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I – El avance nacionalista a Madrid y la Batalla de Seseña

milicianos al norte de VillaVerde

Comandante Francisco Gil Díaz Pallarés (centro), jefe de la 21ª Brigada Mixta con 3 oficiales y 2 asesores soviéticos probablemente en la carretera de San Martín de la Vega (hoy Avenida de los Rosales) un poco después de su cruce con la carretera de Andalucía (hoy Avda de Córdoba). Fuente: La Mirada del tiempo. El Pais.

El ejército de Varela encara el asalto a Madrid, la capital de la República, por el Sureste. Vienen de liberar el Alcázar de Toledo y cubrirse de gloria. A Franco el retraso puede venirle incluso bien, pero el tiempo da alas a los republicanos, que comienzan a organizar un ejército de mínimos. El caos organizativo de los leales es, no obstante, casi completo.

En el pueblo de Seseña surge la sorpresa y los primeros tanques T-26 soviéticos son lanzados al frente sin tiempo. La marcha militar hacia Madrid sufre un primer parón sin grandes consecuencias, pero que adelantaba el fracaso nacionalista en la toma directa de Madrid. Esta es la narración de la Batalla de Seseña, sus preparativos y sus consecuencias.

Introducción y nota aclaratoria

Los siguientes capítulos tratan de explicar la historia de los restos que la Guerra Civil deja junto al río Manzanares y el Jarama en el Parque Lineal del Manzanares y su continuidad en el Parque Regional del Sureste. Para ello el estudio se extiende todo lo necesario en otros acontecimientos que pudieron influir en la formación de tales vestigios históricos.

Todos los frentes en dicha zona, así como en la mayor parte de Madrid, permanecieron prácticamente invariables desde su formación, en las postrimerías del fatídico año 1.936, hasta el final de la guerra. Esto simplifica enormemente su estudio ya que las tropas rebeldes llegaron a posiciones concretas donde fueron taponados por los republicanos durante años. No obstante, en esos primeros meses de conflicto no hubo lineas de frente reales, hasta que poco a poco y a fuerza de durísimos combates, las posiciones se fortificaron y se hicieron más conservadoras.

mapa villaverde guerra civil

Mapa de Municipios en torno a Madrid durante la guerra

Toda la zona permaneció siempre bajo dominio del Gobierno de la República, por lo que parece lógico que nos hayamos centrado más en los acontecimientos que fueron sucediendo del lado del bando leal. No obstante, por pura sensatez, también hacemos marcada referencia a lo ocurrido en el bando nacionalista, puesto que tales acciones marcaron las reacciones republicanas.

Hemos huido intencionadamente de nombrar a los bandos por nombres que los menospreciaban o que lo hacían con el contrario, salvo que se tratara de citas bibliográficas, siempre muy excepcionales. Así, hemos evitado apelativos como «rojos» o «fachas«, así como otro muy usado, a nuestro juicio erróneamente, el término «nacional«. Nacionales eran, sin duda, todos, como se desprende de la consulta a cualquier medio de la época, ya que todos defendían con coraje su nación: España.

Hemos preferido, por lo tanto, usar nombres que referencien el modo de gobierno propuesto por cada bando: nacionalistas, con un gobierno autoritario de exaltación nacional y republicanos, con un gobierno federal y democrático.

Es cierto que el término nacionalista puede entrar en confusión con los nacionalistas vascos y catalanes, si bien en el entorno histórico que tratamos no se produce tal malentendido. En cualquier caso, para nombrar a los nacionalistas incluiríamos el término vasco o catalán para diferenciarlos de los sublevados.

Otra forma de nombrar a ambos bandos es el de «leal» o «gubernamental» frente al de «sublevado«. Aunque pareciera denostar cierto demérito a este último, no debe ser así, ya que ese mismo bando se autoproclamó como el del «alzamiento«. Tales denominaciones parecen, por lo tanto, interpretaciones objetivas de lo ocurrido en julio de 1.936.

En los relatos de este trabajo se nombra frecuentemente las posiciones de VillaVerde, guardando este municipio un peso específico mayor que el de otros. Es así primero porque fue el cuartel general de las tropas que ocupaban buena parte del Parque Lineal, así como de las tropas nacionalistas en la parte alta del pueblo. Y segundo porque los límites del entonces municipio eran considerablemente mayores que las del ahora distrito, extendiéndose casi hasta el puente de Toledo y más allá de la orilla izquierda del Manzanares.

El material incluido en este extenso capítulo de la Historia del Parque Lineal del Manzanares, procede de las más diversas fuentes, algunas propias, por lo que se ha citado siempre que ha sido posible el origen del mismo. Si alguien considera que no se ha mencionado correctamente su propietario o que se vulneran sus derechos, estaremos encantados de atenderle o de, dado el caso, eliminar las referencias. En cualquier caso hemos de destacar que no nos mueve ningún ánimo de lucro y que el trabajo en sí, además de usar una licencia creative commons, puede ser un inmejorable escaparate para las obras y documentos aquí referenciados. Como decimos, la licencia de este capítulo es la misma que la que rige todo el trabajo sobre la historia del Parque Lineal, que no es excesivamente restrictiva y que intenta favorecer la máxima difusión de lo aquí tratado sin ánimos comerciales o de mero lucro.

Nacimiento del frente y situación general: Octubre 1.936 – Febrero 1.937

Sólo desde una perspectiva temporal y ordenada podemos ser capaces de entender el papel que jugó la cuenca baja del Manzanares en el transcurso de la Guerra Civil Española. Una visión más o menos pormenorizada de los acontecimientos que rodearon la vega del Manzanares puede ayudar a entender que el sector que llamaban «de VillaVerde» tuvo una importancia vital en el transcurso y desarrollo del conflicto español.

En el ámbito estrictamente temporal la zona queda principalmente encuadrada en las postrimerías del año 1.936 y los comienzos del 1.937. En esa época se libra la Batalla por Madrid y es en VillaVerde, Cerro de los Ángeles, Perales, el Parque Lineal y una pequeña zona del Parque Regional del Sureste donde se establece el ala derecha del ataque nacionalista. En el bando republicano, por el contrario, se establece el ala izquierda de la defensa de Madrid.

Dos grandes puntos de fricción se generaron en este choque al sureste de la capital: el pueblo de VillaVerde y el Cerro Rojo, nombre que tuvo en la guerra el Cerro de los Ángeles. En ambos lugares el combate fue muy intenso, sangriento en extremo, al contrario de lo que se suele pensar. En VillaVerde Bajo combatientes de ambos bandos se aniquilaban en un mismo edificio «a bayoneta» o con bombas de mano.

Más al sur del Manzanares, tras el periodo sucintamente resumido en el párrafo anterior, comenzaba la Batalla del Jarama, desplazando el eje bélico fuera del sector de VillaVerde. Aunque los combates centrales se desarrollaron fuera del ámbito de este pequeño trabajo, lejos del Parque Lineal y del propio río Manzanares, si hubo ofensivas que han dejado honda huella en la orilla izquierda este último río. A ellas prestaremos cierta atención.

Tras la Batalla del Jarama, la acción guerrera se continúa desplazando, esta vez ya a Guadalajara y Brunete, para abandonar después definitivamente Madrid como teatro decisivo de operaciones: Madrid nunca podrá ser tomado por las armas. Por lo tanto, después de febrero de 1.937 el sector entra en una intensa calma que será interrumpida por el derrumbe del Ejército Popular Republicano en marzo de 1.939, cuando el ejército nacionalista ejecuta formalmente la rendición republicana y entra en la Ciudad Universitaria.

La Batalla de Madrid tuvo una importancia central y marca un antes y un después de la guerra. Tan importante resulta defender la capital de España, que el Gobierno y los mandos militares se esfuerzan en crear por primera vez un ejército regular ordenado y disciplinado, sin el cual hubiera sido imposible defender Madrid del empuje de las experimentadas tropas indígenas y legionarias. La génesis de ese ejército es el 5º Regimiento, cuyo comandante en jefe estaba destinado precisamente en el sector de VillaVerde: Enrique Líster. Podemos concluir por lo tanto, que la zona que trata este trabajo fue parte importantísima en la creación del Ejército Popular Republicano, más conocido por sus siglas EPR.

No menos importante es la personalidad del mencionado dirigente comunista Enrique Líster. Persona controvertida y de arrolladora personalidad y dotes de mando, marcó, con su forma de entablar batalla, la historia que hoy llega casi intacta a nuestras manos. Sin entrar en debates sobre lo correcto de sus actuaciones, parece claro que gracias a su dirección, el enemigo quedó perfectamente fijado en sus posiciones al llegar a Madrid, no pasando nunca de lo ocupado en los primeros días de noviembre de 1.936 y recuperando a veces importantes puntos estratégicos para el Gobierno de la República.

No les aburrimos con más introducciones. Aquí está una breve y seguro que incompleta cronología de los hechos en el Parque Lineal del Manzanares.

Indice e introducción a los acontecimientos narrados en este capítulo

El ejército que dirige Varela a las órdenes directas de Franco encara Madrid por el suroeste. Las tropas acaban de levantar el asedio republicano contra el Alcazar de Toledo, defendido hasta las últimas consecuencias por Moscardó. El retraso del ataque a Madrid no parece casual y Franco atacó una plaza más asequible para ganar un tiempo que le permitiría entrar en Madrid como «Generalísimo» y ganar la guerra.

El ejército sublevado sigue imparable su avance y las tropas republicanas, superiores en número, son muy inferiores en orden militar y en material bélico, lo que sigue produciendo desmoronamientos casi diarios del frente. El Gobierno republicano trata por todos los medios de cambiar esta situación y ordena la creación de las primeras Brigadas Mixtas, germen del que será el Ejército Popular de la República (EPR).

El avance contra Madrid encuentra su primer obstáculo en un hecho inesperado. La ayuda soviética se materializa en los primeros tanques T-26 montados a toda prisa en Archena. Se trata del mejor vehículo blindado de su clase en el mundo, y tiene su bautismo de fuego en Seseña.

Aunque Seseña no fuera recuperado supuso un punto y aparte en la Guerra Civil, y en especial en la Batalla por Madrid. El retraso de las torpas rebeldes al liberal el Alcazar tiene como coste no previsto que los republicanos se organicen, monten los tanques y tengan las primeras unidades militares capaces de combatir contra un enemigo muy experimentado y profesional. A la postre significará la resistencia de Madrid y el triunfo del «No Pasarán«, llevando el final de la Guerra Civil muchas batallas más en el futuro.

10 de octubre de 1.936: se crea el EPR frente a tabores y legionarios

El Gobierno publica el Decreto por el cual se crean las seis primeras Brigadas Mixtas y sus jefes, así como su composición y funcionamiento. Estas Brigadas deberán convivir con el resto de fuerzas no regulares que operan en Madrid, para después hacerlo, lentamente, al resto de la República de España.

Es un hecho este de extraordinaria importancia, puesto que demuestra la existencia de un Gobierno democrático e independiente del poder militar, al cual crea y maneja de acuerdo a la legalidad vigente. Por otro lado muestra también el importantísimo caos organizativo y de control en las lineas republicanas, el intento desesperado por parte del poder político por controlar ese desorden, y las terribles dificultades que encontrará el Gobierno a lo largo de la guerra para imponer la Ley y la sólida defensa que podía ofrecer un ejército regular y disciplinado.

Frente a él, el bando nacionalista, el bando franquista, como la otra cara de la misma moneda. Sin ninguna clase que ostentara el poder político, ya que el poder militar lo ocupaba todo y quedaba enteramente encarnado en la figura y personalidad del general Francisco Franco. Los hombres del general no eran milicianos, tanto requetés como falangistas y voluntarios de toda clase eran apartados de la primera linea, reservada en exclusiva para los Tabores de marroquíes y legionarios, es decir, para los cuerpos más y mejor entrenados para la guerra. Junto a ellos los hombres y material enviados por Alemania nazi y por la Italia de Mussolini. Profesionales de la guerra frente a milicias desorganizadas.

Las seis Brigadas Mixtas y sus jefes quedaron de la siguiente manera:

  • 1 BM. Enrique Líster Forján.
  • 2 BM. Jesús Martínez de Aragón.
  • 3 BM. Jose María Galán.
  • 4 BM. Arturo Arellano.
  • 5 BM. Fernando Sabio.
  • 6 BM. Miguel Gallo.

Estas Brigadas serían la columna vertebral del EPR y se denominan “Mixtas” porque están compuestas por infantería, caballería, artillería y servicios. [L1]

Parece acertado en este punto hacer mención a la palabra «Tabor«, que no es sino el concepto de «batallón» pero dentro del cuerpo de Regulares creado en el año 1.911 en el interior del Protectorado español de Marruecos. Los regulares se nutrieron principalmente de personal indígena. Los nativos eran más conocedores del terreno y, por otro lado, evitaban la difícil papeleta política de tener que justificar muertos españoles en la inestable región, con violentas ansias independentistas. Batallas como las de Annual, Rif y el desembarco de Alhucemas curtieron a las tropas en duros y sangrientos combates. Las tropas marroquies actuaron de mercenarios, tanto en su propia tierra como después en la Guerra Civil, traidos directamente de África por el general Franco. En España, los Tabores de marroquíes fueron conocidos por su efectividad y su crueldad en el campo de batalla haciendo lo que quizá siempre quisieron: matar al opresor español, en este caso españoles republicanos.

Por otro lado, en el año 1.920 se crea el Tercio de Extranjeros – también llamado Legión o Legión Extranjera – por petición de Millán-Astray, para sustituir a las tropas de reemplazo que combatían en el Protectorado, con bajísima moral y grandes bajas. Los únicos requisitos era estar sano, fuerte y apto para el uso de un arma. Serían admitidos tanto españoles como extranjeros.

Ambos cuerpos, tabores y legionarios fueron vanguardia en los enfrentamientos del norte de África durante los primeros años del siglo XX, constituyendo los mejores y más experimentados cuerpos del Ejército Español. Fue precisamente Franco quien los comanda durante toda la Guerra Civil y los que obtienen la mayor parte de victorias de los sublevados. Sin ellos el triunfo final del ejército que protagoniza el golpe de Estado de julio del 36, hubiera sido seguramente imposible, habida cuenta de la fuerte oposición popular encontrada.

Tanto los tabores de regulares como los tercios de legionarios siguen existiendo en la actualidad. Las unidades del EPR, al contrario, no subsistieron en ninguna forma tras la Guerra Civil.

23 de octubre de 1.936: Bombardeo de Getafe y al grito de «copo«

Franco estrena los aviones alemanes Junker 52 de la Legión Condor contra el pueblo desarmado de Getafe. Setenta niños perecen al ser bombardeada la escuela del pueblo. Es el inicio de los bombardeos masivos a la población civil que luego volverá a practicarse durante la Segunda Guerra Mundial. Se busca con ellos desmoralizar a la población para que dé la espalda al Gobierno de la República.

mapa batalla de seseña

Contraataque republicano de Seseña con tanques rusos T-26 y avance nacionalista. Resistencia de la 1ª Brigada Mixta de Lister. Origen de la defensa del Parque Lineal. Reconstrucción sobre mapa de 1929.

Esa misma política de terror la practican las columnas de Franco, las del «ejército del Tajo» en su avance contra Madrid, con sus elementos marroquies. La fama de desmanes les precede desde Extremadura. La impresión juega a favor de las tropas rebeldes que tan sólo con el pánico que provocan en las desordenadas milicias pseudomilitares, consiguen doblegarlas sin apenas presentar batalla. Mientras, en Madrid, las checas se toman la justicia por su mano ante las noticias del frente, el Gobierno poco o nada puede hacer para garantizar en esos días la seguridad de los ciudadanos madrileños.

En todo el camino a Madrid el ejército de milicias de la República sufrió la misma táctica. El movimiento consistió una y otra vez en acercamiento a las lineas leales por los flancos, provocando entre los milicianos el grito «¡Qué nos copan!«, tras lo cual se solía producir una desbandada y la caída completa del frente. El temor a tener un enemigo cruel en la espalda, era superior incluso al miedo a la muerte en batalla. En la huida descontrolada, desaparece toda defensa y los republicanos solían ser masacrados o hechos prisioneros en grandes cantidades.

Las balas silbaban sobre nuestras cabezas con mucha frecuencia. La fila daba muestras de intranquilidad, el número de combatientes iba disminuyendo. Se iban a beber agua, a hacer sus necesidades […] No quieren combatir – dijo Líster frunciendo el ceño -. Hoy el camino a Madrid está completamente abierto […] – Hay que quitar los autobuses a las unidades – dice Líster -. Les da pereza andar, sólo van en coche […] Subidos en un solo tanque, los fascistas podrían haber entrado hoy en la capital.

Mijail Koltsov – Enviado especial de Pravda

En Navalcarnero, por ejemplo, una triple linea de trincheras con alambradas electrificadas, cae ante la enésima voz de «copo» el día el 21 de octubre. Las duras estructuras defensivas del coronel Francisco Ardid nada pueden hacer ante el pánico incontrolado de las tropas leales, carentes todavía de experiencia alguna en combate, mal equipadas y sin mandos que hagan respetar su autoridad. El frente está a merced de las tropas de Franco.

Enrique Lister nos cuenta una anécdota de la Batalla de Brunete que reviste más importancia de la que en un primer momento pudiera aparentar. La estrategia del terror montada por Franco era evidente.

[…] un día me llama por teléfono el jefe de la 100 Brigada informándome que dos batallones de moros inician un ataque por su sector y pide que la artillería tire sobre ellos […] Nuestras fuerzas han contraatacado y han cogido en una vaguada a unos 50 prisioneros moros, que me envía […] Eran, del primero al último, paisanos mios vestidos de moros. Franco, al que le escaseaban los moros auténticos, había vestido de moros a los gallegos para impresionar a nuestros soldados.

Enrique Líster Forján – Jefe de la 1ª Brigada Mixta

El pueblo de Seseña fue quizá la gran foto de toda una guerra. Largo Caballero anuncia en su discurso del día 28 de octubre, en un acto de incompetencia militar sin límites, el contraataque del ejército republicano contra las tropas marroquies que avanzaban imparables contra Madrid. En un minuto de mensaje describe con pelos y señales la acción de las milicias republicanas, aún en plena formación.

¡Escuchadme, camaradas! Mañana […] nuestra artillería y nuestros trenes blindados abrirán fuego contra ellos. Enseguida, aparecerá nuestra aviación, lanzando bombas contra el enemigo y desencadenando el fuego de sus ametralladoras […] nuestros tanques van a lanzarse sobre el enemigo por el lado más vulnerable, sembrando el pánico en sus filas… ¡Ahora tenemos tanques y aviones [..]! ¡La victoria es nuestra!

(Discurso radiado del presidente de la República Largo Caballero)

29 de octubre de 1.936: Seseña y los T-26

tanque t-26 en seseña

Tanque T-26B en el ataque republicano de Seseña Fuente: La Batalla de Seseña

Largo Caballero daba buena cuenta de los nuevos tanques T-26 soviéticos que vienen de Archena, recien montados, como primerísima ayuda a los escasos medios materiales con que cuenta la República. Los nacionalistas no sabían nada hasta la fecha, por lo que el factor sorpresa desaparece. No obstante el soviético Pavel Arman, ante la escasez de milicianos españoles capaces de manejar un tanque en tiempo record, toma el mando de la columna de blindados recien formada y se presenta en la entrada de Seseña pensando que está en poder republicano. Arman saca la cabeza por la torreta y pide en francés que despejen el camino a los tanques. El soldado responde «¿Italiano?» y de inmediato Arman ordena estrenar los nuevos ingenios militares al darse cuenta del error.

En unos pocos minutos el pueblo queda reducido ante un absoluto poder de las nuevas armas de la República. Nada se resiste al cañón del T-26. Es un paseo militar, los moros y los legionarios nada pueden hacer ante el avance de los tanques de la República, que cortan el frente como un cuchillo caliente la mantequilla, profundizando varios kilómetros en dirección a Esquivias. Allí se encontraba concentrada la caballería mora de Monasterio, que va cayendo hombre a hombre contra los tanques. La escena se repetiría trágicamente en la segunda Guerra Mundial, cuando los tanques alemanes aplastraron a la caballería polaca en un enfrentamiento desigual.

Tal es la euforia, que los tanquistas olvidan que su misión es abrir el frente para que pase la 1ª Brigada Mixta que conduce Enrique Lister con base en Valdemoro, tras ellos, ya muy retrasada, incapaz de seguir el rápido avance blindado. La aviación ni siquiera ha hecho acto de presencia. El propio Lister contará después que esta total descoordinación se debe a que los propios mandos republicanos nunca creyeron de lo que sería capaz de hacer su propio ejército. Es más, los hechos apuntan a que la ofensiva de Seseña pudo ser un acto de pura propaganda política, en un lugar con escaso interés estratégico, quizá para mostrar al pueblo el nuevo poderío militar republicano. Así quedarían justificadas las palabras de Largo Caballero, palabras que de no ser el Presidente de la República, jefe máximo de las fuerzas armadas, y de tratarse posiblemente de otro bando, le habría costado un consejo de guerra.

La brecha abierta por el propio Arman en el frente enemigo, la tiene ahora a su espalda. La vuelta atrás es muchísimo más dura. Los moros aprenden que con una botella de gasolina y un trapo, lanzado a las ruedas, se funden los rodillos de goma que arrastran las cadenas. Después abrasan a sus ocupantes lanzando las botellas al interior de los tanques e impidiendo que nadie salga al exterior. Lister dirá que la técnica la tenían bien aprendida desde antes del primer cañonazo, pues fue Largo Caballero quien se la mostró un día antes. Según él «Este acto de fanfarronería explica que las unidades del Ejército del Tajo recibieran a los tanques con botellas de gasolina«.

La infantería de Lister, al perder de vista los tanques, debe batirse casi cuerpo a cuerpo en Seseña, en unas lineas recompuestas disciplinadamente por el ejército nacionalista. El resultado fue que se perdió el veinte por ciento de los T-26 y que el objetivo principal, Seseña, no fue tomado. No obstante se descubrió el potencial de unas armas que cambiarían justo en ese momento el curso de la guerra y de la toma de Madrid. Con muchos más efectivos materiales y mucho mejor entrenados, las unidades nacionalistas detendrían en ese momento el avance contra la capital de la España leal.

Tras el combate, la 1ª Brigada Mixta de Lister sigue dando batalla al flanco derecho de las divisiones de Varela en su furioso camino a Madrid. Se producirían enfrentamientos entre Seseña y Valdemoro para finalmente retroceder y ocupar la linea de la carretera de Madrid a Cadiz (en el Cerro Rojo o Cerro de los Ángeles) hasta Perales del Río. El empuje nacionalista no moverá ya las fuerzas de Lister en ningún momento, quedando estas relativamente aisladas por su flanco derecho cuando el enemigo ocupa Parla, Carabanchel y VillaVerde (6 de noviembre). En estos ocho días, la 1ª Brigada de Lister defiende el valle del Manzanares desde la acción parcial de Seseña, resistiendo las envestidas del flanco derecho de los rebeldes dirigidas por Varela: la caballería mora de Monasterio.

Referencias y bibliografía

[L1].- Líster, 1.966
[S1].- Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores (S.B.H.A.C.)
[SR1].- Luis Suárez Fernández, Octavio Ruiz Manjón-Cabeza, 1.981
[M1].- Modesto, 1.969
[BM1].- J.M. Reverte, 2.004
[BM2].- J.M. Reverte. El autor nos relata con cierto detalle la visita del poeta Rafael Alberti a VillaVerde, sin embargo no hemos encontrado otra referencia que lo acredite.
[BM3].- J.M. Reverte. Entrevista del autor con quien probablemente lo vivió, Lázaro Somaza (p. 163)
[BM4].- J.M. Reverte. Cita pag 296.