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De ruta por Madrid en el homenaje a Miguel Hernández

Miguel Hernández nace en Orihuela en el año 1910, hace cien años que ahora celebra con una exposición la Biblioteca Nacional. Por allí nos pasamos varios de los socios del GIPL junto con otros de la Asociación Amigos de la Dehesa de la Villa y de la Ventilla, reunidos en esta ocasión por Ignacio Bazán, miembro de Gefrema. Después terminamos esta ruta madrileña en la Residencia de Estudiantes, centro de la intelectualidad de la época.

De nuevo los personajes y sucesos de la Guerra Civil en Madrid aparecen con marcada personalidad en la historia reciente de nuestra región.

biblioteca nacional miguel hernandez

Miguel Hernández nació en una familia humilde en la que las circunstancias le obligaron a ser pastor. Pero su entrega autodidacta le llevó a ser un poeta de reconocimiento internacional.

Tras unas primeras experiencias en la prensa de su tierra natal, viaja a Madrid intermitentemente de 1931 a 1934, ciudad que le marcará para siempre. Con la proclamación de la Segunda República participa en las Misiones Pedagógicas del Gobierno republicano, con el objeto de extender la cultura entre los sectores con menos probabilidades de alcanzarla por sus medios.

Escribe en periódicos y revistas y entra en contacto con los artistas de la Escuela de Vallecas, justo antes de estallar la Guerra Civil. Nada más originarse el conflicto se alista en el Quinto Regimiento, cuya 1ª Brigada Mixta es el germen del Ejército Popular Republicano y la que defendiera el sector del Parque Lineal al comienzo de la Guerra.

Durante esta época escribe sobre la esperanza en Viento del pueblo, para luego presumir la derrota en El hombre acecha. Al final del conflicto nacen sus dos hijos, muriendo uno de ellos por causas naturales. Al poco tiempo Casado da su golpe de Estado y finaliza la Guerra Civil.

Derrotado se niega a huir, pese a las sugerencias de Neruda de exiliarse en la embajada de Chile. Detenido en Portugal es entregado a las nuevas autoridades españolas, que lo encarcelan para soltarlo después ante unas gestiones del propio Neruda ante un cardenal. De nuevo no huye y es apresado al poco tiempo para ahora ser condenado a muerte por el delito de adhesión a la rebelión, al igual que otros muchos entre los que se encontraba el teniente coronel Esteban Rovira Pacheco. La injusticia de la nueva España de los vencedores era inmensamente infinita.

Su periplo por las cárceles fue incesante y en ese ir y venir tuvo tiempo de escribir Cancionero y romancero de ausencias así como cuatro cuentos para su hijo.

Aunque se le conmutara la pena de muerte, con 31 años muere de tuberculosis privado de libertad, como media España.

residencia de estudiantes

Continuamos la ruta por Madrid en la Residencia de Estudiantes, creada en 1910 para generar sinergias en la investigación y en las ciencias españolas. Se buscó entonces crear un ambiente propicio de trabajo distendido y jovial, para el intercambio, la creación y la investigación, ofreciendo una formación integral cohesionando las diferentes disciplinas que allí se daban cita. Durante muchos años fue el centro de la investigación en España y propició una corriente de comunicación científica con otros países más avanzados en ciencia y tecnología. Howard Carter y el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon o Albert Einsten y su teoría de la relatividad, pasaron por la Residencia de Estudiantes.

La búsqueda de la excelencia científica se lograba con un elenco de los mejores maestros. Allí formaron a los residentes celebridades como Unamuno, Juan Ramón Jiménez o Juan Negrín, último Presidente de la República. Sus pupilos luego serían tan ilustres como Severo Ochoa, el médico Francisco Grande Covián, el espectroscopista Miguel Catalán o el físico Salvador Velayos.

En la Guerra Civil la Residencia es desalojada  hacia el exilio en 1937, para dar cabida a un hospital de Carabineros. Será ocupada al final del conflicto por fuerzas del cuerpo de aviación nacionalista. Después de la Guerra será fuertemente transformada, desapareciendo el Auditórium en favor de la Iglesia del Espíritu Santo. Será el recién creado Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) quien hereda el legado de la Residencia.

La vida en la residencia fue regida durante su existencia en libertad, por un código interno materializado en el concepto del «espíritu de la casa«. Ese alma de la Residencia era el esfuerzo personal, desarrollado en un ambiente interdisciplinar desenfadado y alegre, centrado en la amistad y en el respeto, que debía proyectarse en la sociedad para beneficio del común progreso de todos. Los instrumentos usados por los residentes fueron charlas, excursiones, deportes, visitas culturales y un buen número de actividades que tenían al ser humano como su epicentro. Una elegante forma de progreso y avance que quedara truncada, como tantas otras cosas, por la Guerra Civil Española.

nuevos ministerios

De vuelta a casa observamos Castellana arriba las huellas camufladas de esa Guerra Civil que matara a Miguel Hernádez. De nuevo hay que mirar con otros ojos, porque en los edificios quedan muy patentes los restos del enfrentamiento entre republicanos tras el golpe de Estado de Casado. Como ejemplo valgan los muros agujereados de los edificios de Nuevos Ministerios, reparados tras la victoria del ejército nacionalista.

Paradojas del destino. La estatua de Indalecio Prieto es testigo pétreo. Testigo sonoro, también con la sombra de la paradoja, el documental de Televisión Española, España en Guerra, con el Ejército Popular de la República desfilando por la Castellana frente al mismo lugar:

3 comentarios en «De ruta por Madrid en el homenaje a Miguel Hernández»

  1. Un gran recorrido cultural la mañana del domingo. Mi agradecimiento a Ignacio por la organización de la ruta. La exposición completísima (artículos fotos, escritos, objetos,etc.), y para continuar, la visita a uno de los epicentros culturales de la España de ese tiempo (la Residencia de Estudiantes).

    Gracias a tod@s.

    Como pequeño homenaje al bueno de Miguel, sus últimos versos, escritos en la pared de la enfermería de la cárcel:

    » Adiós, hermanos, camaradas, amigos/ despedidme del sol y de los trigos».

  2. Durante toda esa mañana he sentido el mismo ambiente de libertad intelectual del que gozara Miguel Hernández y tantos otros poetas, pensadores, científicos, artistas, filósofos, etc., que trabajaban felizmente en España antes de la desastrosa Guerra Civil, tras la cual retrocedimos 50 años respecto a los países más avanzados. Muchas gracias a José Ignacio Bazán por haber organizado él solo todo este recorrido por el Madrid cultural de la 2ª República.

  3. Pasé por la Residencia de Estudiantes aprovechando una exposición sobre Juan Ramón Jiménez que hicieron hace… dos años?
    Me hizo ver al autor de Platero de otra forma…
    Estar allí, sentirte allí te imprime de algo especial, somos animales emocionales.
    Besicos: PAQUITA

    Todos estos homenajes, a Miguel Hernández, hacen que le conozcamos algo más. Se comportó con mucha honestidad y coherencia, lo pagó con su vida

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