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El ataque republicano a La Marañosa, Coberteras y Vaciamadrid

espolón de vaciamadrid

El Espolón de Vaciamadrid en la actualidad. Los gubernamentales dispusieron sus líneas en torno a las cumbres del cerro fortificadas por los rebeldes.

Del 17 al 21 de febrero los republicanos pasan al ataque en el flanco izquierdo de los nacionalistas, defendido por la Brigada de Rada.

El encargado de dirigir la maniobra de ataque, que trataría de capturar la Fábrica de Artillería de La Marañosa y el Cerro de Coberteras, sería Juan Modesto Guilloto, jefe histórico de las MAOC y del 5º Regimiento, quien instalará su Puesto de Mando entre Vértice Cumbres y Cerro Gordo. Para ello envía a las Brigadas Mixtas 10ª (El Campesino) y 19ª, de la Agrupación Norte, más un batallón de la 1ª BM (Líster). La 10 BM ataca desde La Aldehuela, las posiciones del cerro de Vuelos sin Motor, siguiendo el eje del Camino Viejo de Chinchón, en dirección al Poblado de La Marañosa, dejando en su flanco izquierdo al batallón de la 1 BM. La 19 BM ataca mientras tanto el Espolón de Vaciamadrid. El objetivo era anular la fenomenal posición artillera que apoya con su fuego a las fuerzas nacionalistas en la bolsa del Jarama, y hacer tambalear el dispositivo enemigo en su retaguardia.

Al comenzar estos combates, la zona del margen derecho del río Manzanares y las posiciones nacionalistas de La Marañosa, zona de ribera dominada por las armas automáticas de las fuerzas rebeldes, es tierra de nadie.

nido de ametralladora en la marañosa

Nido de fusil automático a barbeta, en la primera línea nacionalista. Ubicado junto a la pista forestal que conduce al Vértice Coberteras

 

El ataque republicano combinado: Marañosa – Coberteras- Espolón de Vaciamadrid

vértice coberteras

Vértice Coberteras

Al amanecer del día 17 los republicanos cruzan el río haciendo gala de gran número de efectivos. Las fuerzas que ejecutarían el ataque a la Marañosa pasan el Manzanares por la zona del Vado Arenoso de La Torrecilla a través de una pasarela y se concentran en la Casa de la Aldehuela aguardando a los carros de combate rusos que les van a servir de apoyo táctico en el ataque.

Una compañía de carros (6 vehículos), ha cruzado hábilmente el río Manzanares, según refiere M.Koltsov en su Diario. Se supone que a través del puente que existe en Casa Eulogio, similar al también instalado en 1910 para el ferrocarril remolachero de La Poveda, sobre el río Jarama, llamado Puente de Gózquez o de Pindoque.  Son obras innovadoras de cemento armado proyectadas por José Eugenio Ribera.

Iniciado el ataque, dos carros son destruidos de sendos cañonazos, y los cuatro restantes vuelven a su punto de origen. Para la infantería republicana el ataque le supone una verdadera carnicería.

Para conectar con las cabezas de playa, a partir de estos días se instalarán en la zona otros cuatro pontones o pasarelas sobre el Manzanares, que permitirán el abastecimiento y paso de tropas a las posiciones republicanas del Espolón y Casa Eulogio.

En las posiciones nacionalistas del Vértice Marañosa y alturas de Vuelos sin Motor, se encuentran desplegados los requetés del Tercio del Alcázar; en los cerros de Coberteras, el Batallón A de Cazadores de Melilla; y en El Pronunciado Espolón de Vaciamadrid, la 7ª Bandera de la Legión.

A partir de ese día y hasta el día 21 se viven combates de inusitada violencia junto al Manzanares. Los ataques se caracterizan por fuertes preparaciones artilleras y avances republicanos sobre terreno descubierto, lo que provoca gran número de bajas entre las tropas leales. La estrategia de los republicanos consiste en lanzar ataques frontales contra posiciones en altura, claramente ventajosas, haciendo uso de grandes masas de infantería contra ellas, a la descubierta, que en algún momento, tuvieron apoyo de carros, pero muy limitado. Las fuertes pendientes no permitían mayor avance a estos vehículos.

La estrategia, simple en su concepción, esperaba que la supuesta superioridad numérica de 2000 infantes lanzados al asalto, bastara para desbordar y colapsar las defensas enemigas. Pero los republicanos se estaban confrontando con soldados profesionales y voluntarios de alta motivación, que unido a la altura de sus posiciones y pendiente del terreno, hizo que tal colapso no llegara a producirse en ningún momento.

Los ataques desde La Aldehuela al cordal de cumbres de La Marañosa

mapa batalla jarama aldehuela

Mapa del dispositivo republicano de la zona de La Aldehuela, desde donde se lanzan los ataques contra La Marañosa, con nulos resultados.

En La Aldehuela, entre los restos del monasterio trapense, Val de San José, los republicanos plantan su base de partida para las acciones contra el Vértice Marañosa y los cerros aledaños de Vuelos sin Motor, siguiendo los ejes del camino Viejo de San Martín y del Camino Viejo de Chinchón que atraviesan esos cordales. Los olivares que se extienden junto a este monasterio decimonónico ya arruinado, sirven para mantener ocultos a los batallones de infantería, que esperan la orden de lanzarse al ataque, en tanto llegan por su izquierda los carros blindados de apoyo, que les han prometido.

En el Barranco de Filipinas, otro tanto de gente dispuesta al ataque, se agazapa en la vieja cantera y tras la loma del camino a La Aldehuela.

Los carros soviéticos llegan por la izquierda, enfilan las crestas enemigas, hacen unos disparos y se retiran, ya que un relieve tan empinado no permite mucho más.

La infantería republicana tendrá entonces que hacer a la descubierta, aprovechando si se puede pequeñas vaguadas de cauces secos y bosquecillos de retama, el interminable kilómetro de terreno en cuesta, ascendente, que les separa de las posiciones enemigas, distribuidas por los mogotes aislados que divisan a lo lejos; entre el Cerro del Grajo, a su derecha, y la enorme cantera a cielo abierto de pedernal -sílex-, a su izquierda.

A los nacionalistas les apoyan las baterías artilleras instaladas entre La Marañosa y Cabeza Fuerte, además de sus propias piezas de acompañamiento y sus morteros.

En un penoso avance a través de las peladas faldas de estos cerros, se lanzan en sucesivas oleadas «a la rusa» a plena luz del día y la vista de los tiradores enemigos.

Los infantes republicanos, según avanzan, van cayendo abatidos, paulatinamente, bajo el fuego incesante de fusiles y ametralladoras que se escupe desde las cumbres.

En cierto momento, en que la situación aparece más dudosa y parecen estar más cerca de sus objetivos, aparece a su derecha un grupo de «negrillos», carros alemanes del modelo Panzer I, que los baten de costado y obligan a retirarse definitivamente a sus posiciones iniciales.

Los ataques contra Coberteras y el Espolón de Vaciamadrid

mapa batalla jarama espolon vaciamadrid

Posiciones de ambos bandos en el Espolón de Vaciamadrid al finalizar la Batalla del Jarama que se mantendrán hasta el final de la guerra.

Mientras que los ataques contra La Marañosa no consiguen avances sustanciales, los republicanos logran progresar en el Espolón de Vaciamadrid a base de un duro castigo artillero previo que, en algunos casos, llega a durar tres horas y reduce a escombros los dispositivos nacionalistas de defensa.

La artillería y los morteros rojos siguen el machaqueo de Vaciamadrid hasta el oscurecer, para que madure más el fruto hasta mañana. No andan descaminados, porque también los legionarios se sostienen a puro espíritu; hoy han caído más de sesenta […] de la 7ª Bandera, que está quedando en cuadro […]
A las 10 se produjo el asalto, rechazado por los legionarios maltrechos, que surgían de las ruinas de sus trincheras, como en una epopeya. Pero los asaltos se suceden… J.M. Gárate Córdoba

Durante el ataque, los republicanos se mantienen en algunos puntos al borde de la escarpada ladera de estas alturas, debiendo evacuar a los heridos incluso colgados de cuerdas, a través de los cortados. Al igual que sucede en La Marañosa, las pendientes que hay que remontar en el ataque son enormes, y las posiciones contrarias se han dispuesto en los puntos más elevados de estas cumbres cumbres.

Durante los cinco días de combates, la 19 BM ataca una y otra vez las posiciones del Espolón de Vaciamadrid, pero sin lograr desalojarlas. Todo queda en tablas, como en el ajedrez.

Pasados los años, se ha suscitado una polémica dudando de la presencia de fuerzas republicanas en las alturas del Espolón. Algunos historiadores llegaron incluso a alimentarla, negando este hecho, en importantes tratados publicados sobre la batalla.

Basta con recorrer la zona para comprobar sobre el terreno, el claro entramado de la impresionante obra de fortificación republicana y el de las líneas contrarias, enclavadas éstas,  sobre los puntos señalados en los croquis del denominado Centro de Resistencia VIII-Vaciamadrid, que pueden consultarse al día de hoy en los Archivos históricos militares.