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El Pingarrón

El Pingarrón

El Pingarrón. Cerro de suaves pendientes tapizadas de tonos primaverales, parece haber dejado atrás los tiempos en que fue duro campo de batalla.

Durante las jornadas que siguieron al 17 de febrero del año 1937, hasta el final de la batalla (27.02.37) no hubo día en que el ejército republicano no lanzara algún tipo de ataque contra este promontorio, pequeño Vértice geodésico enclavado en un borde de la meseta extendida entre los valles del Tajuña y del Jarama, en la zona que se denomina Jara Alta.

Fueron tristemente famosos por su extraordinaria dureza los sucesivos ataques y defensas numantinas que allí se vivieron, protagonizadas por una y otra parte, hasta la extenuación. Es poco todo lo que se cuente. Realmente, aquí se puso el punto final a la Batalla del Jarama.

Un grupo de miembros del GIPL acabamos de visitar este escenario, donde republicanos y nacionalistas antaño diezmaran recíprocamente sus filas por el control de esta pequeña elevación de terreno. Aprovechamos así para reanudar las actividades después de un parón de varios meses en la Asociación.

Acompañamos imágenes de los restos de aquello, y el pequeño relato de unos combates que dejaron una evidente huella en el paisaje. Una enorme cicatriz de trincheras y fortines, de metralla y restos de una batalla que, pasados justo ahora 75 años, dan idea de la lluvia de fuego que debió arrasar este entorno.

Desde la cima del Pingarrón

La cima del Pingarrón no da pistas sobre lo acontecido. Apenas los restos de unas trincheras que a duras penas se reconocen, un observatorio y una extraordinaria vista sobre buena parte del teatro de operaciones de la Batalla del Jarama.

El monte del Pingarrón es una pequeña altura de 695 metros que se eleva sobre el valle del Jarama, en el margen izquierdo. Ante él, hacia levante, sigue una estrecha altiplanicie que es la antesala de otro valle, el del Tajuña.

Caminar por la vega del Pingarrón significa sentirse observado constantemente por este leve promontorio. A sus pies te parece un cerro sin ningún interés estratégico, pero una vez que empiezas a andar kilómetros en lontananza, te percatas de que estés donde estés, siempre estás a tiro del Pingarrón, que destaca por encima de casi cualquier cosa en el horizonte.

El Pingarrón

Vayas donde vayas, «la calva pétrea» del Pingarrón te observa casi sin hacerse notar

El Cerro del Pingarrón fue ocupado por las tropas nacionalistas unas jornadas antes de los cruentos combates, el día 12 de febrero de 1937, cuando la Brigada del Col. Asensio cruzó el Jarama por el Puente de San Martín de la Vega, repitiendo idéntica táctica a la empleada la jornada anterior, en el Puente del Pindoque, por los Tiradores de Ifni-Sáhara del Cmdte. Molero.

A retaguardia, en la Peña de Romo, Asensio situó su Puesto de Mando, y se dispuso todo lo necesario para proseguir la lucha al día siguiente cubriendo el costado derecho del avance, cumpliendo idéntica misión a la llevada a cabo por el Col. Barrón en el otro extremo del avance, y dejando la zona central para la Brigada del Col. Sáenz de Buruaga.

A media mañana, una sección del Bon. British, bajo el mando de Sgto. Watson, se destacó en misión de descubierta hacia las Casas Pingarronas, antigua residencia del Jardinero Mayor de Madrid, Cecilio Rodríguez, dueño de la finca que comprendía el Pingarrón, dándose de bruces contra las avanzadillas de Asensio. Al mismo tiempo, el resto de las compañías del Bon. Inglés, ya habían comenzado a chocar con las avanzadillas de Sáenz de Buruaga y se desplegaban en el paraje que más tarde se conocería como Colina del Suicidio por la mítica defensa que allí hicieron los británicos, perdiendo ese día más de la mitad de sus efectivos.

Trincheras frente al Pingarrón

Una tupida red de trincheras y fortificaciones cubre el entorno del Pingarrón. En la imagen, restos una construcción nacionalista de hormigón para armas automáticas.

Los combates previstos por el mando rebelde continuaron hasta el día 16, pero ya el día 14, tras un cónclave celebrado en la Casa de Gózquez, se acordaba el final de las operaciones, ordenando la ocupación de posiciones  favorables, consolidar las ya alcanzadas, y disponerse a resistir con firmeza el contraataque del ejército contrario.

El mando republicano, envalentonado tal vez por los últimos logros en cuanto a organización y eficacia de la resistencia, y por la efectividad manifiesta del novísimo material soviético que se estaba recibiendo (tanques T-26B y aviones Polikarpov I-15 e I-16), pasa decididamente al contraataque entre los días 16 y 17 de febrero, en La Marañosa y en el Pingarrón. El primero, contra el flanco izquierdo del dispositivo enemigo, en pleno Parque Lineal del Manzanares actual. El segundo, en la vanguardia y flanco derecho. El objetivo es embolsar al enemigo, cortándole las vías de suministro, por el Espolón de Vaciamadrid y Coberteras, y por el Poblado de La Marañosa. El combate frontal del Pingarrón es un choque de carneros para desgastarle.

Trincheras en el Pingarrón

Posiciones de hormigón en el entorno del Pingarrón

“Posiblemente, entre todos los cerros que han jalonado nuestro frente general de guerra, el de el Pingarrón, en el Jarama, es el que puede escribir su propia historia con mayor cantidad de sangre”.

General Vicente Rojo
«Así fue la defensa de Madrid»

Con su ocupación del Pingarrón, los nacionalistas se disponían a establecer un nudo fuerte de resistencia en su avance en dirección Morata. Desde el Pingarrón se domina a su espalda el valle del Jarama y el Puente de San Martín de la Vega.

Trincheras en el entorno del Pingarrón

Trincheras republicanas en el entorno del Pingarrón

Pero el avance rebelde pagaba un alto coste. El desgaste de las jornadas previas, la dura resistencia de los internacionales y el alto precio puesto a cada palmo de terreno cedido, supusieron un desgate nunca imaginado por el mando rebelde. Las tropas empeñadas en el avance se iban agotando y no quedaban más fuerzas de reserva que poder desplazar al Jarama. Sus generales no calcularon bien los recursos humanos necesarios, a la vez que infravaloraron la fuerza de un enemigo que hasta entonces no había demostrado tener grandes dotes de combate.

Grafiti republicano

Grafiti republicano labrado sobre el hastial de un túnel de acceso a un puesto blindado de ametralladora en primera línea del Pingarrón.

Los republicanos, conscientes de la situación de agotamiento del contrario y del estancamiento de la ofensiva enemiga, golpean duramente el cerro con artillería, asaltándolo con carros de combate e infantería. Las tropas de la División C, bajo el mando de Enrique Líster, aniquilan a sus ocupantes la noche del día 19, pero carentes de tiempo para fortificarse, son inmediatamente desalojados por la rápida reacción del enemigo.

Mapa ataques y contraataques en el Pingarrón

Mapa ataques y contraataques en el Pingarrón. Objetivos de ambos bandos.

La jornada del 23 de febrero se produce otro ataque general a lo largo de los olivares, y el Pingarrón vuelve a cambiar de manos varias veces en el mismo día. Al final de la jornada, todo ha vuelto a su sitio, y solo se ha conseguido aumentar el número de cadáveres de los soldados de uno y otro bando puestos en el empeño.

Mapa posiciones finales Batalla del Jarama Sur.

Mapa de las posiciones finales. Batalla del Jarama (Sector Sur).

Finalmente, el día 27 de febrero, se produce el último ataque, interviniendo en apoyo de las Brigadas Mixtas de Líster (División C), el Batallón Lincoln, de la XV Brigada Internacional y otras fuerzas de la División B del Gral. Gal,  que resulta un absoluto desastre. Este batallón llega a sublevarse y es sometido a un Consejo de Guerra colectivo.

Mapa posiciones finales Batalla del Jarama Sur.

Ataques de ambas fuerzas ejecutados a lo largo de dos semanas de combate en el altiplano.

 

Caminando por la vega del Pingarrón

Caminando por la vega del Pingarrón

Exhaustos los hombres y agotadas las estrategias, la Batalla del Jarama se da por concluida en el Pingarrón. La herida del Jarama queda taponada. Pero a ésta le sucederán nuevas batallas, que desangrarán el país en innumerables frentes a lo largo de los campos y pueblos de España hasta el final de la guerra.

10 comentarios en «El Pingarrón»

  1. A mi me hubiera encantado asistir a este evento y más en este tiempo. El campo debe estar precioso ahora. Quizás uno se sienta incómodo en esos bonitos paisajes sabiendo las cosas terribles que pasaron por allí.
    Espero que si se organiza alguna salida se pueda publicitar con tiempo suficiente para cancelar otros compromisos previos… si se puede.
    Gracias por todo el esfuerzo que hacéis para que no se pierdan los pocos restos de la historia que aún permanecen en pie.

    1. Ok, tomamos buena nota.
      No sabíamos que el lugar pudiera despertar tanto interés.
      Precisamente estas salidas son para sondear los caminos posibles y ver la atención despertada.
      Saludos!

  2. Una jornada sencillamente espectacular, tanto en lo meterologico como por la cantidad de vestigios que quedan y el buen estado en que se encuentran.
    Un diez para tu articulo y la foto del Grafiti.

  3. Estimados amigos:

    No consigo encontrar el enlace para suscribirme, me encantaría ver las noticias realcionadas con la guerra Civil y especialmente las rutas y el Pingarrón… Puede facilitarme alguien un mail o, por favor, administrador, escribir al mío que dejo y decirme cómo hacerlo

    1. Hola Julio.

      El lugar para hacerse socio es: http://www.parquelineal.es/gipl/asociate.php Bien es cierto que hasta hace unos días no funcionaba. Lo hemos resuelto.

      No hay rutas públicas en breve, pero estamos en proceso de hacerlas. La suscripción como socio garantiza emails directos.

      Otro lugar para estar al corriente de todo es el propio blog. Para suscribirte a las noticias lee el pequeño artículo que escribimos:

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