Frente de Madrid y al Colectivo Guadarrama, cuyas necesarias colaboraciones dan vida a este evento.

De esta manera, el consistorio quijornero, en manos del Partido Popular, logra activar y poner en valor un patrimonio histórico que además, y complementariamente, rentabiliza económica y turísticamente, destacando en el mapa el nombre de esta pequeña localidad madrileña.

Un ejemplo que desgraciadamente no parece querer seguirse en los tramos del Parque Lineal que dependen del Ayuntamiento de Madrid. Un único vencedor en esta batalla: Quijorna. Lo que demuestra que no hace falta una opción política concreta para estar de lado del sentido común.


La ambientación de Frente de Madrid fue perfecta, incluso con el calor que nos castigó durante la tarde

El sábado día 3 las jornadas tenían una atractiva agenda, por lo que decidimos ir a Quijorna para empaparnos de las explicaciones que los expertos estarían dispuestos a ofrecernos, y para comprobar cómo otros organizan estos actos tan poco comunes en tierras del Manzanares.

La Trinchera Viva

Sobre la colina en la que está instalado el polideportivo del pueblo, se excavó el día anterior un cuerpo de trinchera muy completo donde tendría lugar la representación de Frente de Madrid. “Trinchera Viva” lo llaman, y damos buena fe de que así es.

Dividida en dos partes, nacionalistas y republicanos compartían espacio sin mezclarse. Todos los detalles estaban cuidados al máximo, desde el armamento hasta los uniformes, pasando por la ambientación. El sólo acceso a la trinchera, a veces bajo fuego enemigo, requería de un salvoconducto visado por el jefe de la columna, sin ir más lejos.

Proyección de cortometrajes

Después de vivir el calor de las trincheras, no hubo nada más apropiado que el local habilitado por el Ayuntamiento donde se proyectaron dos cortos. El pre-montaje de «Campo de Batalla» y el documental «Quijorna, 1937». El primero es un cortometraje moderno que narra la vivencia de un soldado republicano inmerso en la batalla. El segundo es un corto propagandístico del Ejército Popular de la República, ahora con sonido, en el que aparece la toma de Quijorna y combates reales en los alrededores del pueblo. Dos grandes documentos que nos acercan a la Batalla de Brunete y la Guerra Civil Española.

Pero además de la representación y de la proyección hubo ese y otros días otros actos como la exposición de restos, la Bolsa Militaria, las rutas senderistas y las conferencias. Todo ello completamente gratis para el visitante.

Tras la jornada, nada mejor que algún populoso bar de Quijorna donde los combatientes de todos los bandos rinden sus armas ante la evidencia de que en estas jornadas, de manera ejemplar, vence la cultura y vence la historia. Vence la memoria de unos días que desangraron Madrid y que jamás deberán volver a suceder.

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