El Canal del Guadarrama y su obra cumbre, la Presa del Gasco, fueron el reflejo del omnipresente deseo de la Corte española para hacer de Madrid un puerto de mar. Pocos saben que la obra central de estos deseos era el Real Canal del Manzanares, situado por entero en lo que hoy es el Parque Lineal del Manzanares, y al servicio del cual se construyeron la Presa del Gasco y el Canal del Guadarrama.
De ellos quedan restos, en algún caso verdaderamente sorprendentes, y una historia que entronca con la del Canal del Manzanares mucho más allá del Parque Lineal.
Son visibles ciertos tramos y estructuras del Canal del Guadarrama
El Canal del Guadarrama fue parte del sueño de navegación que irrumpió en la corte española a finales del siglo XVIII. Terminado el primer tramo del Real Canal del Manzanares en 1.777 por los ingenieros de Carlos III, quedaba en evidencia, entre otros muchos problemas, el escaso aporte hídrico que el río Manzanares era capaz de ofrecer a la pequeña navegación de chalupas y barcazas que, desde el mismísimo puente de Toledo, llegaban hasta la Octava Esclusa, en el paso de la Cañada Real Galiana.
Fue entonces cuando surge la idea del Canal del Guadarrama, que es propuesta por Carlos Lemaur en 1.785 al Banco de San Carlos –antecesor del actual Banco de España- con la idea de que el rey tuviera a bien financiar otra nueva aventura náutica para Madrid. La economía española viajaba a lomos de burros por incómodos y lentos caminos polvorientos, cuando no enfangados, por lo que la idea de hacer navegable el secano peninsular calaba hondo. El proyecto, pese a las dudas, fue aprobado.
No se puede decir que el Canal del Guadarrama fuera un canal de navegación, que ya estaba hecho en Madrid y que era el Real Canal del Manzanares, sino un trasvase de aguas a este último, posibilitando su extensión hasta Vaciamadrid y posteriormente, en loca aventura empresarial, hasta Lisboa.
Detalle del derrumbe de la Presa del Gasco donde se aprecia la estructura de la construcción
La Presa del Gasco era la piedra angular de todo este proyecto. Situada en el monte del Gasco, en el mismísimo límite de los municipios de Galapagar, Torrelodones y Las Rozas, debía retener una cantidad suficiente de líquido del río Guadarrama y elevarla para luego ser transportada por un canal, al que llamarían Canal del Guadarrama, hasta Madrid, para unirse allí al siempre agotado Canal del Manzanares.
Lemaur se suicidó y el proyecto del Canal del Guadarrama y de la Presa del Gasco pasó a sus hijos, quienes lo iniciaron y nunca llegaron a terminarlo. Al igual que el Canal del Manzanares, siempre escaso de fondos y atenazado por una viabilidad económica que sólo existía en la apasionada mente de los ingenieros, recibió su puntilla una noche, la del 14 de mayo de 1.799, cuando una fuerte tormenta provocó el derrumbe de la mayor parte del lienzo delantero de la Presa del Gasco.
Fue la última calamidad del proyecto del Canal del Guadarrama. Tras ella todas las obras quedaron suspendidas para siempre, incluidas las de la Presa del Gasco, a punto de ser terminadas. Por el contrario, el Real Canal del Manzanares prosiguió más tarde, ya con Fernando VII, su desarrollo hasta Vaciamadrid. Otro espejismo de navegación que hoy queda varado en las arenas del Parque Lineal del Manzanares.
El mismo espejismo del Canal del Manzanares destella muy lejos del Parque Lineal del Manzanares. La Presa del Gasco puede ser contemplada tal y como quedó tras la esclarecedora tormenta de 1.799. La urbanización de Molino de la Hoz, en Las Rozas, prácticamente ha estrangulado el paraje original, pero tanto los restos de la Presa del Gasco como los del Canal del Guadarrama, quedan esparcidos por lo que hoy es un coto de caza.
Como un enorme dinosaurio, la Presa del Gasco, de más de 50 metros de altura y muy lejos de los 92 proyectados, se yergue majestuosa enseñando las tripas que le reventara la tormenta. Dicen que los hijos del ingeniero usaron una técnica constructiva demasiado simple para una presa de tan enormes dimensiones: muros transversales a la presa y paralelos entre sí, colmados después de material de relleno que no pudieron mantenerse en pie tras la carga que el agua les impuso.
Un sinuoso camino pasa por encima de la Presa del Gasco. La pared aguas abajo es casi vertical, y asomarse a ella causa vértigo. Impresionante sensación que hubiera sido colosal de haberse completado su altura de más 90 metros, la más elevada del mundo en su época. Este lienzo es el que presenta los daños del derrumbe, mientras que el trasero, con un ángulo de inclinación del 60º, está intacto. Sorprende que la Presa del Gasco se conserve prácticamente igual que en el momento de su abandono.
Diversos proyectos intentaron después rentabilizar la obra de la Presa del Gasco y del Canal del Guadarrama, pero finalmente todos ellos quedaron abandonados.
Así es, datos poco conocidos y ciertos, de la historia del Real Canal del Manzanares. Bonito paisaje y amena crónica.
Es impresionante, he pasado por allí alguna vez y parece increíble. Gracias por el artículo